El diario Frankfurter Allgemeine de la ciudad de Fráncfort del Meno sobre la política estadounidense en Irak: “Sea cual sea la nueva estrategia de Washington en Irak, es de presumir que los estadounidenses no inventarán de nuevo la rueda. Si Bush quiere hacer progresos, necesita apoyo. Y Washington se ha acercado ya a Rusia que en la Cumbre de Asia (APEC) en Hanoi, este próximo fin de semana, podría ver al fin realizado su sueño de llegar a ser miembro de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Por otra parte, a finales de noviembre los europeos tendrán que poner en claro en la Cumbre de la OTAN en Riga cómo se imaginan el futuro de Irak. Y eso, porque los estadounidenses preguntan. El presidente alemán, Horst Köhler no es probablemente el único que extraña una posición nítida de los europeos”.

Neonazis: “No sólo un problema alemán”

El diario danés Information de Kopenhagen sobre el temor a los neonazis en Alemania: “Los titulares de diarios alemanes suenan alarmantes: ‘Justo sobre ultraderechistas’, ‘Muchos alemanes quisieran tener un Führer’. Reportes motivados por la publicación de un estudio de la Universidad de Leipzig sobre ‘Extremismo de derecha en Alemania’.

Un término en sí mal empleado porque describe el problema como marginal. La verdad es que son muchas las personas que no son extremistas y piensan de forma similar. La Xenofobia crece con el deseo de tener un hombre fuerte que dirija el país. Causan escalofrío las descripciones. ¿Pero acaso no hay otros países con tendencias más radicales en un espectro político más amplio que apoya una política de extranjería dominada por el miedo?".

Toxinas de tabaco en la sopa

El periódico WAZ de Essen, en la Cuenca del Ruhr sobre la propuesta parlamentaria de prohibir fumar en restaurantes: “Aunque los fumadores lo vean de otra manera, los derechos civiles no se echarán por la borda, si al fin se pone en práctica la defensa de los no fumadores. La industria tabacalera ha hecho un trabajo de cabildeo excelente en Berlín. Pero sólo una prohibición consecuente de fumar en sitios públicos como escuelas e instituciones, pero también en restaurantes, bares y tabernas le traería puntos positivos a esta gran coalición.

Pero aún hay que hablar en subjuntivo, porque ya en el Bundestag, el Parlamento alemán, se empieza a hablar de compromisos y concesiones a la industria y sus lobbies que se venden como resultado de una política de consenso cuando no es otra cosa que aguar la propuesta de prohibición total.

En el restaurante el no fumador debe ser protegido de las toxinas que expele el vecino, regla que no valdrá en la discoteca y menos en el bar de la esquina. Eso no es consenso sino estupidez. En una taberna el grado de contaminación es altísimo. ¿No va a ser protegido el personal? Así es válido preguntar si en Alemania se le reconocerán algún día los derechos al consumidor".