En los últimos años se ha constatado un considerable aumento de atentados terroristas en el sector energético, dijo el presidente del BND, Ernst Uhrlau, durante un seminario celebrado en Berlín.

La amenaza es cualitativamente más peligrosa ya que en lugar de atentados regionales a oleoductos, lo que atrae ahora la atención de la red terrorista Al Kaida es el suministro total de energía, dijo.

Los expertos temen asimismo que terroristas puedan apoderarse de material atómico.

La escasez de petróleo y gas podrían desembocar en nuevos conflictos y guerras, previno Uhrlau. “Por ello hay que tratar de identificar de antemano las tensiones que surjan por el tema de la distribución y el acceso a la energía”, agregó el funcionario, para quien una forma de evitar el estallido de conflictos es estrechar la cooperación entre países como ha sido el caso de Pakistán e India.

Terroristas y monopolios

Por otra parte, el gobierno alemán se manifestó preocupado ante el hecho de que algunos grupos de producción de energía usen sus reservas de gas y petróleo como medio de presión. El gigante ruso Gazprom cortó el año pasado el suministro de gas a Ucrania cuando este país se negó a aceptar un aumento de precios.

El jefe de despacho de la canciller alemana Angela Merkel, Thomas De Maizière, previno de los riesgos de la energía atómica. Las aspiraciones de los países en desarrollo de adquirir seguridad energética no pueden ser utilizadas con fines armamentistas y de poder, sostuvo el político.

Violación de tratados

El ejemplo de Corea del Norte pone de manifiesto la necesidad de actuar con mayor firmeza contra la violación de los tratados internacionales, porque de lo contrario se desatará una carrera armamentista de consecuencias dramáticas, advirtió.