El jefe del instituto alemán de investigación, Clemens Fuest, advierte que nos enfrentamos a una crisis económica que podría costar cientos de miles de millones de euros.
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DW: Alemania ha cerrado en gran medida su vida cotidiana para detener la propagación del coronavirus. ¿Veremos una caída económica tan grande como la que experimentamos en la crisis financiera de 2009?
Clemens Fuest: Me temo que sí, e incluso mucho peor. En este sentido, ahora es muy importante cómo se gestiona esta crisis. Es esencial reducir la actividad económica ahora desde la perspectiva de la protección de la salud. Al mismo tiempo, sin embargo, tenemos que trabajar en cómo podemos impulsarla de nuevo lo antes posible, por lo menos parcialmente. Porque si hay estabilización económica, el cierre no se mantendrá.
¿Cuáles podrían ser las dimensiones de la caída económica?
Si salimos de este cierre con relativa rapidez, la caída probablemente ascenderá a un 5 o 6 por ciento del PIB. En otras palabras, será ligeramente superior a lo que tuvimos en el momento más álgido de la crisis financiera. Pero si el paro de la economía dura más tiempo, por ejemplo tres meses o más, la caída podría llegar hasta el 20 por ciento.
Algo así sucedió en la Gran Depresión de los años 30, pero nunca en la historia de la República Federal. Un escenario de este tipo implicaría un riesgo de desestabilización económica. Eso no debe suceder.
Para prevenirlo, el gobierno alemán adoptó un enorme paquete de medidas para sostener la economía y respaldar a los ciudadanos. ¿Es suficiente?
Es un buen paquete, pero no es suficiente. El problema es que, en cierto sentido, estamos congelando la economía, reduciendo la producción, y el dinero público no puede compensar eso en absoluto. Los paquetes de ayuda consisten únicamente a mantener vivas las empresas durante este período de congelación y a prestar ayuda principalmente a las pequeñas empresas y a los trabajadores independientes. Pero todo esto no cambia el hecho de que la producción se ha paralizado. Los costos que describimos en nuestro estudio son los costos de esta paralización. Así que también debemos gestionar la salida de este cierre sin descuidar la lucha contra la epidemia. Esto no es fácil, pero debemos desarrollar estrategias ahora. Si prolongamos este cierre, ningún paquete de ayuda del gobierno podrá ayudarnos.
¿Cómo podrían ser esas estrategias?
Esas estrategias podrían incluir, por ejemplo, el uso de máscarillas en toda la población y la realización de pruebas masivas. Esto también podría incluir la desinfección en lugares públicos. Algunos países de Asia oriental nos han mostrado cómo hacerlo. En Japón y Corea del Sur se usan más máscarillas que aquí. Por supuesto, también hay que tenerlas, lo que significa que la tarea ahora es conseguir que la industria las produzca muy rápidamente. Pero si las usáramos en todo el país, podríamos impulsar la actividad económica, como dicen muchos epidemiólogos y médicos, mucho más rápidamente que sin ellas.
Y si la economía se reactiva un día, ¿habrá enormes efectos de recuperación que podrían impulsar fuertemente el crecimiento, o el gobierno todavía tendrá que tomar medidas para que la economía vuelva a funcionar?
El Estado tendrá que seguir tomando medidas. Sin duda habrá efectos de recuperación. Si no compras un automóvil ahora, seguramente lo harás en algún momento en el futuro. Pero tenemos el problema de que probablemente habrá muchas quiebras. No sólo no habrá efectos de recuperación, sino que también puede haber daños permanentes. Los políticos están actualmente tratando de minimizar o prevenir este tipo de daños. Así que se pueden esperar efectos de recuperación aquí y allá, pero cuanto más tiempo dure el cierre, más difícil será la recuperación económica.
Antes de que apareciera el coronavirus, la crisis climática era un gran problema. En este momento, el clima se está beneficiando del hecho de que la producción y el tráfico se están reduciendo. ¿Cómo se verán las cosas después de la crisis? ¿Seguirá siendo una prioridad la protección del clima si la economía sigue atrasada?
Si esto se convierte ahora en una crisis económica muy muy profunda, entonces las consideraciones de política climática pasarán a un segundo plano al principio. Ese fue también el caso durante la crisis financiera. La protección del clima es un problema mundial a mediano plazo. Pero ahora nos enfrentamos a una crisis en la que existe una amenaza de desestabilización de la economía a corto plazo.
Clemens Fuest es profesor de Economía en la Universidad Ludwig-Maximilians de Múnich y miembro del Consejo Consultivo Científico del Ministerio Federal de Finanzas. Fuest es presidente del instituto de investigación económica IFO, con sede en Múnich.
(jov/rr)
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Coronavirus: ¿Qué industrias han sido afectadas?
El coronavirus, originado en la ciudad china de Wuhan, sigue amenazado a la economía mundial. Algunas empresas han visto nuevas oportunidades, pero la mayoría de las industrias ya se quejan de las pérdidas económicas.
