Indignación en México por la muerte de Giovanni López
4 de junio de 2020
Las redes sociales se inundaron en las últimas horas de mensajes condenando los hechos, sucedidos hace un mes, con la etiqueta #JusticiaParaGiovanni, emulando la protesta en Estados Unidos por la muerte de George Floyd.
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El caso de un joven fallecido tras ser arrestado violentamente por policías municipales en el estado mexicano de Jalisco por no llevar cubrebocas, de uso obligatorio por la pandemia, ha levantado este jueves (04.06.2020) indignación en todo el país.
Un video difundido en redes muestra el arresto violento de Giovanni López, un albañil de 30 años, el pasado 4 de mayo al no llevar mascarillas mientras transitaba por la calle.
Frente a algunos de los familiares del joven, una decena de policías del municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos –a unos 40 kilómetros de Guadalajara, capital de Jalisco– lo esposaron de manera agresiva y se lo llevaron a la comisaría.
La familia aseguró que tras la detención no supieron nada de Giovanni hasta el 5 de mayo, cuando en la comisaría les avisaron que fue trasladado grave al Hospital Civil de Guadalajara, donde murió ese mismo día.
Señalaron que cuando el Servicio Médico Forense les entregó el cuerpo constataron que López había recibido múltiples golpes y un tiro con arma de fuego en la pierna izquierda.
La Fiscalía de la entidad se pronunció este miércoles por la noche acerca del caso y señaló que la detención no fue motivada por el uso de cubrebocas sino porque López "se puso violento" y los policías tuvieron que llevarlo a la comisaría.
Denuncias de la familia
Por su parte, Christian López, hermano del fallecido, aseguró al medio LatinUs que el pasado 4 de mayo policías de la zona "llegaron a hacer una redada de levantar (detener) gente que no trajera cubrebocas". "A mi hermano lo agarraron como diez policías, a mí también, pero yo me alcancé a zafar y a él lo estaban golpeando, torturando, ahorcando ahí", dijo el testigo, quien grabó un video del arresto que ha sido compartido en redes sociales.
En la grabación se escucha a una mujer decir: "no lo pueden subir (a la patrulla) porque no está haciendo nada. ¿Porque no trae cubrebocas?". La familia denunció que el alcalde local, Eduardo Cervantes, les ofreció 200.000 pesos (unos 9.000 dólares) por no difundir el video, lo que éste negó.
Cineasta Del Toro pide justicia
El director Guillermo del Toro expresó en redes sociales su rechazo por el fallecimiento del joven Giovanni López. "A más de un mes, no hay respuestas, no hay arrestos. No es abuso de autoridad. Es asesinato. El sinsentido –la locura absoluta– es que ocurra un asesinato a nombre de un asunto de salud pública", escribió el director en su cuenta de Twitter.
FEW (EFE, AFP)
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Honduras: coronavirus y el infierno de las cárceles
En las cárceles de Honduras los reclusos temen contagiarse con el coronavirus. La distancia social es imposible en las celdas abarrotadas. Esto también aumenta la tensión mental de quienes están privados de su libertad.
Imagen: Reuters/A. Latif
Cuando el sol se pone...
Para Yerbin Israel Estrada (centro) la peor parte del día es cuando el sol se pone. Entonces cientos de reclusos de la prisión de La Esperanza, en Honduras, tienen que abandonar el pequeño patio y volver a sus estrechas celdas. "Es entonces cuando comienza realmente el infierno", dice el joven de 26 años, que cumple una condena de seis años por posesión de marihuana.
Imagen: Reuters/A. Latif
Una apremiante estrechez
Como muchos otros reclusos, Estrada está alojado en una celda completamente superpoblada. En algunas celdas viven hasta 130 personas juntas en un espacio muy reducido y comparten camas. Por la noche, dice Estrada, oye los quejidos de sus vecinos y las ratas que corren por la celda.
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La ley de la calle
Las condiciones en esa cárcel son devastadoras. Hay espacio para 70 personas, pero, de hecho, hay más de 450 delincuentes encarcelados allí. Las quejas son inútiles: porque el lema es: 'Mirar, escuchar, callar'. Ese es también el lema de las pandillas en América Central. Estrada dice: "La única forma de salir de aquí es mantener la cabeza agachada".
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Prohibidas las visitas
El único alivio para los reclusos hasta ahora han sido los días en los que sus esposas y familias los visitaban. Con la llegada del coronavirus a Honduras, las autoridades prohibieron las visitas. Y como, de todos modos, las tarifas de las llamadas telefónicas son inasequibles y solo hay tres teléfonos funcionando, los reclusos están ahora prácticamente aislados del mundo exterior.
Imagen: Reuters/A. Latif
Alto riesgo de infección
Según la Universidad Johns Hopkins, actualmente hay unos 3700 contagiados de coronavirus y más de 170 muertos en Honduras. El gobierno informa de cifras más bajas y habla de 2.000 personas infectadas. Pero los expertos creen que el número es mayor, porque no se hacen suficientes test en el país. Muchos reclusos temen infectarse en la cárcel.
Imagen: Reuters/A. Latif
Sin esperanza
Además de los riesgos para la salud que plantea el hacinamiento, la pandemia ha supuesto una carga psicológica para los ocupantes. "Prohibir las visitas es lo peor que puede pasar Es lo que necesitan, porque les da esperanza", dice a DW Jacinto Hernández, psicólogo de la prisión La Esperanza.
Imagen: Reuters/A. Latif
Consecuencias fatales
Hasta ahora ha habido pocas infecciones de coronavirus en las 29 cárceles del país. Pero si la COVID-19 se propagara masivamente dentro de una prisión, las consecuencias podrían ser desastrosas. Las penitenciarías en Honduras no permiten mantener distancia social. 22.000 personas se encuentran encerradas en edificios que, en realidad, solo tienen capacidad para 10.000 reclusos.