En Burkina Faso crece la desconfianza entre los diversos grupos étnicos. Las razones son los ataques de terroristas y de banda criminales. Hasta ahora, el país no encontró remedio para combatir la desconfianza.
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La pesada puerta de metal cae en la cerradura. Una cadena de hierro asegura de que nadie pueda abrirla. Detrás de la puerta, hay más de 20 motos cubiertas de polvo y unas cuantas bicicletas. Se trata de propiedad robada que la milicia de autodefensa Koglweogo le quitó a los ladrones en Nioko 1, un suburbio de la capital, Uagadugú. Su presidente, Jean Kaboré, exhibe los vehículos con orgullo. Ahora los dueños pueden venir a recoger sus motos y bicicletas.
Ya no son tantas motos como antes, según Kaboré. "Hemos estado activos durante seis años. Se ha vuelto mucho más seguro, y los delincuentes hace tiempo que se han trasladado a otro lugar", dice el presidente la milicia de autodefensa. Cuando capturan a un delincuente, lo arrestan y luego lo entregan a la policía y a la gendarmería, cuenta Kaboré. Los Koglweogo ya no son el único grupo de autodefensa del país con sus 20,8 millones de habitantes. Son reconocidos por las autoridades. Así, el Estado ha perdido hace tiempo su monopolio sobre el uso de la fuerza.
El miedo a las milicias
No todos se muestran conformes con las actividades de los Koglweogo. En el centro de Uagadugú, Issa Diallo, presidente de la Comisión Nacional de la lengua peul, es mucho más escéptico. Los miembro de la etnia peul (también llamados fulanis) tienen miedo a las milicias de autodefensa, según él. "Los que viven en el campo duermen mal o no duermen nada", subraya Diallo. Se les acusa, por un lado, de actuar fuera del sistema legal y, por otro, de brutalidad contra otros grupos étnicos. Los Koglweogo son considerados como una organización de los mossi, el mayor grupo étnico de Burkina Faso. Sin embargo, el grupo regional de Nioko 1 lo desmiente. Sus miembros vendrían de todos los grupos étnicos y proporcionarían protección en eventos en iglesias y mezquitas.
Pero en Burkina Faso crece la desconfianza. "En el norte, por ejemplo, un peul no puede caminar solo por la calle. No volvería", critica Diallo. Según informaciones de la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW), el ejército masacró a los peul en la ciudad de Djibo. Se les acusa de ser miembros del movimiento terrorista maliense "Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes" (JNIM), ya que su líder, Amadou Kouffa, también pertenece a este grupo étnico. El JNIM también ha estado activo en el noroeste de Burkina Faso durante varios años. Según Diallo, las autoridades no hacen nada contra esta estigmatización.
El cuento de hadas de la coexistencia pacífica
No importa con quién se hable en Burkina Faso, todos hacen hincapié en que la confianza ha desaparecido. A la gente ya no le gusta dejar entrar a extraños en sus casas. Se teme que tengan explosivos en sus bolsillos. Miphal Ousmane Lankoandé, sociologo y secretario ejecutivo del movimiento de la sociedad civil Balai Citoyen, opina que las acciones de "fuerzas externas" causan pánico entre la población.
Burkina Faso se ve aún más afectada por el hecho de que el país ha sido considerado durante mucho tiempo en toda el África occidental como un país estable y un ejemplo de coexistencia consensual. Desde la extremadamente dividida Nigeria, por ejemplo, la gente a veces miraba a Burkina Faso con cierta admiración. Para Lankoandé, sin embargo, esto es un mito: "En la historia de Burkina Faso ha habido guerras fratricidas y conflictos étnicos”.
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En busca de una mejora
Ciertamente existen iniciativas para fomentar la paz en el país. Sin embargo, Issa Diallo ya no cree mucho en las grandes conferencias, ya que muchos resultados no se aplican y ni siquiera se toman en cuenta. Por ejemplo, el terrorismo ya había sido un tema de debate hace diez años. Tampoco faltan los recursos: "Se dispone sobre mucho dinero de varios lados para restaurar la paz social. Pero esto no cambia nada. En Nioko 1, sin embargo, Jean Kaboré se puede imaginar un diálogo nacional. "Sería algo bueno", dice. "Podría reunir a mucha gente. Al final, el diálogo nos traerá la paz".
(gg)
Todo el ingenio de África para combatir el coronavirus
La Organización Mundial de la Salud felicitó a África por la creatividad desplegada para contener la pandemia. Acá les mostramos algunos ejemplos de inventos que pueden salvar vidas.
