La redada fue todo un éxito. Justo cuando internautas en diferentes continentes seguían, en vivo y en directo, la transmisión de la violación de dos niñas desde un patio chileno, tanto los actores como los espectadores navegantes fueron sorprendidos, al mismo tiempo, por las autoridades.

La operación Artus buscaba atrapar a uno de los círculos criminales más activos en internet: una banda intercontinental dedicada al abuso de menores y la pornografía infantil. En las redes de la Interpol y la Europol cayeron delincuentes de Alemania, España, Canadá, Holanda, Suiza, Japón y varios países latinoamericanos.

Las investigaciones han demostrado una cosa importante. Los criminales están utilizando nuevos adelantos tecnológicos de banda ancha que ni los mismos policías rastreadores conocían. Las bendiciones de internet se han convertido en favoritos instrumentos de una maldición: el crímen organizado sin fronteras.

La red como medio de investigación

Suena entonces consecuente que la Interpol quiera ahora utilizar el mismo medio y sus ventajas para reforzar la lucha contra el crimen organizado, como se ha decidido en la septuagésima primera asamblea de la Interpol en Camerún.

"La lucha global contra el crimen se ha convertido en un problema de comunicación", dice Ulrich Kersten, presidente de la Oficina federal alemana para Investigaciones Criminalistas. Por esta razón, los especialistas reunidos en el país africano decidieron crear un sistema de comunicaciones de alta tecnología que permita el intercambio de informaciones las 24 horas del día y con todas las centrales de pesquisas policiales del mundo.

El sistema ya tiene un nombre: "I-24-7". Con él, los investigadores de la central de la Interpol, en Lyon, ya no tendrán que esperar a la medianoche para recibir huellas digitales de Colombia o madrugar para poder enviar fotos de sospechosos a Singapur. Según expertos, el programa diseñado sería imposible de infiltrar. El intercambio de informaciones tiene lugar a través "un túnel virtual en Internet".

Carrera de pillos y gendarmes

En 17 países, entre ellos Alemania, ya se está trabajando con dicho sistema. Pero la red tiene aún agujeros muy grandes. En estos tiempos del terrorismo internacional muchos países en África y Asia no disponen de las conexiones modernas que exigen la persecución del crimen organizado. De ahí ha surgido la propuesta de que los países ricos ayuden a los demás a ponerse al día en tecnología y equipos.

Pero ésto tomará su tiempo. Ni siquiera en la Europa de los Quince la Europolicía ha logrado coordinar del todo su trabajo interno.