Estudio revela la rica historia genética de los perros
30 de octubre de 2020
Los perros pueden haber evolucionado de la misma manera que los humanos.
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Gran parte de las distintas especies de perros ya existía hacia el fin del último período glacial, hace unos 11.000 años, reveló un estudio que analizó su ADN y fue publicado en la revista Science.
El artículo mostró cómo nuestros compañeros caninos se extendieron por el mundo con sus amos, pero también encontraron períodos intrigantes en los que nuestra historia compartida se desacoplaba.
Un equipo de investigadores del Instituto Francis Crick de Londres secuenció el genoma de 27 perros, incluidos fragmentos de esqueletos de hace 11.000 años. Algunos de esos animales habitaban en Europa, Oriente Medio y Siberia.
En ese entonces, mucho antes de la domesticación de otras especies animales, había al menos cinco razas de perros con distintos orígenes genéticos.
"Algunas de las diferencias que se puede apreciar cuando uno ve perros en la calle provienen del período glacial", dice el genetista Pontus Skoglund, uno de los autores principales del estudio. "Al final de este período, los perros ya estaban muy dispersos por el hemisferio norte".
"Un solo origen": la evolución de lobo a perro
Los perros son descendientes de lobos, pero aún no se ha zanjado el debate sobre la fecha exacta de esta evolución (que ocurrió hace entre 25.000 y 40.000 años). Este nuevo estudio no entra en ese vasto debate, pero confirma la idea de que hay "un solo origen" de la evolución de lobo a perro.
Por tanto, todos los perros probablemente tienen un origen común, "una especie de lobo antigua y no extinta". Al extraer y analizar el ADN antiguo del material esquelético, los investigadores pudieron ver los cambios evolutivos que ocurrieron hace miles de años.
Por ejemplo, los perros europeos de hace unos cuatro o cinco mil años eran muy diversos y parecían provenir de poblaciones muy distintas de perros del Cercano Oriente y Siberia. Pero con el tiempo, esta diversidad se perdió.
Humanos y perros
Las vías evolutivas entre nuestras dos especies han seguido en ocasiones rutas similares.
Los humanos, por ejemplo, tienen más copias que los chimpancés de un gen que crea una enzima digestiva llamada amilasa salival, que nos ayuda a descomponer las dietas ricas en almidón.
Asimismo, el estudio demostró que los primeros perros portaban copias adicionales de estos genes en comparación con los lobos, y esta tendencia solo aumentó con el tiempo a medida que sus dietas se adaptaban a la vida agrícola.
Esto se basa en investigaciones previas que encontraron que los perros de trineo del Ártico, como los inuit, han desarrollado vías metabólicas similares para permitirles procesar dietas altas en grasas.
El nuevo estudio documenta varias veces cuando el desplazamiento humano contribuyó a la expansión de los perros, basándose en investigaciones previas de otros, como un artículo de 2018 que encontró que los primeros perros de América del Norte se originaron en una raza en Siberia, pero casi desaparecieron por completo después de la llegada de los europeos.
También ha habido períodos en los que nuestras historias no han ido en paralelo; por ejemplo, la pérdida de diversidad que una vez existió en los perros en la Europa temprana fue causada por la propagación de la ascendencia de un solo perro que reemplazó a otras poblaciones, un evento que no se refleja en las migraciones humanas.
El campo del estudio del ADN antiguo ha revolucionado el estudio de nuestros antepasados y los investigadores tienen la esperanza de que pueda hacer lo mismo con los perros, nuestros aliados animales más antiguos.
Perros y humanos: posible evolución similar
"Aunque los perros europeos de hoy tienen varias formas y tamaños, genéticamente provienen de un subconjunto cuya diversidad es mucho más limitada que la que existía anteriormente", explica otro autor del estudio, Anders Bergstrom.
Los perros pueden haber evolucionado de la misma manera que los humanos. "Comprender la historia de los perros nos permite comprender no solo la de ellos, sino también la nuestra", dice Bergstrom.
