IATA cierra sus oficinas en Venezuela por inestabilidad
5 de diciembre de 2017
Algunas de las aerolíneas más importantes del mundo han dejado de volar al país o reducido sus operaciones debido principalmente a la imposibilidad de repatriar sus ingresos
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La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) cerrará a partir de enero próximo su oficina en Caracas ante la inestabilidad política y el deterioro de la situación social y económica, anunció este martes (05.12.2017) la organización.
El vicepresidente regional para las Américas de la IATA, Peter Cerdá, explicó a los medios que el cierre se producirá el 31 de enero a raíz de la inestabilidad en el país suramericano, "que tiene un impacto en la comunidad empresarial".
Por esta situación solo 6 aerolíneas de la IATA siguen operando en Venezuela frente a los 24 que había en el país en 2014.
Según Cerdá, el tráfico internacional ha descendido un 65 % desde su punto álgido en 2013 y más del 69 % de los vuelos de las aerolíneas miembros de la IATA han sido cancelados.
A esto se suma que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro sigue bloqueando la repatriación de 3.800 millones de dólares de fondos de la industria, recalcó Cerdá.
La IATA, que no tiene grandes esperanzas de mejora en Venezuela, operará a partir de febrero desde Panamá para apoyar a las aerolíneas que permanecen en Venezuela, la industria aérea más amplia y a los viajeros venezolanos.
Mientras, las operaciones cubanas que previamente se gestionaron desde Caracas, se trasladarán a la oficina de la IATA en Miami (EE.UU.), responsable de las relaciones con el Caribe.
Al menos una decena de aerolíneas ya no vuelan a Venezuela, entre ellas Lufthansa, Air Canada, United Airlines, Delta, Avianca, Alitalia y Latam. La razón principal es la imposibilidad de poder repatriar sus ingresos debido al estricto control de cambio impuesto por el expresidente Hugo Chávez en 2003 que le da al Gobierno el monopolio de la compra y venta de divisas y con ello la discreción de decidir a qué sectores se destinan las divisas.
En Venezuela, la crisis política y económica sigue afligiendo a la población. Muchos venezolanos pasan horas esperando en filas, en búsqueda de alimentos asequibles. Otros buscan algo para comer en la basura.
Imagen: picture-alliance/NurPhoto/A. Fuente
Buscando comida en bolsas de basura
En los países ricos, los ecoactivistas buscan comida en los contenedores de basura de los supermercados para protestar contra el consumismo. En Venezuela, sin embargo, son las circunstancias las que obligan al la gente buscar comida en las bolsas de basura.
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Refrigeradores vacíos
Unas pocas latas semivacías, agua, y nada más. Así se ven muchos refrigeradores en Venezuela. La comida es subvencionada por el Estado, pero por la baja en los precios del petróleo, el gobierno ya no puede pagar las importaciones de alimentos.
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El hambre está en todas partes
"Hambre" se puede leer sobre este muro en Caracas. Y por debajo: "dictadura". Venezuela se encuentra en una profunda crisis política y económica. El país está desde hace meses al borde de la bancarrota. EE.UU. impuso sanciones desde que el Parlamento fue derrocado para instituir una Asamblea Nacional Constituyente, afín al presidente.
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Organizaciones humanitarias tratan ayudar
Aunque Venezuela es rica en tierras cultivadas, importa gran parte de sus alimentos. Debido a la hiperinflación y los bajos precios del petróleo, las importaciones de alimentos se han vuelto costosas. Muchos supermercados siguen vacíos. El mercado negro está en auge, pero hay precios horrendos. Las organizaciones de ayuda como Caritas apenas pueden cubrir las brechas de suministro.
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Larga cola para un poco de maíz y aceite
Donde puede haber comida a precios asequibles, las colas son largas. Quien quiera conseguir algo, debe alinearse temprano en la mañana. El gobierno de vez en cuando vende alimentos básicos a precios reducidos, pero los críticos acusan al presidente Maduro de favorecer a sus seguidores en la venta de estos alimentos.
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¿La siguiente crisis humanitaria?
Se dice que el venezolano promedio perdió nueve kilos el año pasado. Muchos padres se abstienen de las comidas para al menos poder alimentar a sus hijos. Los países vecinos temen que la situación en Venezuela pueda llevar a la próxima gran crisis de refugiados. En Colombia ya puede haber medio millón de venezolanos.