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El estrés, la falta de movimiento, el tabaquismo o la presión alta pueden conducir a un infarto. Pero un equipo de genetistas humanos de la ciudad de Lübeck ha descubierto que un infarto de miocardio puede estar relacionado con factores hereditarios. Al parecer, existe un gen que determina el riesgo. Un importante descubrimiento que puede servir para desarrollar las terapias adecuadas.