Irán critica discurso "odioso" de Mike Pence en Múnich
17 de febrero de 2019
El ministro iraní de Exteriores afirmó que Irán desea una "región fuerte" en el que se ponga fin a las "aspiraciones hegemónicas de dentro" en referencia a Arabia Saudí "y de fuera", sobre EE. UU.
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El ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif (foto), criticó hoy (17.02.2019) a EE. UU. por instar a Europa a seguir sus pasos y abandonar el acuerdo nuclear iraní, y argumentó que Washington quiere un cambio de gobierno en Teherán.
Zarif dijo en la Conferencia de Seguridad de Múnich que las demandas de Pence para que la UE siga a Estados Unidos en abandonar el acuerdo nuclear con Irán en 2015 equivalían a pedir a Europa que socavara su propia seguridad. Zarif tachó de "arrogante" y guiado por el "odio" el discurso en este sentido del vicepresidente de EE. UU., Mike Pence, ayer en este mismo foro clave para la diplomacia global.
"Obsesión patológica de EE. UU. con Irán"
En su opinión, la salida de EE. UU. del JCPOA, las siglas en inglés del acuerdo nuclear, fue "ilegal y unilateral" y estuvo guiada por una "fijación insana" y una "obsesión patológica de EE. UU. con Irán" que se remonta a la revolución islámica de 1979. Además, fue un instrumento más para el objetivo final de EE. UU. en Irán y su estrategia para Oriente Medio, según Zarif. "Creo que EE. UU. no está haciendo otra cosa que buscar el cambio de Gobierno", afirmó.
A cambio, aseguró que su país "aprecia" el "gran esfuerzo" de Europa para mantener con vida el acuerdo tras la salida de Washington, que ha impuesto sanciones a Irán, y aplaudió que estén cumpliendo, pese a las dificultades, con las obligaciones del JCPOA.
Sobre el JCPOA, destacó que se basó en concesiones y que es "lo mejor que se podía alcanzar entre seis potencias mundiales, la Unión Europea y un país que quiere mantenerse de pie por sus propios medios".
Advirtió asimismo de que la opinión pública en Irán sigue apoyando mantenerse en el acuerdo, pero por la mínima, de tal forma que si siguen las dificultades externas, podría llegar a darse una mayoría en el país que rechazase el JCPOA.
FEW (EFE, AFP)
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Historia de la Revolución Islámica (02.2018)
A comienzos de 1979 fue derrocado el último shá de Persia, Mohammad Reza Pahlevi. Los invitamos a recordar ese suceso en esta galería de imágenes.
Imagen: akairan.com
Regreso a Teherán
El 1º de febrero de 1979, el Ayatolá Jomeini volvió de su exilio parisino hacia Teherán y fue recibido con júbilo por la gente. Durante años, criticó al sha de Persia y a su élite política debido, según el Ayatolá, a la represión de personas que pensaban diferente, por la fuerte “occidentalización” de Irán y por su estilo de vida lujoso y decadente.
Imagen: akairan.com
Esperando al líder religioso
Cerca de cuatro millones de iraníes celebraron la llegada de Jomeini en las calles de Teherán. Las manifestaciones masivas en contra del sha de Persia ya llevaban cerca de un año. Desde agosto de 1978, las huelgas generales de la oposición paralizaban la economía del país.
Imagen: Getty Images/Afp/Gabriel Duval
El sha abandona Persia
Ya el 16 de enero de 1979, el sha Reza Pahlevi había abandonado Irán. Poco antes, en la conferencia de Guadalupe, había perdido el apoyo de los gobiernos occidentales, que estaban a favor de un diálogo con Jomeini. El presidente estadounidense Jimmy Carter le ofreció al sha permanecer en EE. UU., lo que este aceptó.
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El fracaso del primer ministro
El sha había nombrado a Schapur Bachtiar, uno de los líderes del opositor Frente Nacional (FN), como primer ministro interino para tranquilizar a sus rivales, pero sin éxito. Bachtiar fue excluido de su partido porque aceptó el cargo. Los otros miembros del FN ya habían acordado trabajar solo con Jomeini.
Imagen: akairan.com
Discurso en el cementerio
Jomeini dijo a su llegada a Teherán que no reconocía el gobierno de Bachtiar. Desde el aeropuerto viajó al cementerio central de la capital iraní, donde pronunció un discurso ante cientos de miles de personas. Le quitó legitimidad a la monarquía y al Parlamento, y anunció que tomaría el Gobierno de Irán en sus manos.
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Disturbios en todo el país
En Teherán y otras ciudades de Irán se produjeron violentos enfrentamientos entre los revolucionarios y los adeptos al sha de Persia. Los disturbios eran graves y el Ejército declaró un toque de queda, pero casi ningún iraní hizo caso.
Imagen: akairan.com
Primer ministro de la transición
El 5 de febrero de 1979, Jomeini nombró a Mehdi Bazargan, del Frente Nacional, como primer ministro de la transición. Parecía que el clero iba a cooperar con la oposición, de corte liberal. Sin embargo, pronto se produjeron conflictos entre ambas partes y Bazargan renunció el 5 de noviembre de 1979 como respuesta a la toma de rehenes en la embajada de EE. UU. en Teherán, tolerada por Jomeini.
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El pueblo iraní festeja
Luego del nombramiento de Barzagan, miles de personas salieron a la calle para apoyar al gobierno de transición. El Ejército anunció que no se inmiscuiría en la lucha por el poder, con lo cual Schapur Bachtiar perdió todo el respaldo. Tuvo que huír de su casa, perseguido por adeptos de Jomeini que estaban armados. En abril de 1979 se exilió en Francia.
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Saludo militar
Una unidad de élite de la Fuerza Aérea iraní saluda al ayatolá Jomeini. La Fuerza Aérea iraní tuvo un rol central en la victoria de la revolución porque dio acceso a los ciudadanos a sus depósitos de armas. El 9 de febrero se produjo un último levantamiento de la Guardia Imperial, que atacó una base del Ejército.
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Derrocamiento de la monarquía
Las luchas armadas entre la Guardia Imperial y la población iraní aumentaron y el 11 de febrero de 1979 el caos reinaba en todo Irán. Los revolucionarios ocuparon el Parlamento, el Senado, el canal estatal de televisión y otros organismos estatales. Poco después se dio a conocer que la monarquía había sido derrocada. En Irán se festeja el 11 de febrero como el “Día de la Revolución Islámica”.