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Immendorff: arte y dolor

Pablo Kummetz2 de agosto de 2006

Jörg Immendorff es el pintor contemporáneo alemán más famoso. Pero el destino, además de éxito, le ha deparado también una seria enfermedad y escándalos. En Karlsruhe se le dedica ahora una exposición.

Un visitante observa la escultura "BRD-Stuhl Lupenadler" en Karlsruhe.Imagen: picture-alliance/ dpa

Verse pueden más de 70 obras de Immendorff, entre cuadros, grabados y plásticas, clasificadas en tres periodos creadores del artista de los años 60 hasta 1995.

Jörg Immendorff hace un año, cuando su salud aún no estaba tan quebrantada.Imagen: dpa

Sólo faltan los trabajos más recientes de Immendorf, que actualmente tiene 61 años de edad y desde hace ocho años sufre de la incurable enfermedad esclerosis lateral amiotrófica (ELA), está paralítico hasta el cuello y depende de un aparato de respiración y una silla de ruedas.

"A la cuarta fase de creación de Immendorf nunca hallé un acceso", dice Erika Rödiger-Diruf, directora del museo Städtische Galerie y curadora de la muestra.

Un regreso a la historia

"Café Alemania VI", de la serie Café Alemania.Imagen: picture-alliance/ dpa

La exposición "Facetas de una obra" presenta la obra de este artista político en forma cronológico-temática y comentada con particular esmero. Es un periplo de regreso a la historia de Alemania y del mundillo del arte alemán: Immendorff, alumno de Teo Otto y Joseph Beuys, nunca quiso –en una época en que todo su entorno tendía al conceptualismo y el minimalismo– desprenderse de lo figurativo.

En sus tempranos trabajos de los años 60 y 70, Immendorff caricaturizó a la elite política de entonces en una mezcla de cómic con realismo socialista, en imágenes que hoy se nos antojan ingenuas en vista de las dimensiones de los problemas posneoliberales.

Pero el por entonces maoísta Immendorff tenía algo que no abunda en la izquierda alemana: no tomarse muy en serio a sí mismo. Sus muñecos pintados en lienzo con chillones colores y que claman por la paz parecen incluso guardar cierta condescendencia para con el devenir del mundo.

Dudosa calaña

"Café Alemania II" (1978), de Jörg Immendorff.Imagen: Kunstmuseum Bonn

Las obras de su segundo periodo creativo tematizan la Guerra Fría y la división de Alemania. En las 19 pinturas exhibidas, que Immendorf creó entre 1978 y 1982, surgen, bosquejados, el águila como símbolo de la República Federal, la Puerta de Brandeburgo, alambre de púas y oscuras figuras.

Pero los personajes sentados en los cuadros de la serie "Café Alemania" no son para nada héroes, sino artistas de dudosa calaña, rodeados de soplones, agentes secretos y figuras lobunas junto a la barra del bar, maquilladas de rojo, negro y gualdo, los colores nacionales alemanes. Y como símbolo del frío en las relaciones entre Alemania Oriental y Alemania Occidental, Immendorff opta por un enorme glaciar.

En su tercera fase, Immendorff reflexiona, por ejemplo en la serie "Café de Flore", sobre su propia existencia como artista. El cuadro del mismo nombre de 1990/91 muestra un mercado de verduras en el que Immendorf colocó seres humanos vivos y otros ya fallecidos, entre ellos conocidos pintores, él mismo como comerciante judío y una mujer desnuda con los rasgos de Rita Hayworth.

Un surrealista realista

"Immendorff se autodefine como 'surrealista realista', y ello con razón", dice Rödiger-Diruf. Sus sueños pintados son "tanto aproximaciones a la realidad como también mundos oníricos", que el artista, según él mismo ha dicho, "no piensa descifrar".

La directora del museo quiere también "sacar a Immendorff del pantano de la prensa sensacionalista". El pintor saltó a los titulares cuando, en el 2004, la Policía lo sorprendió en un hotel de lujo de Düsseldorf consumiendo cocaína junto con prostitutas. Con la exposición, Rödiger-Diruf aspira a "hacer olvidar ese episodio y mostrarle a la gente al artista Immendorff".