El diario británico The Daily Telegraph piensa que los alemanes añoran a la Dama de Hierro: "Alemania no se encuentra en una situación tan mala como las de Gran Bretaña en 1979, pero muchos de los problemas son idénticos – enorme desempleo, sindicatos tradicionales, elevados costos del sistema social. Y no hay nadie a la vista que pueda afrontar esa situación. Schröder no es la persona adecuada. Además, todavía no está claro si quien liderará al partido conservador en las próximas elecciones será capaz de acabar con la miseria. ¡Cómo les gustaría a los alemanes tener ahora a una Mrs. Thatcher!"

¿Dimisión?

El rotativo austríaco Der Standard comenta las controversias internas del Partido Socialdemócrata alemán y el plan de reformas titulado Agenda 2010: "Es un primer éxito de los rebeldes dentro del partido, que sus propuestas también sean discutidas en el congreso extraordinario en junio. Muestra que la resistencia permanente del ala izquierdista es capaz de frenar a Schröder. Aunque el canciller en pocas semanas haya amenazada ya por tercera vez con su dimisión, aumentó el número de oponentes a su plan de reformas. Schröder tiene que empezar a temer la perdida de la mayoría parlamentaria. Es un juego atrevido: quien amenaza tantas veces con su dimisión, tiene que estar dispuesto a enfrentar las consecuencias."

Advertencia necesaria

El diario ruso Kommersant tiene una opinión diferente al respeto: "Schröder no tuvo otra salida que amenazar con su dimisión. No puede seguir en la Cancillería con una parte de su propio partido en contra. La coalición roji-verde es demasiado débil para eso. No es como en Alemania lo pintan algunos medios de comunicación, que dicen que Schröder simplemente se extralimitó. El canciller mostró con toda claridad las alternativas: si los rebeldes no apoyan su plan de reformas (y la Agenda 2010 sólo es el principio), abren las puertas de la Cancillería para el partido conservador CDU/CSU. Esto significaría un paquete de reformas aún peor."

Manía de reformas

El diario alemán Süddeutsche Zeitung encuentra rasgos histéricos en la discusión sobre las reformas: "Ya da casi igual lo que se decida. Ya nadie parece preguntar por los detalles de los planes de reforma. Reformas se convirtieron en un valor en sí. Las reformas son un sinónimo de acción y acción equivale a solución. [...] Lo peor que le podría pasar a la política de reformas es que se haga algo sólo por el hecho de tener que hacer algo, cualquier cosa - de cualquier manera."