IG Metall, el mayor sindicato unitario del mundo con más de dos millones de miembros, cuenta con un nuevo equipo de gerencia y se prepara para el trabajo del futuro.
Industria 4.0. ¿Producción sin humanos?Imagen: picture-alliance/dpa/C. Charisius
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“¡La obstrucción es una estrategia del pasado! En el futuro no sólo respaldaremos el acompañamiento, sino también la participación activa en los procesos de trabajo", anuncia Knut Giesler, gerente del distrito de IG Metall en Renania del Norte-Westfalia. Giesler y la nueva dirigencia del IG Metall demuestran que el diálogo permanente entre empleadores y consejos de empresa, organizados por IG Metall, evita, en muchos casos, consecuencias negativas para los empleados.
IG Metal presentó en Fráncfort un ejemplo concreto de ello: una empresa que produce componentes electrónicos altamente innovadores tuvo que reducir sus precios para recuperar su competitividad. Algo que solo fue posible, gracias a la automatización y el uso eficaz de robots. Varios empleados temían la pérdida de sus trabajos.
El sindicato optó por una solución conjunta: de 5 puestos de trabajo lograron mantenerse 3 en la producción, gracias a la optimización de los procesos y a una mejor preparación de los operarios, que aumentaron su cualificación y su salario. Las otras dos personas fueron asignadas a otros proyectos. La automatización le permitió ahorrar a la firma mucho más de lo que hubiera ahorrado despidiendo a varias personas.
La apertura reduce la obstrucción
La llamada "Industria 4.0" genera temores entre muchos trabajadores. Más y más operaciones son asumidas por robots autónomos. En la logística ya se ensaya con máquinas transportadoras que buscan y encuentran automáticamente su camino dentro de las instalaciones de una empresa. Las máquinas se comunican entre sí, sin la ayuda de trabajadores humanos. La creciente digitalización tiene sus consecuencias. Hay componentes codificados de productos que le informan a las máquinas cómo deben ser tratados posteriormente. Los comandos son ejecutados totalmente de forma automatizada. Las plazas de trabajo en las fábricas están cambiando.
El sindicalista Knut Giesler apuesta por el diálogo temprano entre empresarios y trabajadores ante la profunda incertidumbre que generan los agigantados cambios de la producción industrial en el mundo laboral.
Gerencia y más educación
Los cambios en IG Metall también han llegado a la gerencia, a cuya cabeza fue elegida recientemente Christiane Benner, la primera mujer en ese cargo en los 125 años de historia del mayor sindicato unitario alemán. Para la nueva jefatura es importante acompañar los cambios del trabajo en la digitalización de los procesos de fabricación. La iniciativa “Red para el Futuro” busca promover el intercambio entre la ciencia, la política y los sindicatos.
Christiane Benner, gerente de IG Metall.Imagen: picture-alliance/dpa/A. Heinl
Werner Eichhorst, investigador del Instituto para el Estudio del Trabajo, considera que una de las estrategias para enfrentar los cambios del trabajo es la ampliación de una oferta que permita y promueva la continua preparación de los trabajadores. Un cambio de postura que parece darle razón a IG Metall, que atrae a más miembros, por quinto año consecutivo, mientras otros sindicatos pierden a su clientela.
Sólo en 2014, IG Metall ganó 10.000 miembros más, convirtiéndose en una fuerza de 2.270.000 trabajadores organizados.
De los enemigos de las máquinas al salario mínimo
El movimiento obrero y sus organizaciones han logrado mucho en los últimos 150 años. Sus raíces están en la época de la industrialización, cuando los trabajadores se rebelaron contra la explotación.
Imagen: Getty Images
Bendición y maldición de la industrialización
Con la industrialización, que comenzó a finales del siglo XVIII en Gran Bretaña, llegaron el progreso tecnológico y las crisis sociales: los trabajadores se defendieron contra los métodos de explotación de los dueños de las fábricas. Los primeros disturbios tuvieron lugar en Inglaterra. Los trabajadores destruyeron máquinas, por cuyo uso perdían sus puestos de trabajo.
Imagen: imago/Horst Rudel
El “Manifiesto comunista”
También los obreros en plantas industriales sufrían: largas jornadas de trabajo, bajos salarios y pocos derechos. Karl Marx y Friedrich Engels escribieron entonces un programa para los trabajadores: el Manifiesto Comunista en el que convocaban a una " lucha de clases" y proponían como objetivo la victoria del proletariado sobre la burguesía.
Imagen: picture-alliance /dpa
El movimiento obrero se vuelve político
En 1864 se unieron los trabajadores en la llamada Primera Internacional. Luego se fundaron sindicatos y partidos como la Asociación General de los Trabajadores (ADAV) y el Partido Socialdemócrata de los Trabajadores (SDAP), bajo la dirección de Wilhelm Liebknecht (en la foto con el brazo en alto ) y August Bebel ( a su derecha ). De la fusión de éstos surgió en Alemania el actual SPD.
Imagen: AdsD der Friedrich-Ebert-Stiftung
Socialdemócratas vs comunistas
La socialdemocracia alemana fue el modelo para otros países europeos. Después de la II Guerra Mundial, el movimiento obrero se dividió entre socialistas y comunistas. Lenin (en la foto), fundó el régimen comunista soviético que sobrevivió unos 70 años.
Imagen: Getty Images
Los nazis prohíben los sindicatos
A pesar de la división del movimiento obrero en la década de 1920, los sindicatos tenían tantos miembros como nunca antes. La toma del poder por los nacionalsocialistas en Alemania puso fin a su apogeo: los nazis disolvieron los sindicatos y muchos sindicalistas fueron perseguidos. Algunos fueron ejecutados.
Imagen: picture-alliance/dpa
Levantamiento obrero en la “Dictadura del Proletariado”
En la República Democrática Alemana (RDA) existía la Federación Libre de Sindicatos Alemanes (FDGB). Pero el 17 de junio 1953 los obreros y trabajadores del régimen comunista protestaron contra el Estado: cientos de miles de trabajadores que manifestaron su descontento fueron parados y tacados por las tropas soviéticas. El sindicato FDGB estaba de parte del régimen.
Imagen: picture-alliance / akg-images
Movimiento laboral sin trabajadores
En los estados democráticos la importancia del movimiento obrero empezó a perder significado desde 1945. El número de trabajadores industriales, otrora impulsores del movimiento obrero, disminuyó. Además, en los años 60 y 70 surgieron otros nuevos movimientos como el feminista o el ecologista.
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De sindicalista a presidente
El sindicato polaco "Solidarność" es probablemente el más conocido del mundo. Fundado en 1980, se convirtió en pocos meses en un movimiento de masas que diez años más tarde influyó en el cambio hacia la democracia de Polonia. Su primer presidente, Lech Walesa (foto), fue luego el presidente de Polonia en 1990 .
Imagen: picture-alliance/dpa
Las luchas de hoy
Hoy en día, los sindicatos siguen luchando en Alemania por mejores condiciones de trabajo y de vida: competencia salarial, discriminación en el trabajo, o una pensión suficiente. El lema de la Federación Sindical Alemana (DGB ) en este Día del Trabajo reza: "Buen trabajo por una Europa social".