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Innovadores a la conquista de Latinoamérica

26 de enero de 2013

Son jóvenes, emprendedores, tienen buenas ideas y no temen arriesgarse. Desde México a Chile, están apostando por proyectos tecnológicos y atrayendo innovadores extranjeros.

Startup Academy en Lima, Perú.Imagen: Startup Academy

Con nombres como Palermo Valley o Lima Valley –en alusión a la renombrada cuna tecnológica de Estados Unidos, Silicon Valley- los emprendedores latinoamericanos están formando comunidades e impulsando negocios innovadores en toda la región. Es un fenómeno reciente que, a juicio de sus protagonistas, vive su mejor momento desde hace uno o dos años.

Tanto programas de gobierno como aceleradoras privadas están respaldando las buenas ideas y ofreciendo capital y asesoría para los llamados start-up: emprendimientos innovadores, relacionados genaralmente con el área tecnológica.

“Ha habido un gran desarrollo de empresas de base tecnológica”, indica Utz Dornberger, profesor e investigador de la Universidad de Leipzig, experto en temas de innovación y conocedor del mercado latinoamericano. “Hay una necesidad que se explica por dos razones: Latinoamérica no puede vivir sólo de vender recursos naturales y el procesamiento de materias primas requiere de tecnología. Para cambiar el esquema, debe formar empresas de base tecnológica”.

Utz Dornberger, de la Universidad de Leipzig.Imagen: Privat

Un estudio de Startup Academy Perú mostró que la principal motivación de los emprendedores es el deseo de crear algo innovador (44%), seguido del interés de ser autónomo o independiente (29%), ayudar al país o comunidad (10) y, finalmente, ganar dinero (8%).

Si bien las experiencias y programas se multiplican cada día, Dornberger es cauto. ¿Son capaces de consolidarse, generar empleos y acceder al mercado internacional? Otra duda es si podrán atraer a emprendedores extranjeros. Los protagonistas de esta movida emprendedora aclaran el panorama.

Radiografía de los start-up latinos

Las experiencias son variadas, pero con elementos en común. Por un lado hay jóvenes emprendedores con ideas y, por el otro, sistemas de mentoría y financiamiento disponibles, en un escenario de bajos costos. También, como en el caso de Chile y próximamente Perú, programas estatales que entregan capital.

Startup Academy en Lima, Perú.Imagen: Startup Academy

Un fenónemo a nivel regional es Wayra, un proyecto de mentoría y financiamiento de innovadores en el sector de tecnologías, impulsado por una transnacional de las comunicaciones. Wayra significa “viento” en quechua y dicen que quieren promover nuevos vientos de innovación. Comenzó a operar el año pasado en Colombia y actualmente está presente en 12 países, de los cuales siete son latinoamericanos. Un espaldarazo a la región y también una evidencia de las oportunidades de crecimiento que ofrece.

México: ventajas estratégicas

Por su cercanía con Estados Unidos, México se beneficia de un intercambio permanente con Silicon Valley y del acceso a inversionistas. Por ser un mercado de gran tamaño, México permite lanzar negocios con mucho potencial. “Se están creando tipos de trabajos bastante diferentes a los tradicionales y no sólo en temas de software. Tienen mayor valor agregado, crean tecnología avanzada y generan mejores empleos”, dice Hugo Stevens, de la incubadora Startup Factory.

El beneficio también es para el consumidor, que accede a productos y servicios a menores precios. En México ya están probando modelos de tienda de departamentos por e-commerce y explorando la creación de un carrier virtual. “Hace cinco o diez años, por un tema de capital y tecnología, nadie habría soñado estos cambios”, indica Stevens. “Hoy ya no hay pretexto para que alguien no eche a andar un start-up”.