Imagen: VLADIMIR MARKOV via REUTERS
Fallan los suministros
El virus ocasionó un gran problema en las cadenas de suministro a nivel mundial. La industria automotriz es una de las más afectadas. Por ejemplo, el fabricante surcoreano Hyundai suspenderá toda su producción nacional esta semana. La razón: las piezas faltantes son normalmente traídas desde China. Los analistas asumen que problemas similares afectarán a muchas otras empresas.
Imagen: Reuters/Aly Song
Un caso concreto
Por ejemplo, la compañía alemana Webasto, fabricante de productos para vehículos motorizados, anunció el cierre temporal de su planta en Wuhan, y afirmó que no se pueden descartar un "impacto en las cadenas de suministro automovilístico mundial". Alrededor de mil empleados trabajan desde sus casas. En 2019, la canciller alemana Angela Merkel visitó la planta de Webasto en Wuhan.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Kappeler
Especialmente amenazados: los fabricantes de autos
La epidemia tiene "un enorme impacto económico", especialmente para los fabricantes de automóviles alemanes, explicó el experto en el sector automotriz Ferdinand Dudenhöffer. Las 33 plantas de Volkswagen (en la foto se ve la pista de pruebas de la compañía en Xinjiang) y sus empresas conjuntas en China permanecerán cerradas hasta el fin de semana, pero las entregas previstas no corren peligro.
Imagen: Imago Images/Xinhua
Trabajar desde casa: una medida contra el coronavirus
En Daimler se proyecta reanudar la mayor parte de la producción en China el próximo lunes. Sin embargo, la empresa apuesta cada vez más por el trabajo desde casa. Del mismo modo, BMW reanudará la producción en Shenyang y también el servicio de ventas durante la próxima semana. El personal de ventas trabajará transitoriamente desde casa.
Imagen: picture alliance/dpa
Honda sigue siendo cuidadoso
La compañía japonesa de automóviles Honda decidió extender el cierre de sus tres plantas en Wuhan, operadas conjuntamente con el fabricante chino Dongfeng. Un representante dijo que el cierre de sus fábricas se prolongará al menos hasta el 13 de febrero, pero aún no está claro si la producción se reiniciará en esa fecha. La compañía seguirá las indicaciones de las autoridades locales.
Imagen: picture-alliance/dpa
Un caso insual
Una compañía química vio una oportunidad: Lanxess registró una mayor demanda de su desinfectante Rely+On Virkon. El agente se utiliza para la desinfección de superficies duras y utensilios, y sería eficaz contra el coronavirus. Además, la compañía aseguró que se está utilizando mucho en China. La empresa está trabajando para poder suministrar cantidades adicionales lo más rápido posible.
Imagen: picture-alliance/dpa/P. Pleul
Demasiado lento para un virus
Por el contrario, el debilitado sector de tecnología médica de Siemens no espera una mayor venta en sus máquinas de rayos X y tomografía. "No sobrestimaría la oportunidad a corto plazo de hacer negocios con eso (el virus). No funciona tan rápido", dijo Bernd Montag, director general de Siemens Healthineers. "Un virus avanza y desaparece mucho más rápido", agregó.
Imagen: Siemens Healthineers
Ventas al por menor y cadenas de gastronomía
Desde KFC y Pizza Hut hasta Yum China han cerrado sus puertas en China. La compañía de moda sueca H&M cerró cerca de 45 sucursales en ese país, mientras que el fabricante de jeans Levi Strauss hizo lo mismo con cerca de la mitad de sus tiendas. Sin embargo, los expertos suponen que los efectos son manejables, ya que la mayor parte de sus negocios se realizan actualmente en línea.
Imagen: picture-alliancedpa/imaginechina/Y. Xuan
No hay tiempo para "el deporte más bello del mundo"
Los fabricantes de artículos deportivos Nike y Adidas también están cerrando temporalmente muchas de sus tiendas en China. Adidas afirmó que el negocio de la franquicia está siendo monitoreado de cerca y que todavía es muy pronto para evaluar el impacto del virus. De todos modos, no habrá eventos publicitarios como este, con el futbolista francés Paul Pogba, realizado en Hong Kong en 2017.
Las restricciones también se sienten en Alemania: debido al riesgo de infección, se espera un menor número de asistentes a la feria de bienes de consumo "Ambiente", en Fráncfort. De acuerdo a un portavoz del evento, la baja de los visitantes es significativa debido a la reducción de conexiones aéreas con China. Lufthansa y otras aerolíneas han interrumpido sus vuelos al país asiático.
Imagen: Dagmara Jakubczak
El aeropuerto ya está preparado
En el aeropuerto de Fráncfort ya se instaló una sala de cuarentena para los infectados con el virus. En Alemania, la mayoría de los pasajeros que provienen de China suelen aterrizar en Fráncfort (más de un millón lo hizo en 2018). Los aeropuertos chinos más importantes para las conexiones con Alemania fueron los de Pekín, Shanghai y Hong Kong. No hay vuelos directos desde y hacia Wuhan.