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Informe UNICEF: la violencia contra los menores como problema global

JAG3 de noviembre de 2006

Estudio de UNICEF sobre violencia contra los menores arroja cifras aterradoras de un problema que afecta incluso al primer mundo.

Víctimas en silencio de la violencia de los adultos.Imagen: BilderBox


La violencia contra los niños continúa a la orden del día en todo el mundo, según un estudio del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) presentado en Berlín.

Mientras en uno de cada dos países continúan los azotes como medida de castigo en las escuelas, 31 países siguen permitiendo condenas de castigos corporales que van desde los latigazos hasta las amputaciones. Además, más de 220 millones de menores de 18 años sufren abusos sexuales.

Paulo Sérgio Pinheiro, autor del estudio para UNICEF, lo calificó como un análisis que por primera vez presenta la gran magnitud del problema de la violencia contra los menores en todo el mundo: "La violencia contra los menores existe en todos los países y en todas las sociedades, tanto en el norte como en el sur". El estudio arrojó así sorprendentes resultados incluso en algunos de los países más desarrollados del planeta. En Alemania e Inglaterra, dos niños mueren semanalmente a causa de malos tratos. En Japón la cifra aumenta a cuatro, y en EEUU llegan hasta los 27 casos.

Condenados a sobrevivir cueste lo que cueste.Imagen: AP

Víctimas en silencio

Sin embargo, en la mayoría de los casos, estos crímenes se ocultan entre las paredes de escuelas, hogares, familias, o prisiones. De ahí la dificultad de tener números concretos. "La mayoría de los niños guardan silencio", comenta Pinheiro.

De la misma forma, las cifras son imprecisas en el caso de los delincuentes jóvenes. Según UNICEF, a menudo se los encarcela ya con siete años y actualmente hay más de un millón de niños en prisión, sobre todo por mendigar o por pequeños robos. Estos menores tienen que esperar meses hasta ser juzgados sobreviviendo en condiciones higiénicas infrahumanas y a veces, sometidos a todo tipo de medidas disciplinarias violentas.

Para Pinheiro, son los estados los responsables de encontrar las vías de protección a la infancia: "Hay que enviar una señal directa e inequívoca para que la sociedad no acepte la violencia contra los menores". "Los niños no pueden ser contemplados como miniciudadanos con miniderechos humanos'', añadió calificando de paradójico que en muchos países esté prohibida explícitamente la violencia contra los adultos pero no contra los niños.

Nuevos modelos en Alemania

En Berlín, el Gobierno alemán se unió a la causa apelando a una mayor protección a la infancia y la ministra de Familia, Ursula von der Leyen, presentó dos proyectos modelo de prevención. Mientras la sociedad todavía está conmocionada por los errores en el caso de la muerte del pequeño Kevin, la ministra recordó que cada año continúan registrándose 2.900 casos de descuido o maltrato a menores.

Como solución, los gobiernos de los estados de varios estados presentaron el programa "Gute Start ins Kinderleben", con el que se aumentará el seguimiento de los grupos de riesgo a los que pertenecen tanto madres jóvenes, como familias de inmigrantes o madres con problemas psicológicos. El proyecto contempla además una mayor comunicación entre agentes sociales, doctores y asistentes sanitarios. También se presentó un programa similar con el que las madres serán atendidas con más frecuencia durante el embarazo y los primeros días de parto. Como deja patente el informe de UNICEF la protección a la infancia sigue siendo asignatura pendiente incluso en el "primer mundo".

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