Indígenas: "Correrá sangre si Brasil cambia reservas"
31 de octubre de 2015
Una norma propone limitar el poder del Ejecutivo para definir y delimitar las reservas indígenas, lo que genera creciente indignación y protestas entre los pueblos originarios brasileños.
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Una veintena de etnias de Brasil se encuentran reunidas estos días en Palmas, capital del estado de Tocantins (norte), con motivo de la celebración de los primeros Juegos Mundiales de los Pueblos Indígenas (JMPI).
El líder Raoni, de la etnia Pataxó, emitió un "aviso de guerra" y advirtió que, en caso de ser aprobada, habrá "lucha en el Congreso y en las tierras indígenas contra los propietarios de las haciendas". "Si se aprueba la enmienda va a haber un derrame de sangre", dijo a Efe Raoni, quien llevaba escrito en su cuerpo con tinta de Jenipapo "No a la Pec 215", en referencia al proyecto de enmienda constitucional.
Varias etnias rechazan “Pan y circo”
También lo cree Silvino Sirnacue, líder de la etnia Xerente, quien expresó su confianza en la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, para vetar el proyecto en caso de ser aprobado por el Congreso de los Diputados.
La Presidencia emitió la víspera una inusual crítica y advirtió en un comunicado que la cuestionada enmienda atenta contra el principio de separación de los poderes del Estado y contra la Constitución brasileña. Antonio Luiz Zunizakae, de la etnia paresí, resaltó que la posición del Gobierno calmó los ánimos de los indios reunidos en los Juegos Mundiales, algunos de los cuales invadieron el miércoles la arena y paralizaron las competiciones como símbolo de rechazo a la llamada PEC 215.
Zunizakae explicó que las etnias están organizándose para ir a protestar a las puertas del Congreso, en Brasilia, y recalcó que aunque los paresí son un pueblo pacífico "usarán la violencia si es necesario".
Los guaraníes, una de las etnias más afectadas por los problemas territoriales. Los guaraníes y los hacendados se disputan desde hace décadas la tenencia de territorios en la región, que los indios reclaman como tierras sagradas de sus antepasados de las que fueron expulsados por métodos violentos, mientras que los agricultores alegan que compraron sus fincas legalmente. Los conflictos por tierras en la región han sido la causa de 390 asesinatos de guaraníes desde 2003, según recuentos de organizaciones indigenistas.
Un grupo de guaraní-kaiowá denunció "un verdadero genocidio, marcado por ataques paramilitares, asesinatos, golpes, violaciones y persecuciones" contra su gente.
En Brasil viven unos 817.000 indios, el equivalente al 0,4 % de la población del país, y sus reservas por poco más de 1,1 millones de kilómetros cuadrados, incluyendo las que aún no fueron delimitadas, representan el 13,6 % del territorio nacional.
Indígenas amazónicos amenazados por la exploración petrolífera
La petrolera colombo-canadiense Pacific Rubiales explora tierras habitadas por los matsés y sus vecinos "no contactados" en Perú y Brasil. El proyecto amenaza la vida indígena, denuncia Survival International.
Imagen: Christopher Pillitz
El "pueblo del jaguar"
Cerca de 2.500 indígenas matsés (llamados “mayorunas” en Brasil) viven en la ribera del río Yaquerana, en la frontera entre Brasil y Perú. Junto con el pueblo indígena matis –al que los une un cercano parentesco, así como el modo en que decoran sus rostros evocando los bigotes y dientes de un gran felino– se les conoce como “el pueblo del jaguar”.
Imagen: Christopher Pillitz
Sin fronteras, con vecinos ''aislados''
Para los matsés, la frontera peruano-brasileña no existe: sus arroyos, planicies aluviales y selvas de arena blanca conforman un solo territorio ancestral. En él viven también pueblos indígenas en situación de “aislamiento voluntario”, tanto en Perú como Brasil.
Imagen: Rebecca Spooner/Survival International
Cazadores y recolectores
Son expertos en el uso de arcos y flechas para la caza de monos araña, pecaríes o puercos almizcleros de hocico blanco, tapires, monos lanudos y armadillos. Decoran las varillas de sus flechas de caña con hilo de algodón y un tipo de hierba dorada. En la estación seca, recolectan huevos de tortugas fluviales.
Imagen: Christopher Pillitz
''No comemos alimentos de la fábrica''
Los matsés cultivan además una amplia variedad de vegetales en sus huertos, entre ellos, alimentos esenciales en su dieta como plátanos y yuca. “No comemos alimentos de la fábrica (…), por eso necesitamos espacio para cultivar nuestra propia comida”, explica Antonina Duni, una mujer matsés, a los visitantes de Survival International.
Imagen: Rebecca Spooner/Survival International
Elíxir... de plátano
Las mujeres matsés se encargan de preparar el chapo, una bebida dulce de plátano. La fruta madura siempre está hirviendo en el hogar de los matsés. Luego, su masa se exprime a través de un colador hecho con hojas de palma. La bebida resultante se sirve caliente, junto al fuego. Muchos la beben mientras se mecen sobre una hamaca.
Imagen: Rebecca Spooner/Survival International
Pescadores precavidos
Para proteger sus tierras, evitan agotar el suelo y las poblaciones de animales y peces alternando los lugares donde cazan y pescan.
Imagen: Alison Wright
Fuerza de rana
Para provocar un sentimiento de claridad, visión y fuerza que puede durar varios días, los matsés se aplican veneno de rana antes de sus partidas de caza. Recogen el fluido de una rana verde conocida como "acate" frotando la piel del animal con un palo y se lo aplican luego a sí mismos en pequeños agujeros quemados en la piel.
Imagen: James Vybiral/Survival International
Energía de tabaco
Los hombres matsés soplan también tabaco, o polvo de “nënë”, por la nariz de otros hombres para darles mayor fuerza y energía.
Imagen: James Vybiral/Survival International
Contacto y enfrentamiento
Los matsés fueron contactados por primera vez en 1969 por un grupo misionero estadounidense, que llegó a la región tras enfrentamientos violentos entre los indígenas y colonos locales que pretendían construir una carretera a través de este territorio. Desde el primer contacto, muchos matsés han muerto por enfermedades como malaria, tuberculosis, desnutrición y hepatitis.
Imagen: Rebecca Spooner/Survival International
Amenaza para la supervivencia
Desde 2012, la petrolera canadiense Pacific Rubiales explora tierras habitadas por los matsés y sus vecinos no contactados. La construcción de cientos de líneas sísmicas y la excavación de pozos a través de 700 kilómetros cuadrados de selva amenazará las cabeceras de tres ríos esenciales para la supervivencia de los matsés y sus vecinos, denuncia la organización Survival International.