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Indignación por un acuerdo franco-alemán de venta de armas

Ralf Bosen
18 de febrero de 2019

La venta de armas a Arabia Saudí es un tabú para el Gobierno en Alemania. Pero un acuerdo con París podría hacerlo posible.

Rüstungsexporte Kampfpanzer Leopard
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Steffen

Con la firma del Tratado de Aquisgrán, hace un mes, la amistad entre Francia y Alemania debería haber ascendido a un nivel superior. Sin embargo, la realidad política muestra desde hace tiempo un panorama bien distinto: la locomotora franco-alemana traquetea. Los intereses de los dos vecinos se han desarrollado por caminos bien distintos, tanto en la política europea como en la de armamento. Ahora Alemania intenta coser esos desgarros y dar un paso hacia Francia. Pero es ahí donde se ha producido una disputa sobre las competencias y los intereses franceses en un suministro a Arabia Saudí.

De acuerdo con un documento secreto publicado por el semanario "Der Spiegel”, el Gobierno federal alemán está realizando una serie de concesiones. Según el texto, al que Berlín y París se habrían comprometido el pasado 14 de enero como suplemento al Tratado de Aquisgrán, Alemania daría a Francia libertades para vender sistemas de armas elaborados en proyectos comunes a terceros países.

"Las partes no se pondrán contra una transferencia o una exportación a terceros países”, cita "Der Spiegel” del documento. Se trata en este caso de proyectos comunes franco-alemanes, como un tanque ya planeado o un nuevo avión de combate.

¿Los derechos humanos como víctimas de la política de armamento?

Durante meses, París y Berlín discutieron sobre si Alemania podía imponer un veto a la venta por parte de Francia de sistemas de armamento a socios complicados desde el punto de vista germano, como Arabia Saudí. En este texto de dos páginas ya no se habla de tal veto. solo cuando estén en peligro intereses directos o la seguridad nacional puede uno de los dos formular dudas, según informa "Der Spiegel”, de acuerdo con dicho acuerdo. De esta forma, los envíos a Riad de sistemas de armamento producidos conjuntamente serían posibles, siempre y cuando la fase final de la producción esté en territorio francés.

Este convenio, que debería calmar los ánimos entre Francia y Alemania, ha provocado indignación en parte de la política alemana. La portavoz de Defensa del partido  Los Verdes, Agnieszka Brugger, advierte contra una cooperación más estrecha con Francia "a costa de la seguridad y de los derechos humanos”. "No juega a favor de los intereses de seguridad de ninguno de los dos países el entregar armas a una parte brutal de una guerra y a violadores de derechos humanos”, dice a DW. Su compañero de partido y europarlamentario Sven Giegold demanda la publicación del acuerdo.

¿Se relajan las normas de exportación?

También algunas voces de la gran coalición expresaron reservas al respecto. El diputado socialdemócrata Rolf Mützenich advirtió sobre el relajamiento de las normas de exportación. "Por fin hemos llegado al punto en el que no exportamos armas a Arabia Saudí y espero que también nuestro socio de coalición se tome en serio la formulación de nuestro contrato de coalición”. Ante una posible ola de indignación, Joachim Krause recomienda un desarme verbal. El director del instituto para la política de seguridad de la Universidad germana de Kiel hace referencia al acuerdo Schmidt-Debré de 1972, también entre Francia y Alemania. Un documento que sigue en vigor.

La guerra es cruel, pero también lucrativa

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Ya entonces se acordó por contrato, dice Krause a DW, "que en producciones conjuntas rige la política del país en el que se produce y que solo en casos excepcionales puede el país de envío (en este caso Alemania) imponer exigencias”. Desde 2000, el Gobierno federal alemán se ha ceñido cada vez menos a estas condiciones, lo que le ha valido críticas francesas. "Francia también ha apuntado que la política de exportaciones alemana es un obstáculo para la creación de un mercado europeo de armamento”.

Merkel quiere facilitar las exportaciones europeas de armamento

El fin de semana pasado, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, la canciller alemana, Angela Merkel, abogó por una política común europea de armamento. En ese evento defendió unas normas comunes que facilitasen las exportaciones. "Si no tenemos en Europa una cultura común de exportaciones de armas, esto naturalmente daña el desarrollo de sistemas de armamentos comunes. dijo Merkel.

Merkel en la Conferencia de Seguridad de Múnich.Imagen: Imago/photothek/F. Gärtner

La ministra alemana de Defensa, Ursula von der Leyen, se expresó de manera parecida. De acuerdo con el principio de mayoría de la política exterior europea, hay que reconocer que "la posición maximalista alemana no facilita el logro de mayorías”. Y continuó: en el caso de las exportaciones de armas, "los alemanes no deberíamos actuar como si fuéramos más morales que los franceses, o como si tuviéramos en cuenta los derechos humanos más que los británicos”.

Para Krause, una cuestión decisiva debe ser siempre si un determinado plan de exportación puede llevar a efectos estabilizadores o desestabilizadores en el país receptor o en la región. "Mientras lo entendamos como una cuestión moral, no va a funcionar en Europa ningún mercado de armamento operativo”. Cómo evolucionará el debate el Alemania es algo incierto, pero ya lo previó Merkel en su comparecencia en la capital bávara ante líderes mundiales y los mayores expertos en seguridad: "En Alemania tenemos ante nosotros debates muy complejos”.

(eal/cp)                

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