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Incendios forestales: Más vale prevenir que apagar

26 de agosto de 2024

Incendios en Brasil, en Bolivia, en España, en Portugal, en Grecia. DW conversó Horacio Gilabert, especialista de la Universidad Católica de Chile, que ve un vasto campo para cooperar con Europa.

Los incendios en Valparaíso (Chile, en febrero de 2024)
Los incendios en Valparaíso (Chile, en febrero de 2024)Imagen: Lucas Aguayo Araos/AA/picture alliance

"Cuando se genera el mega incendio forestal, municipios, Fuerzas Armadas y servicios civiles de combate de incendios suman esfuerzos. Cuando ya supera todas nuestras fuerzas, empieza a llegar ayuda desde afuera: aviones desde el hemisferio norte, también de Brasil, Argentina, Perú, Bolivia e incluso México. Los mecanismos de cooperación incluyen información, equipamiento, logística e información”, explica a DW Horacio Gilabert, académico de la Facultad de Agronomía y Sistemas Naturales de la Universidad Católica de Chile.

Efectivamente, según explican a DW fuentes europeas, en repetidas ocasiones, a través de su Mecanismo de Protección Civil, la Unión Europea (UE) ha enviado aviones cisterna para combatir los incendios forestales en Chile. En 2023, tanto Bolivia como Chile fueron asistidos por los europeos; en total, en ese año, el Mecanismo se activó sesenta y seis veces. Una solicitud del país afectado o de Naciones Unidas basta para activarlo. Por otro lado, en 2024, la UE destinó 200.000 euros para ayudar, a través de la Cruz Roja chilena, a las víctimas de los mega incendios.

En el sentido contrario también ha habido cooperación. "Hay mecanismos internacionales a través de los cuales, gente especializada en combate de incendios va a trabajar a Europa o a Estados Unidos, aprovechando que las temporadas de incendios forestales se alternan”, sigue Gilabert, que integra el Centro de Cambio Global y el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres.

¿Por qué los desastres?

"Muchas veces el foco de la noticia está en el combate de los incendios forestales. Pero hay una etapa previa y una posterior que no reciben tanta atención”, sigue el académico chileno. Se trata de la prevención y, luego, de la recuperación del territorio y las comunidades. "Los incendios forestales han venido para quedarse, estamos convencidos. Hay harto que ganar de la cooperación con la UE, que sí tiene mecanismos para tratar los problemas antes y después de la emergencia”, subraya.

En la base de la prevención está el momento de ponerse alerta: cuando en un área confluyen temperaturas superiores a los 30 grados centígrados, un viento de 30 o más kilómetros por hora y una humedad relativa inferior al 30%, la probabilidad de incendio forestal es muy alta. "En los últimos incendios en Chile hemos comprobado que la condición fue del 30-30-40, lo que significó que el fuego se propagara muy rápidamente”, ilustra Gilabert añadiendo que la "30-30-30” es una regla empírica que funciona bastante bien para generar alerta. "En esos casos, compartir información satelital es crucial”, puntualiza.

¿Y qué sucede en el estado de alerta?

"En el caso de las empresas forestales, las actividades se paralizan y todo el personal se coloca en función de prevenir los incendios: hay mayor patrullaje para detectar eventuales focos intencionales o no. En el caso de Chile, el 99% de los incendios son provocados por personas”, explica Gilabert. 

A este respecto, en su balance de incendios forestales para 2023-2024, la Corporación Nacional Forestal (CONAF) habla de negligencia en un 57%, de accidente en un 7% y de intención en un 33%. "Tenemos un ranking de las áreas donde siempre ocurren incendios: están asociadas a las vías de internación a bosques y praderas, a las rutas por donde las personas circulan”, sigue el especialista de la Universidad Católica de Chile

¿Cómo prevenir? 

La educación y la preparación de las comunidades son para Gilabert la clave de la prevención de los incendios forestales. En este sentido, la cooperación europea trabaja con varios países latinoamericanos. Las herramientas de sensibilización y concienciación social, por ejemplo, integran un próximo taller de formación, organizado por la Agencia de Cooperación Española desde La Antigua (Guatemala) para países latinoamericanos.

También, así informan a DW fuentes de Euroclima+, funcionarios del Ministerio de Ambiente de República Dominicana han realizado estancias con equipos de Prevención y Análisis de Incendios Forestales del Ministerio de Transición Ecológica de España. Una de las herramientas y buenas prácticas que se quiere difundir es la quema controlada o quema prescrita. ¿En qué consiste?

La paradoja del fuego

"Existe lo que se llama la paradoja del fuego. Mientras más eficiente es la prevención del fuego, cuando el incendio ocurre éste es mayor”, explica Horacio Gilabert. "Precisamente porque se impide que determinados ciclos naturales de quema bajen la carga de biomasa y biocombustible en el paisaje”, agrega. Así, en la quema prescrita, se genera intencional y organizadamente un incendio de baja intensidad en praderas o matorrales con potencial de provocar un incendio muy grande en caso de que llegue al bosque.

¿Una quema prescrita es una puerta abierta para cambiar el uso del territorio como ha sucedido tras los incendios forestales en la Amazonía o en ciertos entornos urbanísticos tanto europeos como latinoamericanos? Horacio Gilabert responde con el caso de Chile: "Hay una legislación que impide el cambio de uso del suelo por un período relativamente largo. Se trata precisamente de desincentivar este comportamiento que pudo haber sido, en áreas con potencial inmobiliario importante, la causa de algunos de los incendios forestales”.

(ers)

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