Hungría detendrá a quienes crucen ilegalmente la frontera
11 de septiembre de 2015 A partir del martes 15 de septiembre, la Policía de Hungría comenzará a detener a todas las personas que entren ilegalmente al país. Así lo informó este viernes (11.09.2015) el primer ministro Viktor Orban, quien señaló que ese día comenzarán a regir las nuevas leyes que establecen, entre otras penas, hasta cinco años de cárcel por ingresar a Hungría sin autorización. También habrá castigos para quienes destruyan la valla que construyó el país en su límite con Serbia.
El dirigente nacionalista aseguró también que algunos refugiados se niegan a cooperar con la Policía y que sus acciones muchas veces violan la ley. “Tomaron estaciones de tren, se negaron a dar sus huellas digitales, no cooperaron y no están dispuestos a ir a lugares donde pueden recibir comida, agua, alojamiento y tratamiento médico. Se rebelaron contra el orden legal húngaro, estamos frente a una rebelión”, dijo Orban.
“Desde el 15 (de septiembre), las autoridades húngaras no perdonarán cruces de frontera ilegales”, aseguró Orban. En conversación con periodistas en Budapest, el primer ministro dijo que “no seguiremos acompañándolos cortésmente como hasta ahora”, y culpó a Grecia de la crisis. “Si Grecia no protege sus fronteras, nosotros tendremos que hacerlo”, aseguró. A juicio del político húngaro, el problema debe ser tratado en territorio griego y si Atenas no puede afrontarlo la UE debería apoyar a su socio incluso “con fuerzas de defensa de frontera”.
Gracias a los voluntarios
El gobierno húngaro ha ordenado el desplazamiento de 3.800 soldados para que colaboren con la instalación de una valla para evitar el ingreso de migrantes. Orban, además, criticó la propuesta del presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, de repartir 160.000 refugiados, asegurando que “no se pueden tomar decisiones europeas sin el consentimiento de los jefes de Estado” de la UE. La postura de Hungría es clara, argumentó Orban, que dijo que se atiene estrictamente al tratado de Schengen, que permite la libre circulación por 26 estados europeos.
Por otro lado, el coordinador del programa de refugiados del Comité de Helsinki en Hungría, Gabor Guylai, aseguró que si no fuera por el compromiso de los voluntarios que ayudan en los centros de acogida, estaríamos frente a una catástrofe humanitaria. Guylai criticó la llamativa falta de intervención de las iglesias y organizaciones como Cruz Roja. “La Cruz Roja en Hungría depende de los medios del gobierno y por eso se ha mantenido al margen”, dijo la directora del Comité de Helsinki en Hungría, Marta Pardavi. Se estima que cerca del 90 por ciento de las donaciones de alimentos y ropa para los refugiados viene de privados.
DZC (EFE, dpa, Reuters)