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En Sicilia los inmigrantes enseñan a reciclar

Stefania D'Ignoti
13 de febrero de 2019

Una de las ciudades más grandes de Sicilia se ha visto afectada por una ola de migración y una creciente crisis de basura en los últimos años. Una iniciativa local ha encontrado la manera de aunar ambos problemas.

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Imagen: Fieri

Mariagiovanna Italia cambia de lugar las baratijas de su puesto en un bullicioso mercado siciliano, a medida que se acercan algunas personas. Al divisar una potencial venta, se lanza a una animada explicación de los productos que vende. Cuenta que están hechos a partir de desechos de basura por los refugiados.

Italia es coordinadora de proyectos en Fieri, una empresa social establecida en 2015 en Catania. Su objetivo es, por una parte, proporcionar formación y trabajo a los refugiados y, por otra, combatir el problema de la basura en Catania, la segunda ciudad más grande de Sicilia, situada en la costa este.

Los productos de Fieri son tan variados como las personas que los fabrican. Hay carteras hechas de viejas telas africanas, joyas de cobre reciclado o muebles que se han desgastado y se les da una segunda oportunidad como souvenir de madera.

En los últimos cinco años, los contenedores desbordados de basura y los desechos que se han dejado pudrir en las aceras, bajo el abrasador sol del verano, han sido un escenario habitual para los residentes de la ciudad. Las tasas de reciclaje están entre las peores de todo el país, a pesar de que, a principios de 2018, el presidente de Sicilia, Sebastiano Musumeci, aprobó un mandato de reciclaje del 30 por ciento de los residuos recogidos al mes en toda la isla.

En octubre, el reciclaje se situó en un 5,6 por ciento, por debajo del 11 por ciento de comienzos de 2017, según Viola Sorbello, presidenta de la filial siciliana de la organización de protección ambiental Legambiente. "Si seguimos así, el futuro será cualquier cosa menos brillante, ya que los residuos terminan en vertederos que ya están sobresaturados. Esto está causando altos costes para el medio ambiente y la economía”, critica Sorbello.

Fieri espera con su labor crear una conciencia ambiental en Catania y ayudar a lidiar con el grave problema de la basura. "Pensamos que podíamos ayudar a Sicilia con sus dos mayores problemas, la basura y la inmigración”, destaca Italia a DW.

Mariagiovanna Italia espera que Fiere ayude a los migrantes a encontrar su lugar e la sociedad italiana.Imagen: Stefania D'Ignoti

Integración a través del reciclaje

Durante décadas, Sicilia se ha convertido en uno de los principales puertos de entrada de inmigrantes a Europa, en particular de los que se embarcan en el peligroso viaje a través del Mediterráneo desde el norte de África.

No obstante, las llegadas de inmigrantes a Italia por mar han disminuido considerablemente en los últimos tiempos: de 170.000 en 2014 a 16.000 en el primer semestre de 2018, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Para los migrantes que consiguen quedarse, el futuro está lleno de incertidumbre.

En 2016, poco más de la mitad de los inmigrantes del sur de Italia, incluida Sicilia, habían conseguido un empleo, según un informe del Instituto Nacional de Seguridad Social italiano. Alrededor del 38 por ciento de esos empleos se encontraban en los sectores agrícola y pesquero, mientras que el 30 por ciento desempeñaba funciones domésticas, sectores en los que el trabajo es a menudo precario y mal remunerado.

Fieri ha intentado abordar este problema desde su creación. Para ello ha formado a unos 150 inmigrantes, principalmente del África subsahariana, en talleres de fabricación de jabón, ropa, joyería y carpintería. Fieri también cuenta con un compostador y un punto de recolección de basura, donde la población local puede entregar material de segunda mano y basura para reciclar. "No solo queríamos crear un lugar para crear conciencia ambiental”, cuenta Italia. "También se trata de proporcionar a los inmigrantes una base sólida para su futuro”, añade.

En general, la recolección de basura en Sicilia, no funciona como debería. Imagen: Legambiente Catania

Saikou Ceesay es una de las personas a las que Italia y sus colegas han podido ofrecer una perspectiva. Después de un arduo viaje de seis meses, llegó a Sicilia en junio de 2014, procedente de Gambia. El joven de 24 años ya había trabajado como carpintero en su país natal. Hoy es uno de los cuatro inmigrantes que emplea Fieri y se ocupa de mostrar la empresa y su labor a todo aquel que la visite.

Pasó un año en Mineo, el centro de acogida de inmigrantes más grande de Europa, antes de trasladarse a Austria por un tiempo. Incapaz de encontrar trabajo allí, regresó a Sicilia y empezó a trabajar en Fieri. "Es difícil encontrar un trabajo como inmigrante africano”, afirma Ceesay a DW. "Pero aquí podemos demostrar a los italianos que con nuestro conocimiento, también podemos contribuir a una vida sostenible que muchos europeos han olvidado”, agrega.

El objetivo de Ceesay es abrir una carpintería en Catania que trabaje exclusivamente con madera desechada.

Luchando contra los estereotipos

Otro aspecto importante del trabajo de Fieri son los "encuentros interculturales”, según Italia. Hay que hacer algo para contrarrestar el creciente sentimiento anti-inmigrante en el país, especialmente desde el surgimiento del partido italiano de ultraderecha Liga Norte (del italiano, Lega Nord).

Saikou Ceesay de Gambia muestra su trabajo de carpintería y reciclaje a los asistentes a los talleres de Fieri.Imagen: Stefania D'Ignoti

"Los inmigrantes en Italia siempre han sido una especie de chivo expiatorio cuando se trata de decisiones políticas”, afirma Alessandra Matarazzo, voluntaria de Fieri. "Incluso han sido señalados como la causa del aumento de la contaminación, mientras que son ellos los que limpian la basura y se hacen cargo de los trabajos que los italianos ya no quieren realizar”, explica.

Los encuentros han animado a mucha gente a participar. Anna Piscopo es una de ellas. Vive cerca de la empresa y hoy ayuda a los artesanos de Fieri a encontrar nuevos mercados para sus productos. "El trabajo de estas empresas”, dice, "puede contribuir a la cohesión social”.

"Creo que esta idea de reunirse con ellos en su lugar de trabajo, ayudará a combatir los estereotipos comunes que tenemos en Italia sobre los inmigrantes que vienen aquí para no hacer nada”, dice Piscopo. "Estas reuniones tienen el poder de cambiar ese punto de vista”, concluye.

(ar/jov)

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