Integración de refugiados: reto para el mercado laboral
Matilda Jordanova-Duda (EL/ERS)30 de octubre de 2015
Datos sobre el nivel educativo y habilidades adquiridas de manera informal deberían ser captados desde el primer contacto con refugiados. Esto permitiría una mejor integración al mercado laboral, dicen especialistas.
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País de origen y motivo para emigrar. Estos, y no los relacionados con la educación, son los datos captados por las autoridades alemanas en el primer contacto con los refugiados. Por lo menos en el caso de los que provienen de los llamados “Estados no seguros”, esto debería ser distinto: debería solicitarse de inmediato información sobre el nivel educativo y otras cualificaciones, considera la Fundación Otto Benecke. Estas personas, previsiblemente, permanecerán en el país y es necesario promover su desarrollo, opina la institución.
A muchos refugiados les faltan documentos que comprueben sus estudios y por ello no se indaga más, afirma Hans-Georg Hiesserich, representante de la fundación con sede en Bonn. Primero debería confiarse en lo que digan los refugiados acerca de su instrucción y luego, en un segundo paso, promover la obtención de certificados por medio de exámenes, dice el especialista.
Estas informaciones podrían quedar almacenadas en una tarjeta electrónica, por ejemplo. Proyectos similares ya tienen lugar en Hamburgo, Friedland o Reutlingen. Pocas de las empresas que acuden a las agencias de empleo para reclutar personal calificado lo encuentran, dice Regina Karsch, del Sindicato de Trabajadores del Sector Minero, Químico y Energético. Por ello, “quienes tienen contacto con los refugiados deben recibir también capacitación para reconocer talento, incluso el adquirido a través de vías informales. También deben poder transmitir la información a posibles empleadores”, indica Hiessernich.
Todo esto, naturalmente, tiene un costo. Pero ignorar estos aspectos implica el riesgo de repetir errores del pasado. En anteriores generaciones de inmigrantes, las cualificaciones de éstos no fueron tomadas en cuenta. Es por eso que aún hay en Alemania doctoras dedicadas a limpiar casas, científicos que conducen taxis, o ingenieros que trabajan como obreros. Las inversiones por parte del Estado tendrían un retorno en la forma de ingresos fiscales y aportes al presupuesto social.
La Federación Alemana de Sindicatos (DGB) ofrece además cursos para miembros de consejos de personal, encargados de migración o sindicalistas en temas como el reconocimiento de estudios realizados en el extranjero. “Debe haber en las empresas personas que se ocupen de estos y otros temas como la ampliación de los estudios”, dice el director de este proyecto, Daniel Weber. Los consejos de personal tienen la misión fundamental de evitar que se produzcan relaciones de explotación en los que se pague menos por trabajo igual.
Aún con títulos profesionales, a menudo son necesarios cursos adicionales para obtener el reconocimiento oficial de estudios profesionales en Alemania. Los empleados muchas veces carecen de los recursos para realizar dichos cursos. Los empleadores podrían colaborar con apoyo financiero, o a través de capacitación al interior de las empresas. Así, los consejos de personal podrían promover que las empresas ofrezcan un plan de capacitación para todos los trabajadores, dice la DGB.
El negocio con los refugiados (29.10.2015)
Miles de refugiados atraviesan Serbia rumbo a los países occidentales de Europa. Para los comerciantes en las proximidades de los campamentos representan un negocio lucrativo. Diego Cupolo reporta desde los Balcanes.
Imagen: DW/D. Cupolo
¿Conductor de autobús o coyote?
En los Balcanes, el negocio del transporte crece vertiginosamente. En la entrada del campamento de refugiados en Presevo (Serbia), el albanés Liridon Bizazli ofrece un servicio de transporte en autobús a Croacia por 35 euros. Como mesero solo gana unos ocho euros al día. Con la venta de boletos de autobús entre 50 a 70 euros.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos se ayudan
Pese a la ganancia que genera su negocio, Bizazli no está orgulloso de él. Asegura que a veces también transporta gratuitamente a familias con niños que no tienen dinero para pagar el pasaje. “Yo también fui un refugiado”, cuenta. “Los viajes en autobús deberían ser gratuitos. Europa da dinero a Serbia para que ayude a los refugiados, pero el Gobierno no hace nada.”
Imagen: DW/D. Cupolo
Demanda y oferta
Cada día, entre 8.000 a 10.000 refugiados arriban a Presevo. Debido a la creciente demanda, los negocios en la región han extendido sus horarios de apertura. A las tiendas de alimentos y cocinas rápidas no les faltan clientes. Los precios se han duplicado, en algunos casos hasta triplicado. “En ningún otro lugar en Serbia he visto una hamburguesa tan cara como aquí”, dice Bizazli.
Imagen: DW/D. Cupolo
Desde tarjetas SIM hasta carretillas
Aparte de comida, lo primero que los refugiados buscan en un nuevo país son tarjetas SIM para poder comunicarse con sus familias y amigos. Por ello, cerca de los campamentos de refugiados, muchos habitantes venden tarjetas telefónicas prepagadas. Pero también ofrecen otros objetos útiles, como esta carretilla para transportar a las personas débiles, como esta mujer kurda de Siria.
Imagen: DW/D. Cupolo
Vendedor de zapatos
Pese a la inminente llegada del invierno y el aumento de las lluvias, muchos refugiados continúan su camino descalzos. Stefan Cordez, coordinador para el sur de Serbia de Médicos Sin Fronteras, explica que por ello muchos sufren infecciones de la piel y se lastiman los pies. Bajo estas condiciones, la venta de calzado y calcetines es un negocio lucrativo.
Imagen: DW/D. Cupolo
Documentos de segunda mano
Los países a lo largo de la Ruta de los Balcanes deben registrar a todas las personas nuevas que arriban. Frente a algunos campamentos de refugiados las filas son kilométricas. La voluntaria Daniela Gabriel, de Presevo, cuenta que algunos conductores de autobuses recogen los documentos de las personas que han transportado a Croacia para vendérselos a las personas que no quieren hacer fila.
Imagen: DW/D. Cupolo
Falsas informaciones
En tanto, algunos taxistas y choferes de autobuses llevan a los refugiados que han pagado pasaje hasta Croacia a ciudades serbias, donde sus documentos son tramitados en oficinas de registro inexistentes, prosigue Gabriela. A fin de evitar que los refugiados sean víctimas de falsas indicaciones, reparte información al respecto en el campamento.
Imagen: DW/D. Cupolo
Robo en las autopistas
Otros ayudantes, que prefieren permanecer en el anonimato, cuentan que han sido amenazados de muerte por advertir a los refugiados de taxistas peligrosos. Alexander Travelle, voluntario de Presevo, relata que una familia fue asaltada con arma de fuego, después de haber pagado 80 euros por persona para ser transportada a Croacia.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos reciben su pedazo del pastel
Bizazli admite que paga cien euros de "mordida" o coima a la semana a la Policía local para poder vender sus boletos de autobús enfrente del campamento de refugiados en Presevo. “Simplemente les das lo que piden y te dejan en paz”, dice. También otros ayudantes saben de taxistas que sobornan a los agentes policiales.
Imagen: DW/D. Cupolo
Precios exagerados
Con la caída de las temperaturas, cada vez más hoteles ofrecen hospedaje a los refugiados. Sin embargo, aquellos que no pueden pagar los precios exagerados de las habitaciones son rechazados.