¿Ignora Ahmad Al Sharaa los problemas internos en Siria?
26 de septiembre de 2025
Para el presidente interino de Siria, Ahmad Al Sharaa, el discurso pronunciado esta semana en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York marcó un hito en su carrera y en el reconocimiento del país. "Siria está recuperando el lugar que le corresponde entre las naciones del mundo", afirmó Al Sharaa en Nueva York.
Era la primera vez que un jefe de Estado sirio asistía a la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) desde 1967. Los 50 años de gobierno de mano dura de la familia Asad en Siria hizo que las relaciones con Estados Unidos se mantuvieran frías. Siria estaba representada en la AGNU por ministros de Asuntos Exteriores en lugar de por el jefe de Estado.
Sin embargo, las relaciones entre Siria, Estados Unidos y muchos países occidentales se han ido descongelando desde diciembre de 2024, cuando una ofensiva liderada por la milicia islamista Hayat Tahrir Al Sham, bajo el mando de Ahmad Al Sharaa, derrocó al dictador Bashar Al Asad, que llevaba mucho tiempo en el poder, y puso fin a casi 14 años de guerra civil.
"Ahmad Al Sharaa parece ser muy consciente de la necesidad de mejoras tangibles y de traducir ahora el impulso internacional más amplio en avances sólidos, sabiendo que la estabilidad de su gobierno y del país estará directamente ligada al progreso", declaró a DW Julien Barnes-Dacey, director del programa MENA del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
Persisten los retos internos
Sin embargo, el creciente reconocimiento internacional de Siria contrasta fuertemente con la continua inestabilidad regional e interna.
En su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, Al Sharaa condenó los frecuentes ataques del Ejército de Israel, "que contradicen el apoyo de la comunidad internacional a Siria y a su pueblo".
Aunque destacó que Siria sigue "comprometida con el diálogo", descartó que normalice sus relaciones con Israel en un futuro próximo.
Mientras tanto, las negociaciones con Israel, lideradas por Estados Unidos, han pasado de centrarse en la plena normalización diplomática a buscar un acuerdo de seguridad que podría incluir la retirada de las fuerzas israelíes del territorio sirio, y el retorno al acuerdo de separación de 1974. Dicho acuerdo preveía la continuación del alto el fuego y la separación de las tropas enemigas por una fuerza de paz de la ONU.
Al Sharaa también planteó la cuestión de la violencia sectaria letal contra grupos religiosos y étnicos, como las minorías alauita, cristiana y drusa, que se produjo bajo su mandato, este año. Al parecer, en los ataques participaron fuerzas gubernamentales y milicias afines.
"Prometo llevar ante la justicia a cualquiera que tenga las manos manchadas con la sangre del pueblo sirio", prometió Al Sharaa en Nueva York, añadiendo que Siria había formado misiones de investigación y había concedido a las Naciones Unidas el derecho a investigar los asesinatos.
Se aproximan controvertidas elecciones
Al Sharaa también reiteró que se deben respetar los derechos de las minorías y que es preciso formar un gobierno inclusivo que refleje la diversidad étnica y religiosa de Siria.
Sin embargo, los críticos afirman que las próximas elecciones parlamentarias en Siria carecen de una representación democrática genuina. La votación, que se pospuso de mediados de septiembre al cinco de octubre, excluirá a dos minorías de tres regiones debido a problemas de seguridad y a la ausencia de control central.
Otro punto de controversia es que 121 escaños del nuevo Parlamento sirio en Damasco serán seleccionados por órganos electorales con fuertes vínculos con el presidente. En un principio, había 140 escaños en juego, pero debido a la exclusión de dos minorías, 19 escaños quedarán vacantes por el momento. Los escaños restantes de la nueva Asamblea Popular serán designados directamente por Al Sharaa.
"Existe la sensación de que el enfoque de Al Sharaa de centralizar el poder bajo su liderazgo está cerrando el espacio para un enfoque de gobernanza más inclusivo que dé cabida a las minorías y a una federalización geográfica del poder",advirtió Barnes-Dacey.
En su discurso, Al Sharaa pidió el levantamiento total de las sanciones "para que dejen de ser un lastre para el pueblo sirio". En su opinión, Siria ha pasado de ser un "exportador de crisis" a un lugar de "oportunidades" que no debería enfrentarse a más sanciones internacionales.
Aunque muchas sanciones, como las impuestas por la Unión Europea y EE. UU. tras el estallido de la guerra civil siria en 2011, se levantaron a principios de este año, las sanciones más estrictas, la Ley César de Protección Civil de Siria de 2019, siguen vigentes. Estas sanciones tenían por objeto exigir responsabilidades por los crímenes cometidos por el anterior Gobierno sirio de Asad, así como por sus aliados, Rusia e Irán. Sin embargo, su eliminación definitiva depende del Congreso de Estados Unidos.
"Al Sharaa tiene un argumento sólido en lo que respecta a la importancia fundamental del alivio de las sanciones, que está logrando gracias a su compromiso con los Estados Unidos, y que será crucial para abrir las entradas económicas que el país necesita tan desesperadamente", afirmó Barnes-Dacey, del ECFR.
(gg/cp)