Las comunidades de Andayaje y Llachi en el distrito de Ccatcca y de Lagua Lagua en Ocongate son las más afectadas, en el cerro Hatun Kcasa y que destruyó más de 100 hectáreas de pastos naturales, eucaliptos y pinos.
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Ocho muertos, entre ellos cuatro niños, y más de 30 heridos dejó este viernes (07.08.2020) un incendio forestal en la región de Cusco, en el sur de Perú, informó la policía.
El alcalde del distrito de Ocongate, Grimaldo Quispe, alertó que la cifra de fallecidos podría aumentar porque el Ejército peruano está buscando a un grupo de pobladores desaparecidos, que salieron al campo a intentar sofocar el incendio, según declaró a la agencia estatal Andina.
Las comunidades de Andayaje y Llachi en el distrito de Ccatcca y de Lagua Lagua en Ocongate son las más afectadas por el incendio desatado en el cerro Hatun Kcasa y que destruyó más de 100 hectáreas de pastos naturales, eucaliptos y pinos.
Unos quince heridos fueron trasladados a los hospitales Regional y Antonio Lorena de Cusco, entre los cuales hay niños con graves quemaduras.
El alcalde distrital explicó a Andina que los agricultores de la zona están desolados porque se han quemado medio millón de pinos y otras especies maderables, que cultivaban como su medio de subsistencia, además de un ecosistema para la producción de hongos.
"Medio millón de pinos, que con sacrificio plantamos en las comunidades, se han perdido", se lamentó Quispe. En este distrito se tenía proyectado cultivar cuatro millones de pinos en los cuatro años de gestión municipal.
"Quemas agrícolas"
En otras regiones del país, como Ancash y Puno, también se han reportado incendios forestales en estos días, motivo por el cual el ministerio del Ambiente y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp) exhortaron a la población a evitar las "quemas agrícolas".
En Cusco, "todas las provincias presentan condiciones medias a muy altas para la ocurrencia de incendios, siendo Paruro, Canas, Chumbivilcas, Quipicachi, Acomayo y Espinar las que tienen más de un 90 por ciento de su territorio comprometido", indicó el ministerio en un comunicado.
Recordó que ocasionar incendios forestales es un delito que se sanciona con 4 a 6 años de cárcel, de acuerdo al Código Penal, y que el 98 por ciento de estos incidentes son ocasionados por el hombre.
"Estas condiciones favorables en el territorio generan que una simple quema o fogata desencadene en un incendio incontrolable", agregó el ministerio.
Reiteró a la población evitar las quemas de chacras (sembríos), pastizales y la cobertura vegetal, y señaló que "quienes realizan pagos a la tierra que ocasionan los incendios forestales" destruyen los ecosistemas, la flora y fauna silvestre, y generan gases tóxicos que agudizan las enfermedades respiratorias, agravando el actual escenario de la pandemia de la COVID-19.
mg (efe, afp)
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Perú: 50 aniversario del terremoto de Áncash
El terremoto de Áncash, Perú, el 31 de mayo de 1970, causó una destrucción masiva, sepultando poblaciones enteras y cambiando la vida de los que sobrevivieron. Un recorrido en imágenes.
Imagen: picture-alliance/F. Neukirchen
Desde el Huascarán
El Huascarán es la montaña granítica culminante de los Andes peruanos, con una altura de 6.757 metros. El 31 de mayo de 1970, tras un potente terremoto de magnitud 7,9 en la escala de Richter, este majestuoso nevado de la denominada Cordillera Blanca perdió parte de su corona nevada, un millón de metros cúbicos de hielo con consecuencias nefastas para los pobladores a los pies de su cara norte.
Imagen: picture-alliance/F. Neukirchen
Un alud-aluvión
El epicentro del sismo fue ubicado en el mar, a 50 km de profundidad, 30 km al oeste de Chimbote, en el departamento de Áncash, 375 km al norte de Lima. El movimiento telúrico desencadenó un alud que, convertido en aluvión de grandes proporciones, sepultó la población de Yungay y arrasó comunidades vecinas en la quebrada Ranrahirca y el valle del río Santa.
Refugio en el cementerio
Cuando la tierra comenzó a temblar, a las 3:23 de la tarde, los pobladores de Yungay corrieron a la Plaza de Armas. Pero, cuando se desató el alud, los pocos que lo consiguieron, en lugar de sepultura, encontraron vida esa tarde en el particular cementerio de cinco pisos de terrazas circulares, en una colina de la ciudad.
Imagen: picture-alliance/dpa/V. Shustov
Sepultura en la ciudad
Yungay, como su vecina Ranrahirca (en la foto) quedaron sepultadas bajo la masa de hielo y lodo, con todas sus edificaciones y, lamentablemente, una gran parte de su gente. En Yungay, por ejemplo, apenas 300 de sus 20.000 pobladores sobrevivieron.
Imagen: Archivo Indeci
Sin "Casa de la Suerte”
Sin sufrir el alud, en Huaraz, capital del departamento de Áncash, la destrucción fue masiva. La mayoría de las construcciones eran añejas y de adobe, como esta antigua "Casa de la suerte”, pura ironía amarga en esta imagen.
Imagen: picture-alliance/dpa/J. Bourdier
Campamento al aire libre
A los sobrevivientes les tocó instalarse temporalmente en los pocos espacios libres entre las ruinas. La Plaza de Armas de Huaraz sirvió a este fin. Más tarde, con ayuda del Ejército y cooperación extranjera, les tocaría vivir también en campamentos al margen de lo que habían sido sus comunidades.
Imagen: Getty Images/AFP
En el Callejón de Huayla
Los daños fueron severos en el Callejón de Huaylas (o valle del río Santa), sobre todo en Recuay, Huaraz, Carhuaz y Caraz.
Imagen: Imago Images
Y en la costa
En la zona costera quedaron destruidas Casma (foto) y Chimbote. Y, en menor medida, Trujillo y Huarmey. Y fuera de estas áreas principales, el sismo se sintió fuertemente en Tumbes, Jaen, Moyobamba, Iquitos, Huánuco, Lima, Pisco e Ica. También se sintió en Guayaquil, Ecuador. No así en Abancay, Arequipa y Cuzco.
Imagen: picture-alliance/AP Photo
Visita obligada al viejo Yungay
El principal atractivo del antiguo Yungay es hoy el cementerio, visitado por unos 15.000 turistas al mes, según autoridades locales. La ciudad, localizada en la zona central del Callejón de Huaylas, fue reubicada 1 km al norte de su ubicación original.
Imagen: picture-alliance/AP/R. Abd
Lagunas: belleza y riesgo
Al pie de la cara norte del Huascarán y sobre la nueva Yungay, se halla la Laguna de Llanganuco (foto). El alud de 1970 arrasó al sur de este nevado. Pero la actual desglaciación formó cientos de nuevas lagunas, sobre otras principales ciudades del Callejón de Huaylas. Hermosas y controladas por las autoridades, no dejan de recordar un riesgo latente adicional para los pobladores de la zona.