Poder judicial de Irán anunció hoy que dos personas, una de ellas con doble nacionalidad iraní-británica, han sido condenadas a diez años de cárcel por espiar para el servicio de inteligencia israelí, el Mosad.
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Un tribunal iraní condenó a diez años de cárcel por "espionaje" en favor de Israel a dos personas, entre ellas una irano-británica, indicó este martes (27.08.2019) un portavoz de la Autoridad judicial, Gholam Hosein Esmailí.
Anousheh Ashouri, una mujer con doble nacionalidad, fue hallada culpable de "transmitir información" al servicio de inteligencia israelí, el Mosad, y condenada por ello a 10 años de cárcel. Además fue sentenciada a otros dos años más de cárcel por haber recibido 33.000 euros en fondos ilícitos por parte de Israel.
La misma condena de 10 años se dictó contra Ali Yavaherí, también acusado de espiar para el Mosad "durante años" y recopilar para la inteligencia israelí información de varios campos, entre ellos sobre la base de los Guardianes de la Revolución de Jatamol Anbia.
Esmailí precisó que Yavaherí mantuvo reuniones con agentes israelíes en varios países, estableció "amplios lazos" con el Mosad, viajó a Israel y realizó trámites para conseguir la ciudadanía israelí.
British Council
Además de estos casos, el portavoz del Poder Judicial informó hoy de que el Tribunal de Apelación confirmó la condena a diez años de cárcel contra Aras Amiri, quien estuvo a cargo de la oficina de Irán del British Council.
Esta mujer, sentenciada en primera instancia el pasado mayo, fue encontrada culpable de colaborar con los servicios secretos del Reino Unido. Según Esmailí, mediante sus lazos con el British Council Amirí llevó a cabo "infiltración cultural" en la sociedad iraní y "medidas subversivas" contra el régimen iraní.
Amirí, que vivía en Londres, ya que la oficina del British Council en Teherán fue cerrada hace más de una década, fue detenida cuando viajó a Irán a visitar a algunos familiares.
er (efe, afp)
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Historia de la Revolución Islámica (02.2018)
A comienzos de 1979 fue derrocado el último shá de Persia, Mohammad Reza Pahlevi. Los invitamos a recordar ese suceso en esta galería de imágenes.
Imagen: akairan.com
Regreso a Teherán
El 1º de febrero de 1979, el Ayatolá Jomeini volvió de su exilio parisino hacia Teherán y fue recibido con júbilo por la gente. Durante años, criticó al sha de Persia y a su élite política debido, según el Ayatolá, a la represión de personas que pensaban diferente, por la fuerte “occidentalización” de Irán y por su estilo de vida lujoso y decadente.
Imagen: akairan.com
Esperando al líder religioso
Cerca de cuatro millones de iraníes celebraron la llegada de Jomeini en las calles de Teherán. Las manifestaciones masivas en contra del sha de Persia ya llevaban cerca de un año. Desde agosto de 1978, las huelgas generales de la oposición paralizaban la economía del país.
Imagen: Getty Images/Afp/Gabriel Duval
El sha abandona Persia
Ya el 16 de enero de 1979, el sha Reza Pahlevi había abandonado Irán. Poco antes, en la conferencia de Guadalupe, había perdido el apoyo de los gobiernos occidentales, que estaban a favor de un diálogo con Jomeini. El presidente estadounidense Jimmy Carter le ofreció al sha permanecer en EE. UU., lo que este aceptó.
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El fracaso del primer ministro
El sha había nombrado a Schapur Bachtiar, uno de los líderes del opositor Frente Nacional (FN), como primer ministro interino para tranquilizar a sus rivales, pero sin éxito. Bachtiar fue excluido de su partido porque aceptó el cargo. Los otros miembros del FN ya habían acordado trabajar solo con Jomeini.
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Discurso en el cementerio
Jomeini dijo a su llegada a Teherán que no reconocía el gobierno de Bachtiar. Desde el aeropuerto viajó al cementerio central de la capital iraní, donde pronunció un discurso ante cientos de miles de personas. Le quitó legitimidad a la monarquía y al Parlamento, y anunció que tomaría el Gobierno de Irán en sus manos.
Imagen: atraknews.com
Disturbios en todo el país
En Teherán y otras ciudades de Irán se produjeron violentos enfrentamientos entre los revolucionarios y los adeptos al sha de Persia. Los disturbios eran graves y el Ejército declaró un toque de queda, pero casi ningún iraní hizo caso.
Imagen: akairan.com
Primer ministro de la transición
El 5 de febrero de 1979, Jomeini nombró a Mehdi Bazargan, del Frente Nacional, como primer ministro de la transición. Parecía que el clero iba a cooperar con la oposición, de corte liberal. Sin embargo, pronto se produjeron conflictos entre ambas partes y Bazargan renunció el 5 de noviembre de 1979 como respuesta a la toma de rehenes en la embajada de EE. UU. en Teherán, tolerada por Jomeini.
Imagen: akairan.com
El pueblo iraní festeja
Luego del nombramiento de Barzagan, miles de personas salieron a la calle para apoyar al gobierno de transición. El Ejército anunció que no se inmiscuiría en la lucha por el poder, con lo cual Schapur Bachtiar perdió todo el respaldo. Tuvo que huír de su casa, perseguido por adeptos de Jomeini que estaban armados. En abril de 1979 se exilió en Francia.
Imagen: akairan.com
Saludo militar
Una unidad de élite de la Fuerza Aérea iraní saluda al ayatolá Jomeini. La Fuerza Aérea iraní tuvo un rol central en la victoria de la revolución porque dio acceso a los ciudadanos a sus depósitos de armas. El 9 de febrero se produjo un último levantamiento de la Guardia Imperial, que atacó una base del Ejército.
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Derrocamiento de la monarquía
Las luchas armadas entre la Guardia Imperial y la población iraní aumentaron y el 11 de febrero de 1979 el caos reinaba en todo Irán. Los revolucionarios ocuparon el Parlamento, el Senado, el canal estatal de televisión y otros organismos estatales. Poco después se dio a conocer que la monarquía había sido derrocada. En Irán se festeja el 11 de febrero como el “Día de la Revolución Islámica”.