Irán: a siete personas les van a amputar una mano por robar
28 de octubre de 2020
Este tipo de pena había caído en desuso por inhumana, pero en el último tiempo parece resurgir. “Cuando la mano se acostumbra a robar, hay que cortarla”, justificó un fiscal.
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Preocupación existe entre diversas organizaciones de derechos humanos tras conocerse que siete personas acusadas de robo han sido condenadas en Irán a sufrir la amputación de una mano. Seis de las sentencias ya fueron confirmadas por el Tribunal Supremo y pueden ser ejecutadas en cualquier momento. Todos los casos se han dado en la ciudad de Urmía, noroeste del país (cerca de la frontera con Turquía e Irak), y los activistas sospechan que se está recuperando un castigo que si bien figura en la legislación iraní, se había dejado de aplicar por ser inhumano y generar críticas en la población.
El último caso se dio a conocer hace solo unas semanas, informó Kurdistan Human Rights Network (KHRN), la organización que ha seguido las sentencias. En esa fecha trascendió que un hombre de 32 años había sido condenado a sufrir la amputación de cuatro dedos de la mano derecha. La jurisprudencia islámica consigna la amputación, pero depende de cada juez su aplicación.
El diario español El País asegura que las sentencias dictadas hasta ahora ordenan que se corten completamente cuatro dedos de la mano derecha, dejando solo el pulgar. Este castigo, según la ley islámica o sharía, se debe aplicar solamente cuando se han cometido delitos graves. En caso de reincidencia, debe amputarse el pie izquierdo.
Aunque en desuso, estas penas no constituyen una excepción. Los mismos activistas consignan más de 200 casos en los últimos diez años. En 2010, por ejemplo, cinco presuntos ladrones, acusados de haber cometidos "robos importantes”, fueron condenados a perder una mano. El fiscal Akbar Biglari dijo en la oportunidad que "para cortar la mano a un ladrón éste debe ser un adulto que ha cometido el robo de forma consciente y voluntaria, y haber cometido el delito más de 100 veces”. Agregó que "cuando la mano se acostumbra a robar, hay que cortarla”.
Biglari tuvo la deferencia de recordar que la condena no había sido aplicada en público, para evitar que la comunidad internacional usara esta violación a los derechos humanos para acusar a Irán de violar los derechos humanos. Precisamente ha sido la presión internacional la que ha generado un descenso en la aplicación de estas amputaciones o la lapidación, usuales en los primeros años de la Revolución Islámica. Por eso los activistas kurdos afirman que solo haciendo presión se podrá evitar que estos castigos resurjan en Irán.
DZC (El País, El Mundo, KHRN)
Historia de la Revolución Islámica (02.2018)
A comienzos de 1979 fue derrocado el último shá de Persia, Mohammad Reza Pahlevi. Los invitamos a recordar ese suceso en esta galería de imágenes.
Imagen: akairan.com
Regreso a Teherán
El 1º de febrero de 1979, el Ayatolá Jomeini volvió de su exilio parisino hacia Teherán y fue recibido con júbilo por la gente. Durante años, criticó al sha de Persia y a su élite política debido, según el Ayatolá, a la represión de personas que pensaban diferente, por la fuerte “occidentalización” de Irán y por su estilo de vida lujoso y decadente.
Imagen: akairan.com
Esperando al líder religioso
Cerca de cuatro millones de iraníes celebraron la llegada de Jomeini en las calles de Teherán. Las manifestaciones masivas en contra del sha de Persia ya llevaban cerca de un año. Desde agosto de 1978, las huelgas generales de la oposición paralizaban la economía del país.
Imagen: Getty Images/Afp/Gabriel Duval
El sha abandona Persia
Ya el 16 de enero de 1979, el sha Reza Pahlevi había abandonado Irán. Poco antes, en la conferencia de Guadalupe, había perdido el apoyo de los gobiernos occidentales, que estaban a favor de un diálogo con Jomeini. El presidente estadounidense Jimmy Carter le ofreció al sha permanecer en EE. UU., lo que este aceptó.
Imagen: fanous.com
El fracaso del primer ministro
El sha había nombrado a Schapur Bachtiar, uno de los líderes del opositor Frente Nacional (FN), como primer ministro interino para tranquilizar a sus rivales, pero sin éxito. Bachtiar fue excluido de su partido porque aceptó el cargo. Los otros miembros del FN ya habían acordado trabajar solo con Jomeini.
Imagen: akairan.com
Discurso en el cementerio
Jomeini dijo a su llegada a Teherán que no reconocía el gobierno de Bachtiar. Desde el aeropuerto viajó al cementerio central de la capital iraní, donde pronunció un discurso ante cientos de miles de personas. Le quitó legitimidad a la monarquía y al Parlamento, y anunció que tomaría el Gobierno de Irán en sus manos.
Imagen: atraknews.com
Disturbios en todo el país
En Teherán y otras ciudades de Irán se produjeron violentos enfrentamientos entre los revolucionarios y los adeptos al sha de Persia. Los disturbios eran graves y el Ejército declaró un toque de queda, pero casi ningún iraní hizo caso.
Imagen: akairan.com
Primer ministro de la transición
El 5 de febrero de 1979, Jomeini nombró a Mehdi Bazargan, del Frente Nacional, como primer ministro de la transición. Parecía que el clero iba a cooperar con la oposición, de corte liberal. Sin embargo, pronto se produjeron conflictos entre ambas partes y Bazargan renunció el 5 de noviembre de 1979 como respuesta a la toma de rehenes en la embajada de EE. UU. en Teherán, tolerada por Jomeini.
Imagen: akairan.com
El pueblo iraní festeja
Luego del nombramiento de Barzagan, miles de personas salieron a la calle para apoyar al gobierno de transición. El Ejército anunció que no se inmiscuiría en la lucha por el poder, con lo cual Schapur Bachtiar perdió todo el respaldo. Tuvo que huír de su casa, perseguido por adeptos de Jomeini que estaban armados. En abril de 1979 se exilió en Francia.
Imagen: akairan.com
Saludo militar
Una unidad de élite de la Fuerza Aérea iraní saluda al ayatolá Jomeini. La Fuerza Aérea iraní tuvo un rol central en la victoria de la revolución porque dio acceso a los ciudadanos a sus depósitos de armas. El 9 de febrero se produjo un último levantamiento de la Guardia Imperial, que atacó una base del Ejército.
Imagen: Mehr
Derrocamiento de la monarquía
Las luchas armadas entre la Guardia Imperial y la población iraní aumentaron y el 11 de febrero de 1979 el caos reinaba en todo Irán. Los revolucionarios ocuparon el Parlamento, el Senado, el canal estatal de televisión y otros organismos estatales. Poco después se dio a conocer que la monarquía había sido derrocada. En Irán se festeja el 11 de febrero como el “Día de la Revolución Islámica”.