In dubio pro reo
5 de febrero de 2004"Para usted es un motivo de alivio, pero no una razón para celebrar". Con estas palabras se dirigió el presidente del tribunal hamburgués al marroquí Abdelghani Mzoudi, tras dictar el veredicto: libertad por falta de méritos. Con ello dejó en claro que el fallo no equivale a una absolución. Implica sólo que la Fiscalía no logró presentar pruebas suficientes para avalar la acusación de complicidad en el asesinato de más de 3000 personas, el 11 de septiembre del 2001.
Carrera de obstáculos
El veredicto de la corte hamburguesa en el segundo proceso realizado en torno a los atentados contra el World Trade Center de Nueva York no fue una sorpresa. Ya en diciembre el juez había dictaminado que no había méritos suficientes para mantener al acusado en prisión preventiva. Al no lograr demostrar que estaba en conocimiento de los planes terroristas del grupo liderado por el piloto suicida Mohammed Atta, la acusación tampoco pudo convencer al tribunal, más allá de toda duda, de que los actos realizados por Mzoudi fueron más que meros favores cotidianos.
El magistrado que presidió el juicio, Klaus Rühle, aseguró que el fallo no constituye una derrota en el combate contra el terrorismo. La labor de tribunal era encontrar la verdad, pero se topó con obstáculos insalvables. Por ejemplo, la negativa de las autoridades estadounidenses a poner a disposición del tribunal hamburgués los testimonios de Ramzi Binalshib, considerado el principal encargado logístico de los atentados. Según Rühle, un proceso judicial exige tomar todos los factores en cuenta para llegar a un veredicto y, si ello no se cumple, "lo terroristas habrían conseguido otro objetivo: el de causar daño al estado de derecho".
Intereses contrapuestos
El fallo es pues resultado de un proceso bastante sui generis, en el que los intereses judiciales y políticos chocaron reiteradamente. Ciertamente existe en Alemania un claro consenso en cuanto a participar con toda energía en la lucha contra el terrorismo internacional. Pero eso no significa echar por la borda principios básicos del derecho, por delicada que sea la situación. Y vaya que lo es en este caso, porque el resultado del juicio podría incidir también en la suerte de otra figura del grupo: el marroquí Mounir Al Motassadeq, condenado a 15 años de cárcel.
Si bien el ministro alemán del Interior declinó comentar lo ocurrido este jueves, hubo varias reacciones críticas. Desde ya, la Fiscalía anunció que apelará, mientras las autoridades de Hamburgo anunciaron que piensan solicitar una rápida expulsión de Mzoudi de Alemania. En tal caso, podría ser detenido en su patria e incluso extraditado a Estados Unidos.