El activista iraní Ruholá Zam fue condenado a muerte en primera instancia después de haber sido acusado de incitar las protestas contra el régimen registradas en Irán a fines de 2017.
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El portavoz del Poder Judicial, Gholamhosein Esmailí, informó este martes en rueda de prensa que Ruholá Zam, director de la web Amadnews, fue sentenciado a la pena capital por "corrupción en la tierra".
Esmailí explicó que trece de las acusaciones que pesaban contra el activista han sido consideradas por el tribunal como "corrupción en la tierra", según la agencia ISNA. Esa es la denominación que en Irán se da a los cargos más graves como el asesinato, el terrorismo o el alzamiento en armas contra el Estado, y que la jurisprudencia islámica suele castigar con la horca.
La condena, sin embargo, puede ser apelada, de acuerdo al portavoz judicial.
Zam fue detenido en Irán por el servicio de inteligencia del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución, que informó de su arresto el pasado octubre.
El activista, residente en Francia, cayó "en una trampa" de los Guardianes, que consiguieron que viajara a Irán, según publicó en un comunicado este cuerpo militar de elite en su momento.
Difusión de información
Ruholá Zam es hijo del clérigo Mohamad Ali Zam, lo que le permitió acercarse a los vástagos de altos responsables del país para obtener información delicada sobre el régimen teocrático.
Durante las protestas que estallaron en diciembre de 2017 en Irán contra la carestía, y que derivaron en críticas contra el sistema, el canal de Telegram Amadnews de Zam publicó numerosas informaciones e imágenes.
Ese canal fue bloqueado por Irán, que acusó a Zam de incitar a la violencia y de ser "una herramienta en manos de servicios de espionaje extranjeros contrarios a Irán".
El activista estuvo encarcelado en Irán por su participación en las manifestaciones del Movimiento Verde de 2009 y, tras ser liberado, se exilió en Francia, donde residía hasta su arresto el pasado octubre.
er (efe, afp)
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Historia de la Revolución Islámica (02.2018)
A comienzos de 1979 fue derrocado el último shá de Persia, Mohammad Reza Pahlevi. Los invitamos a recordar ese suceso en esta galería de imágenes.
Imagen: akairan.com
Regreso a Teherán
El 1º de febrero de 1979, el Ayatolá Jomeini volvió de su exilio parisino hacia Teherán y fue recibido con júbilo por la gente. Durante años, criticó al sha de Persia y a su élite política debido, según el Ayatolá, a la represión de personas que pensaban diferente, por la fuerte “occidentalización” de Irán y por su estilo de vida lujoso y decadente.
Imagen: akairan.com
Esperando al líder religioso
Cerca de cuatro millones de iraníes celebraron la llegada de Jomeini en las calles de Teherán. Las manifestaciones masivas en contra del sha de Persia ya llevaban cerca de un año. Desde agosto de 1978, las huelgas generales de la oposición paralizaban la economía del país.
Imagen: Getty Images/Afp/Gabriel Duval
El sha abandona Persia
Ya el 16 de enero de 1979, el sha Reza Pahlevi había abandonado Irán. Poco antes, en la conferencia de Guadalupe, había perdido el apoyo de los gobiernos occidentales, que estaban a favor de un diálogo con Jomeini. El presidente estadounidense Jimmy Carter le ofreció al sha permanecer en EE. UU., lo que este aceptó.
Imagen: fanous.com
El fracaso del primer ministro
El sha había nombrado a Schapur Bachtiar, uno de los líderes del opositor Frente Nacional (FN), como primer ministro interino para tranquilizar a sus rivales, pero sin éxito. Bachtiar fue excluido de su partido porque aceptó el cargo. Los otros miembros del FN ya habían acordado trabajar solo con Jomeini.
Imagen: akairan.com
Discurso en el cementerio
Jomeini dijo a su llegada a Teherán que no reconocía el gobierno de Bachtiar. Desde el aeropuerto viajó al cementerio central de la capital iraní, donde pronunció un discurso ante cientos de miles de personas. Le quitó legitimidad a la monarquía y al Parlamento, y anunció que tomaría el Gobierno de Irán en sus manos.
Imagen: atraknews.com
Disturbios en todo el país
En Teherán y otras ciudades de Irán se produjeron violentos enfrentamientos entre los revolucionarios y los adeptos al sha de Persia. Los disturbios eran graves y el Ejército declaró un toque de queda, pero casi ningún iraní hizo caso.
Imagen: akairan.com
Primer ministro de la transición
El 5 de febrero de 1979, Jomeini nombró a Mehdi Bazargan, del Frente Nacional, como primer ministro de la transición. Parecía que el clero iba a cooperar con la oposición, de corte liberal. Sin embargo, pronto se produjeron conflictos entre ambas partes y Bazargan renunció el 5 de noviembre de 1979 como respuesta a la toma de rehenes en la embajada de EE. UU. en Teherán, tolerada por Jomeini.
Imagen: akairan.com
El pueblo iraní festeja
Luego del nombramiento de Barzagan, miles de personas salieron a la calle para apoyar al gobierno de transición. El Ejército anunció que no se inmiscuiría en la lucha por el poder, con lo cual Schapur Bachtiar perdió todo el respaldo. Tuvo que huír de su casa, perseguido por adeptos de Jomeini que estaban armados. En abril de 1979 se exilió en Francia.
Imagen: akairan.com
Saludo militar
Una unidad de élite de la Fuerza Aérea iraní saluda al ayatolá Jomeini. La Fuerza Aérea iraní tuvo un rol central en la victoria de la revolución porque dio acceso a los ciudadanos a sus depósitos de armas. El 9 de febrero se produjo un último levantamiento de la Guardia Imperial, que atacó una base del Ejército.
Imagen: Mehr
Derrocamiento de la monarquía
Las luchas armadas entre la Guardia Imperial y la población iraní aumentaron y el 11 de febrero de 1979 el caos reinaba en todo Irán. Los revolucionarios ocuparon el Parlamento, el Senado, el canal estatal de televisión y otros organismos estatales. Poco después se dio a conocer que la monarquía había sido derrocada. En Irán se festeja el 11 de febrero como el “Día de la Revolución Islámica”.