Perú: ecosistema en ebullición

Álvaro Zárate, de la comunidad Lima Valley y la aceleradora Start-up Academy, destaca el número récord de postulaciones a este programa el año pasado. “Las ventajas del ecosistema emprendedor peruano es la mano de obra barata, la capacidad de programación y disponibilidad de ingenieros, en un país en crecimiento”, explica. De acuerdo a un estudio de Startup Academy, estos emprendedores son jóvenes entre 18 y 32 años y un 70% son hombres.

Una joven empresaria presenta su proyecto en Lima.Imagen: Startup Academy

Startup Academy realiza encuentros y workshops en que los postulantes presentan sus ideas y los seleccionados acceden a sistemas de financiamiento. “Hay suficiente talento en Perú, pero falta sensibilizar sobre esta movida de los start-up y atraer inversión. Por un lado es algo cultural: el peruano tiene miedo a dejar su trabajo fijo y arriesgarse”, agrega Zárate.

Start-up con respaldo estatal

A diferencia de aceleradoras privadas, Start-Up Chile es un programa del gobierno que entrega un capital equity-free, es decir, sin  participar de la propiedad de los proyectos. “La misión principal está relacionada con el impacto social. Queremos democratizar el aprendizaje que permite ser exitoso a nivel global y posicionar a Chile como un polo de innovación y emprendimiento líder en Latinoamérica”, explica su director, Horacio Melo.

Por eso, uno de los objetivos ha sido atraer a emprendedores extranjeros, que comparten sus conocimientos sobre innovación y gestión a través de talleres, mentorías, en sus trabajos y en la interacción con estudiantes. “El ambiente colaborativo y vibrante que ha nacido en Chile para la generación de start-ups atrae por sí mismo a emprendedores de todo el mundo”, destaca.

Inspirado en este modelo, el gobierno peruano acaba de crear Start-Up Perú. Su idea es entregar financiamiento para estimular la creación de empresas innovadoras con proyección internacional.

Éxito global desde Argentina

Hace dos años y medio, Frank Martin creó junto a un socio Restorando, un servicio online de reserva de mesas en restoranes. Actualmente funciona también en Chile y Brasil y está en proceso de expansión hacia Colombia y México.

El empresario Frank Martin.Imagen: privat

Como éste, hay otros exitosos ejemplos nacidos en Argentina, que hoy tienen repercusión global, como Mercado Libre y Despegar. “Argentina es un país que tiene un gran talento, pero que no es un buen mercado -destaca Martin-. Es un excelente lugar para reclutar talento y exportar, con alta penetración internacional”.

“En los últimos dos años ha evolucionado la cantidad de incubadoras en las cuales se desarrollan proyectos nuevos de tecnología y al mismo tiempo los fondos de inversión de riesgo”, indica. También existe un programa start-up del gobierno de Buenos Aires, que entrega capital sin necesidad de devolución.

El futuro de los start-up


Una vez lanzado el proyecto, ahora se trata de crecer. Aquí pueden jugar un papel clave inversionistas  extranjeros, no sólo por el aporte de capital. Se comparten contactos y conocimientos sobre innovación y gestión que fortalecen el negocio y pueden expandirlo hacia otros mercados. “En este ecosistema de los start-up el principal indicador no es la rentabilidad, sino la cantidad de usuarios. Si  tienes un montón, los inversionistas van a llegar”, indica Álvaro Zárate.

Los expertos advierten sobre la importancia de reforzar la formación en temas de gestión de innovación y tecnología, y hacer frente a factores culturales propios de Latinoamérica: “Hay alto nivel de incertidumbre. Si combinas esto con la cultura empresarial de Latinoamérica , en que hay pensamiento a corto plazo, las empresas no quieren correr riesgos y no invierten mucho en esta área. Por eso es tan necesario dar incentivos y ofrecer como Estado un riesgo compartido, como ha hecho Chile”, destaca Dornberger.

Este debiera ser un año de expansión, esperan los emprendedores. “Estamos en esa transición y a fines del 2013 tenemos que estar hablando de esos éxitos”, confía Hugo Stevens.

Autora: Victoria Dannemann

Editora: Emilia Rojas

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