El diario italiano 'La Repubblica', escribe: "El documento publicado sobre las uniones homosexuales no puede ser visto como una sorpresa. Y nadie puede poner en tela de duda el derecho del Vaticano a expresar su propia opinión al respecto. Sin embargo lo que si llama la atención es la dureza del lenguaje. Pese a que se mantenga un cierto respeto, es la manera como se aborda la cuestión sin dejar lugar a discusión lo que pone en manifiesto una verdadera incomprensión hacia los homosexuales. Ese es el estilo inconfundible del cardenal Ratzinger", afirma el diario romano.

La Iglesia Católica no tiene remedio

Por su parte el diario austríaco 'Der Standard', afirma que nadie puede ayudar a la Santa Sede: "Es incurable. No nos andemos con rodeos; la Iglesia Católica no tiene remedio. Las consideraciones en torno a la homosexualidad y el llamamiento a oponerse a la unión de las parejas del mismo sexo que el cardinal Ratzinger ha manejado desde hace tiempo y ahora ha publicado, parecen mensajes provenientes de tiempos remotos. Sobre como se sienten y viven hoy en día los seres humanos, sobre lo que se ha investigado durante los últimos cien años en torno a los fundamentos de la vida humana que conducen a una sociedad laica hacia posturas tolerantes y llenas de valores, sobre nada de esto ha logrado avanzar el Vaticano. Es como si sus eruditos se hubieran encerrado a deliberar durante años en un calabozo del castillo de Engelsburg", señala el rotativo vienés.

Ecumenismo de las religiones

El diario alemán 'Saarbrücker Zeitung', critica también la postura del Vaticano frente a las uniones homosexuales y advierte intolerancia en el movimiento hacia la unión de los cristianos. "Ambos textos se oponen al espíritu que más claramente ha distinguido a la civilización occidental como una sociedad liberal de origen cristiano. La pretensión de las Iglesias de influir la vida pública y la convivencia entre seres humanos con sus enseñanzas y objetivos como antaño, no tiene lugar en la sociedad contemporánea. Los obispos y eclesiásticos de ambas confesiones, católicos y protestantes, pueden darse por satisfechos de que su voz sea escuchada entre muchas otras. El caso del teólogo y párroco Gotthold Hasenhüttl, ha demostrado estos días con crudeza, cuán poco son entendidas y reconocidas las normas de la Iglesia Católica. Hasenhüttl fue suspendido de sus funciones por haber invitado a creyentes de la Iglesia Evangélica a tomar parte en la comunión durante el pasado Congreso Ecuménico en Berlín. El documento del Vaticano sobre la homosexualidad provoca que a muchos miembros de nuestra sociedad liberal se le pongan los pelos de punta. El rechazo de la Conferencia Episcopal Alemana al ecumenismo religioso se arriesga a que sea acusada de intolerante. Los documentos contienen posturas controvertidas que escandalizan y obligan a adoptar decisiones", advierte el matutino del Sarre.