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India-UE: juntos, pero sin prisa

Enrique López Magallón13 de octubre de 2006

Representantes de la Unión Europea y de la India se reunieron en Helsinki para impulsar un tratado bilateral de libre comercio. Esperan acelerar su crecimiento y, en el caso indio, mitigar la profunda desigualdad.

Tanto la UE como la India abanderan el libre comercio mundial.Imagen: Fotomontage/AP Graphics/DW

La India se perfila como una de las grandes potencias económicas del mundo, con un crecimiento que se ubicará entre siete y nueve por ciento, de acuerdo con las proyecciones hechas por el primer ministro, Manmohan Singh. Al mismo tiempo, el enorme país asiático es una de las cuatro únicas naciones del planeta –junto con Afganistán, Paquistán y Nigeria—en los cuales la pobreza ha impedido erradicar por completo la poliomielitis.

Al final del encuentro, sólo hubo sonrisas y saludos.Imagen: AP

La globalizacion, admite Singh, profundiza a nivel mundial la brecha entre ricos y pobres. Pero, en las negociaciones de Helsinki, el gobierno indio dejó en claro que apostará con todo por la liberalización del comercio como vía para lograr mayor justicia interna.

Mutua seducción

A su vez, la Unión Europea intenta abrir definitivamente a sus productos uno de los mercados más grandes del mundo. El intercambio comercial entre el bloque europeo y la India se incrementó un 20 por ciento tan sólo en 2005, para alcanzar un impresionante volumen de 40 mil millones de euros. La Cámara de Industriales de la India pugna por que esta cifra siga creciendo hasta llegar a 70 mil millones de euros en 2008.

El Comisario de Comercio europeo, Peter Mandelson, mencionó que “un acuerdo entre la Unión Europea y la India debería ser profundo y sustancial, no sólo en bienes sino también en servicios, barreras no arancelarias y reglas en materia de inversión, competencia y obras públicas”.

En el terreno económico, la India es tan grande como los elefantes que son su emblema.Imagen: AP

Las metas de ambas partes son, pues, muy ambiciosas. Pero aún hay obstáculos por remover. El principal es la condición manifestada por la India, en cuanto a que la Unión Europea debe bajar al máximo las subvenciones agrícolas. Algo similar sucede del lado europeo, algunos de cuyos representantes consideran que la economía india es aún demasiado proteccionista. En concreto, se señala que los aranceles e impuestos indios para las importaciones de alcohol constituyen una barrera al comercio.

Objetivos claros

Pese a todo, en Helsinki quedó claro que tanto la Unión Europea como la India desean apuntalar el proceso de negociaciones, y acaso inscribirlo dentro de los acuerdos que pretende sacar adelante la Organización Mundial de Comercio como parte de la llamada Ronda de Doha. Pero a diferencia de ésta, que luce estancada, Mandelson abogó por establecer un cronograma ambicioso a fin de que el tratado de libre comercio India-UE quede listo para ser firmado en 2009. La espera valdrá la pena si el crecimiento acelerado de la India finalmente logra disminuir la miseria en un país que, más pronto que tarde, será protagonista de la comunidad internacional.

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