Imagen: John Muchucha/AP Photo/picture-alliance
Respiradores caseros
En Nairobi, Kenia, estos estudiantes de Medicina prueban un respirador de diseño propio controlado por computadora en la Universidad Kenyatta. Investigadores de toda África buscan maneras de crear sus propios ventiladores, equipos de protección y desinfectantes de manos, pues compras masivas de países como Estados Unidos han hecho escasear los suministros en todo el mundo.
Imagen: John Muchucha/AP Photo/picture-alliance
Soluciones económicas
Vincent Ssembatya, profesor de la Universidad Makerere en Kampala, Uganda, también desarrolló respiradores a un precio asequible para apoyar al débil sistema de salud de este país. Para ello, se asoció con el fabricante de automóviles Kiira Motors. "Todo el mundo está comprando estos productos, por lo que África tiene muy pocas posibilidades de comprarlos", dijo Ssembatya a DW.
Imagen: Prof. Vincent Sembetya
Centro de innovación en Senegal
Los estudiantes de ingeniería en Senegal se han sumado a la lucha contra la pandemia en su país. Gianna Andjembe, estudiante de maestría en ingeniería eléctrica, muestra un dispensador automático de desinfectante de manos diseñado por él mismo. Los estudiantes quieren usar todas sus habilidades técnicas para aliviar la presión que se cierne sobre los hospitales.
Imagen: Seyllou/AFP
Dr. Car se encarga de los pacientes
También el robot Dr. Car es un invento de los estudiantes de Senegal. Su característica principal es que puede tomar la presión y la temperatura de portadores del SARS-CoV-2. Los médicos pueden usarlo gracias a una cámara y a una App. Así, se comunican con los pacientes sin exponerse al coronavirus. Con esta herramienta tambén se podría llegar a enfermos en zonas de difícil acceso.
Imagen: Seyllou/AFP
Preparado para los cortes de energía
En Etiopía, el joven Ezedin desarrolló, entre otras cosas, un respirador mecánico y una máquina para lavar las manos sin contacto. Trece de sus 20 inventos ya están patentados. Su dispensador de jabón opera con un sensor, pero en caso de cortes de energía también puede seguir funcionando gracias a un pedal mecánico.
Imagen: DW/T. Filate
Ejemplos en colores
No hay límites para la creatividad en África. Desde Lagos (Nigeria) hasta Nairobi (Kenia) los artistas usan las paredes de sus ciudades para recordar a la gente las normas básicas para combatir la pandemia: mantener la distancia física, lavarse las manos y usar mascarilla todos los días. Esta obra se encuentra en el barrio de Kibera, en la capital de Kenia.
Imagen: Getty Images/AFP/S. Maina
El corte coronavirus
Con esas coloridas trenzas, las mismas personas se convierten en un mensaje de advertencia. "Con el corte coronavirus queremos pedirle a la gente que mantenga la distancia, use mascarilla y se lave las manos regularmente o use desinfectantes para cuidarse", dice el estilista Mable Etambo, de Kibera (Kenia). Para su invento incluso usa también los colores del virus.
Imagen: Donwolson Odhiambo
Comida saludable a la puerta de su casa
Los toques de queda nacionales dificultan mucho la adquisición de comida. Una start-up de Zimbabue, Fresh In A Box, despacha productos frescos directamente desde el campo a la puerta del consumidor. La empresa opera con una App y motos de tres ruedas reparten las cajas de comida. Se trata de alimentación balanceada, y sin contacto. Y si lo desea, puede también pedir que le manden una mascarilla.
Imagen: DW/P. Musvanhiri
Seguir aprendiendo, pese a todo
Las escuelas cerradas en toda África hacen imposibles las clases presenciales. Pero hay soluciones: en Tanzania, por ejemplo, los escolares pueden aprender de manera independiente gracias a la plataforma de aprendizaje en línea "Smartclass", que conecta a los estudiantes con 5.000 tutores. Todo sea para que los jóvenes nunca dejen de aprender, pese al encierro.
Imagen: Yasuyoshi Chiba/AFP/Getty Images
Seguimiento de la pandemia
Las redes sociales y las Apps se han convertido en armas contra el coronavirus. En Nigeria y Ghana, la App COVID-19 Triage Tool evalúa cuán alto es el riesgo que tiene uno de contraer la enfermedad. El gobierno de Sudáfrica usa un chatbot a través de WhatsApp para responder preguntas sobre la pandemia. Y unos jóvenes de Ciudad del Cabo desarrollaron una App para combatir las "fake news". (dz)