Estaba acusado de matar a un funcionario público durante las protestas antigubernamentales de 2018 en el país, aunque el deportista se declaraba inocente y alegaba que fue torturado para obtener una confesión falsa.
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El Poder Judicial iraní ejecutó este sábado (12.09.2020) la pena de muerte del conocido campeón de lucha libre Navid Afkarí, condenado a la pena capital por un asesinato cometido durante protestas en 2018.
La ejecución en la horca de Afkarí, de 27 años, se llevó a cabo en la prisión "Adel Abad" en la ciudad de Shiraz en el sur de Irán, y según afirmó a la televisión estatal el presidente del Tribunal Supremo de la provincia de Fars, Kazem Musaví, tras ser confirmada la condena en el tribunal supremo de apelaciones y ante "la insistencia de los padres y familiares de la víctima", informó la agencia oficial iraní de noticias IRNA.
Sin embargo, según el abogado de Afkarí, Hasan Yunesi, el domingo se iba a celebrar una reunión con la familia de la víctima para "pedir perdón" y evitar así la aplicación de la pena de muerte. "Tenían tanta prisa que le negaron a Navid su derecho a una última visita", dijo Yunesi en Twitter. La organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI) ya expresó el viernes su alarma por la "inminente ejecución secreta" de Afkarí. Musaví explicó que se trata de una sentencia del "qesas", es decir "ley del talión", una pena de "retribución".
En los últimos días, La organización humanitaria Human Rights Watch, COI y FIFA se habían unido en apoyo por salvar la vida de Afkari, tras las acusaciones de torturas y confesiones forzadas que ha sufrido. El Comité Olímpico Internacional, que se mostró "conmmocionado", fue de hecho uno de los primeros en reaccionar al anuncio de la ejecución: "es profundamente lamentable que los llamamientos de deportistas del mundo entero, y todo el trabajo del COI, con el Comité Olímpico Iraní, la Federación Internacional de Lucha y la Federación Iraní de Lucha, no hayan logrado su objetivo", señaló el organismo, con base en Lausana, en un comunicado.
Afkarí, de 27 años, fue detenido junto a sus dos hermanos en agosto de 2018 durante unas manifestaciones en la ciudad meridional de Shiraz que estallaron en protestas por la mala situación económica en Irán y la devaluación de la moneda nacional, que fueron reprimidas por las autoridades. En un vídeo transmitido la semana pasada por la televisión estatal iraní, Afkarí en sus confesiones afirma que apuñaló dos veces a la víctima, un guardia de seguridad de una compañía de agua.
Tras la condena a muerte de Afkarí y los temores de que la confesión fuera extraída bajo tortura, el caso se hizo viral en Twitter con la etiqueta "no ejecutéis" y con el nombre de Afkarí, esfuerzos que no fueron eficaces. Los dos hermanos del ahorcado, han sido sentenciados en este caso a 54 y 27 años de cárcel.
lgc (efe/afp)
Historia de la Revolución Islámica (02.2018)
A comienzos de 1979 fue derrocado el último shá de Persia, Mohammad Reza Pahlevi. Los invitamos a recordar ese suceso en esta galería de imágenes.
Imagen: akairan.com
Regreso a Teherán
El 1º de febrero de 1979, el Ayatolá Jomeini volvió de su exilio parisino hacia Teherán y fue recibido con júbilo por la gente. Durante años, criticó al sha de Persia y a su élite política debido, según el Ayatolá, a la represión de personas que pensaban diferente, por la fuerte “occidentalización” de Irán y por su estilo de vida lujoso y decadente.
Imagen: akairan.com
Esperando al líder religioso
Cerca de cuatro millones de iraníes celebraron la llegada de Jomeini en las calles de Teherán. Las manifestaciones masivas en contra del sha de Persia ya llevaban cerca de un año. Desde agosto de 1978, las huelgas generales de la oposición paralizaban la economía del país.
Imagen: Getty Images/Afp/Gabriel Duval
El sha abandona Persia
Ya el 16 de enero de 1979, el sha Reza Pahlevi había abandonado Irán. Poco antes, en la conferencia de Guadalupe, había perdido el apoyo de los gobiernos occidentales, que estaban a favor de un diálogo con Jomeini. El presidente estadounidense Jimmy Carter le ofreció al sha permanecer en EE. UU., lo que este aceptó.
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El fracaso del primer ministro
El sha había nombrado a Schapur Bachtiar, uno de los líderes del opositor Frente Nacional (FN), como primer ministro interino para tranquilizar a sus rivales, pero sin éxito. Bachtiar fue excluido de su partido porque aceptó el cargo. Los otros miembros del FN ya habían acordado trabajar solo con Jomeini.
Imagen: akairan.com
Discurso en el cementerio
Jomeini dijo a su llegada a Teherán que no reconocía el gobierno de Bachtiar. Desde el aeropuerto viajó al cementerio central de la capital iraní, donde pronunció un discurso ante cientos de miles de personas. Le quitó legitimidad a la monarquía y al Parlamento, y anunció que tomaría el Gobierno de Irán en sus manos.
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Disturbios en todo el país
En Teherán y otras ciudades de Irán se produjeron violentos enfrentamientos entre los revolucionarios y los adeptos al sha de Persia. Los disturbios eran graves y el Ejército declaró un toque de queda, pero casi ningún iraní hizo caso.
Imagen: akairan.com
Primer ministro de la transición
El 5 de febrero de 1979, Jomeini nombró a Mehdi Bazargan, del Frente Nacional, como primer ministro de la transición. Parecía que el clero iba a cooperar con la oposición, de corte liberal. Sin embargo, pronto se produjeron conflictos entre ambas partes y Bazargan renunció el 5 de noviembre de 1979 como respuesta a la toma de rehenes en la embajada de EE. UU. en Teherán, tolerada por Jomeini.
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El pueblo iraní festeja
Luego del nombramiento de Barzagan, miles de personas salieron a la calle para apoyar al gobierno de transición. El Ejército anunció que no se inmiscuiría en la lucha por el poder, con lo cual Schapur Bachtiar perdió todo el respaldo. Tuvo que huír de su casa, perseguido por adeptos de Jomeini que estaban armados. En abril de 1979 se exilió en Francia.
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Saludo militar
Una unidad de élite de la Fuerza Aérea iraní saluda al ayatolá Jomeini. La Fuerza Aérea iraní tuvo un rol central en la victoria de la revolución porque dio acceso a los ciudadanos a sus depósitos de armas. El 9 de febrero se produjo un último levantamiento de la Guardia Imperial, que atacó una base del Ejército.
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Derrocamiento de la monarquía
Las luchas armadas entre la Guardia Imperial y la población iraní aumentaron y el 11 de febrero de 1979 el caos reinaba en todo Irán. Los revolucionarios ocuparon el Parlamento, el Senado, el canal estatal de televisión y otros organismos estatales. Poco después se dio a conocer que la monarquía había sido derrocada. En Irán se festeja el 11 de febrero como el “Día de la Revolución Islámica”.