El presidente del Consejo de la Iglesia Evangélica alemana, Wolfgang Huber, llamó a la clase política a observar seriamente los problemas sociales que hay detrás de los disturbios registrados en Francia y a trabajar por la integración de los inmigrantes para evitar una extensión de ese problema.

"Confío en que nuestro país no sufra algo parecido". "Para ello es preciso que se tomen en consideración las tensiones sociales también existentes en Alemania", dijo Huber, en la apertura del sínodo de la Iglesia Evangélica, que cuenta con 25,8 millones de fieles.

El modelo de sociedad multiétnica se está viendo cuestionado, prosiguió Huber, pero por encima de polémicas hay que reflexionar acerca de hasta qué punto se ha hecho lo necesario para integrar en a la inmigración procedente de otras culturas y religiones.

El Consejo de la Iglesia Evangélica, la confesión principal en Alemania junto a la Católica, con un número casi igual de fieles, mostró asimismo su preocupación por la reestructuración del sistema social alemán.

Huber llamó a los políticos, ante la formación de una gran coalición bajo liderazgo de la conservadora Angela Merkel, a mantener un equilibrio entre la necesidad de ahorrar y el estado social.