FEW (AFP, Science)
Los animales y sus increíbles técnicas para escuchar
Los humanos no podemos oír frecuencias tan bajas como los elefantes o tan altas como los murciélagos, tampoco podemos mover las orejas como los gatos. Sin embargo, aprendimos a mejorar nuestras habilidades auditivas.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Pleul
Los conejos pueden rotar sus orejas 270 grados
El movimiento de las orejas les ayuda a escapar de los depredadores, pero las orejas también hablan sobre el comportamiento. Las orejas rectas significan que están escuchando. Cuando tienen una oreja arriba y la otra abajo, escuchan pasivamente. Las orejas apoyadas en la espalda, indican un estado mental relajado, si se tocan. Pero si están separadas en la misma posición son señal de miedo.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Pleul
Los gatos y los perros son muy atentos
Un perro reacciona incluso cuando parece que no hay nada. Los perros pueden diferenciar los pasos de su dueño de los de los extraños. Los oídos de los gatos son aún más sensibles. Los perros tienen 18 músculos en las orejas, mientras que los gatos tienen 30 y pueden incluso rotarlas 180 grados. Así que no intente acercarse sigilosamente a su gato, no tiene sentido.
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Los murciélagos usan ondas ultrasónicas para oír
Los murciélagos envían ondas sonoras ultrasónicas desde sus bocas y luego el eco rebota en su cuerpo. Los murciélagos utilizan esta estrategia para determinar el tamaño y la ubicación de los objetos y para encontrar comida en total oscuridad. Además, los murciélagos tienen 20 músculos para cambiar la forma y la dirección de sus orejas, para afinar su recepción del eco.
Imagen: picture-alliance/Mary Evans Picture Library/J. Daniel
El título de "mejor oído del mundo" es para un animal sin orejas
En la eterna lucha depredador-presa-depredador, las grandes polillas de cera han logrado escapar de la depredación de los murciélagos gracias a la evolución de los oídos sensibles a los ultrasonidos. Tienen la mayor sensibilidad de frecuencia registrada en el mundo animal y oyen 150 veces mejor que los humanos. Incluso pueden oír frecuencias 100 hertzios más altas que los murciélagos.
Cuando los escarabajos, grillos y polillas escuchan las ondas ultrasónicas de sus depredadores, huyen o vuelan en zigzag o en ondas. Algunos grillos y escarabajos producen chasquidos para ahuyentar a los depredadores.
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Las ballenas son submarinos vivientes
Un submarino usa técnicas de ecolocalización similares a las de los murciélagos y que las ballenas emplean en las oscuras profundidades de los océanos. Se cree que los silbidos y chasquidos producidos por las ballenas les proporcionan una vista tridimensional del espacio, ty ambién son importantes en la comunicación entre los individuos.
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Los delfines pueden escuchar a través de su mandíbula
Los delfines navegan gracias a un mecanismo similar a la ecolocalización de los murciélagos. Envían impulsos sónicos desde sus frentes que son reflejados por los alrededores y luego recibidos por los receptores de sonido en sus mandíbulas y dientes.
Imagen: picture-alliance/WILDLIFE/W. Peolzer
Los elefantes pueden pronosticar una tormenta eléctrica
Con sus enormes orejas, pueden oír el sonido de las nubes agrupándose antes de la lluvia. Los elefantes pueden captar las ondas infrasónicas, una baja frecuencia que los humanos no podemos oír. También pueden oír con sus pies, usando terminaciones nerviosas que detectan las vibraciones del suelo. Algunos animales tienen receptores que transmiten vibraciones y ondas de sonido al sistema nervioso.
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Los búhos son la cámara de vigilancia de la naturaleza
Los búhos no solo tienen una excelente visión nocturna y la capacidad de rotar su cabeza 360 grados, sino que también tienen una audición notable. Los búhos pueden escuchar en forma asimétrica, así que cuando vuelan, un oído recoge los sonidos de arriba mientras el otro escucha los de abajo. Este sistema que trabaja en tándem con su visión nocturna les garantiza que su presa siempre sea atrapada.
Imagen: DW
Algunas personas invidentes “navegan” como los murciélagos
Algunos ciegos han aprendido a usar la ecolocalización para "escuchar" su entorno. Una forma de hacerlo es haciendo chasquidos con la boca y luego escuchando reverberaciones para estimar el tamaño de una habitación o la distancia a una pared o una valla. Algunos dicen que pueden describir un lugar basándose sólo en la ecolocalización.