El ataque con arma de guerra contra un centro para refugiados en el sur de Alemania le da una nueva dimensión a las agresiones xenófobas registradas en el país. Las autoridades siguen buscando a los autores del mismo.
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Tras el atentado con granada perpetrado en la madrugada de este viernes (29.1.2016) contra un centro de atención para refugiados en Villingen-Schwenningen, Estado federado de Baden-Württemberg, una comisión especial de la policía local continúa buscando a los autores del ataque. El arma de guerra yugoslava tipo M52 fue lanzada hacia el terreno donde se encuentra la instalación, pero no estalló ni causó heridos. No obstante, analistas alegan que este suceso le da una nueva dimensión a las agresiones xenófobas registradas en el país; algunos de ellos no han dudado en catalogar el episodio como un caso de terrorismo.
Setenta agentes conforman la comisión investigadora, que todavía no ha articulado sospechas concretas en ninguna dirección ni encontrado pista alguna en ese sentido tras consultar a los habitantes del vecindario. No obstante, un portavoz de esa unidad sostiene que no es posible excluir la posibilidad de que los blancos del ataque fueran los solicitantes de asilo o los empleados a cargo de la seguridad de ese centro; la granada cayó muy cerca del lugar donde los últimos estaban apostados. Lo que la policía y la Fiscalía sí pueden asegurar es que la granada estaba cargada con material explosivo.
Los restos de esa arma de guerra están siendo analizados en la Oficina de la Policía Criminal de Baden-Württemberg. Allí se intentará determinar si el encendido de la granada estaba dañado al momento de ser lanzada contra el centro para refugiados. Despejar esa incógnita es decisivo en este caso, comentó el director del Ministerio Público de Constanza, Johannes-Georg Roth. Según la Oficina Federal de la Policía Criminal, este ataque es el primero de su tipo por involucrar el uso de material explosivo. Este sábado (3.1.2016) tendrá lugar en de Villingen-Schwenningen una manifestación contra el racismo y la xenofobia.
ERC ( EFE / dpa / Policía de Tuttlingen)
Refugiados y sus historias
Hamber al Issa, de Siria
En Damasco Hamber trabajaba de cirujano. Tuvo que abandonar su patria por razones de las que no quiere hablar. Espera que no sea para siempre. En cuando sea posible quiere regresar a Siria para abrir allí un centro médico.
Macedonia
Hamber huyó a Alemania por la ruta de los Balcanes. Cuando llegó a Macedonia tuvo que seguir a pie hasta la frontera con Serbia. Cada vez que llegaba a una ciudad se comunicaba con su familia por Internet. Sus padres estaban muy preocupados por él.
Croacia
Desde Croacia Hamber intentó seguir su viaje hacia Hungría en ferrocarril. Estuvo dos días esperando hasta que consiguió sitio en un tren.
Por fin en Alemania...
Hamber todavía no puede trabajar como médico en Alemania, pero intenta aprovechar el tiempo de forma práctica y seguir formándose en su profesión. Actualmente trabaja de traductor en un centro médico.
Toba Shirmohammadi, de Afganistán
Toba tiene 16 años y huyó de la ciudad afgana de Herat. Los terroristas de su país atacan a las escolares para mantenerlas alejadas de las escuelas. El deseo de Toba era estudiar y asistir a los cursos de preparación para la universidad.
Toba y su familia
Toba huyó a Alemania con sus dos hermanas y los maridos de éstas. Después de atravesar Irán, Turquía y Grecia tomaron también la ruta de los Balcanes hacia Alemania.
Esperando para continuar el viaje
Toba y su familia esperaron en un centro de acogida en Macedonia antes de continuar hacia Serbia:
La meta: llegar a Alemania
Toba espera poder estudiar en Alemania, pero primero quiere aprender el idioma. Su meta es llevar una vida independiente.
Ahmed Alwan, Heba Alwan y Saleh Zeer, de Siria
También Ahmed (en el centro), su mujer Heba y su amigo Saleh Zeer tuvieron que abandonar Siria. Ahmed es periodista y trabajaba en diversos medios árabes. Su esposa Heba trabajaba como arquitecta. Saleh estaba a punto de recibir el título de ingeniero.
Idlib, Siria
Ahmed, Heba y Saleh son de Idlib. Esta ciudad del noroeste de Siria fue destruida por los bombardeos. Cuando fue tomada por Estado Islámico, se hizo imposible continuar trabajando como periodista. Tras recibir amenazas, Ahmed se decidió a huir con su esposa y su amigo.
Jana Alwan
Ahmed y Heba también se llevaron consigo a Jana, su hija de un año.
Camino a Alemania
Como otros muchos, el grupo tomó la ruta de los Balcanes hacia Alemania. En cuanto mejore la situación en Siria quieren regresar a casa. Ahmed desea seguir ejerciendo su profesión de periodista, Saleh terminaría sus estudios y Heba ayudaría a reconstruir el país como arquitecta.