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Escándalo en Irlanda

26 de noviembre de 2009

El dossier analiza las violaciones de menores perpetradas por sacerdotes en la arquidiócesis de Dublín entre 1975 y 2004. La cúpula eclesiástica ocultaba sistemáticamente los casos y el Estado hacía la vista gorda.

Dermot Ahern, ministro de Justcia, durante la presentación del informe.Imagen: AP

La Iglesia Católica vuelve a temblar. Tras la publicación hoy (26.11.2009) del informe encargado por el Gobierno de Irlanda que analiza las violaciones de menores perpetradas por sacerdotes en la arquidiócesis de Dublín entre 1975 y 2004, se han alzado voces exigiendo que el ministerio de Justicia extienda las investigaciones a todas las arquidiócesis del país. Sacerdotes irlandeses abusaron durante décadas de sus pupilos mientras la cúpula eclesiástica ocultaba sistemáticamente los casos para evitar escándalos y las autoridades estatales miraban hacia otro lado.

Los resultados coinciden con los de un dossier aún más detallado presentado en mayo según el cual, entre la década de los treinta y la de los noventa del siglo pasado, miles de niños que vivían en internados y estudiaban en escuelas católicas de la isla recibieron palizas, fueron violados y humillados por sacerdotes, monjas y monjes. La investigación hecha pública hoy aporta evidencias de que el abuso de menores en la arquidiócesis de Dublín era una práctica generalizada.

Iglesia y Estado en entredicho

En lugar de alertar a la policía y denunciar los casos de abuso, los responsables de la Iglesia trasladaban a los religiosos involucrados a otras congregaciones. Según el informe, cuatro arzobispos callaron lo que sabían sobre los maltratos y las violaciones, un clérigo admitió haber abusado de más de un centenar de niños y otro confesó haber cometido ataques sexuales cada quince días durante un cuarto de siglo. También el Estado irlandés es puesto en entredicho por la investigación.

La población de "la isla esmeralda" está consternada.

El jefe de la policía irlandesa, Fachtna Murphy, pidió disculpas por el fracaso de sus oficiales durante aquellos años; en uno de los casos descritos en el informe, la policía tardó dos décadas en abrir una investigación. El cardenal Sean Brady, máximo representante de la Iglesia católica en Irlanda, ya se había disculpado en mayo, cuando se dieron a conocer los primeros datos sobre la violencia padecida por los niños a cargo de los religiosos; pero sus palabras no han logrado sacar a los fieles católicos de su consternación.

La justicia como indemnización

Tras conocer el dossier de mayo, una de las congregaciones católicas que dirige muchos de los internados en donde se cometieron los abusos prometió indemnizar económicamente a los agraviados con un monto total que asciende a 161 millones de euros. Sin embargo, el informe de 700 páginas publicado hoy parece haber convencido a la opinión pública irlandesa de que no hay suma de dinero alguna que pueda compensar a las víctimas ni aplacar el clamor por que se aplique justicia.

La comisión de investigación asegura haber analizado una muestra representativa de acusaciones de 320 víctimas contra 46 curas, once de los cuales ya han sido juzgados. El ministro de Justicia de Irlanda, Dermot Ahern, prometió a los agraviados que los culpables que aún viven tendrán que comparecer ante los tribunales.

El poder corrompe

"Es probable que sea precisamente el rol prominente de la Iglesia en la vida irlandesa lo que permitió que los abusos cometidos por una minoría de sus miembros fueran tolerados", dice un fragmento del informe. El mismo argumento puede aplicarse a otros casos de abusos generalizados registrados, sobre todo en Australia, Austria, Canadá, Francia, Polonia y Estados Unidos, donde la Iglesia católica ha sido acusada de encubrir sistemáticamente los abusos y delitos cometidos por sus miembros.

Autor: er/dpa/Reuters

Editor: Pablo Kummetz

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