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Irán ofrece dos años de moratoria

7 de marzo de 2006

La OIEA cerró su orden del día sin una resolución clara, en una sesión marcada por la nueva oferta iraní de una moratoria de dos años en su programa nuclear.

Irán en espera del veredicto de la OIEA.Imagen: AP


La Junta de Gobernadores de la OIEA cerró en Viena su segundo día de deliberaciones sin acercar posturas entre las partes y sin entrar a debatir el controvertido informe sobre el programa nuclear iraní.

La postura de Irán volvió a dominar la sesión al hacer una nueva oferta por la que congelaría durante dos años la producción industrial de uranio enriquecido, periodo que tanto la UE como EEUU consideran demasiado corto.

Irán ofrece dos años de moratoria.Imagen: AP

Por su parte, el régimen de Teherán ofreció como moneda de cambio el derecho a mantener un programa limitado de enriquecimiento de uranio para fines de investigación y desarrollo (I+D). El embajador iraní ante la OIEA, Ali Asghar Solantieh, apuntó que su Gobierno no renunciará a esa exigencia, ya que Irán ha invertido mucho en ese programa.

Durante la sesión, se rumoreó además sobre una nueva propuesta rusa según la cual Irán se comprometería a una moratoria de entre 7 y 9 años, y el combustible sería producido por una sociedad mixta en territorio ruso. Sin embargo, el ministro de exteriores ruso, Serguéi Lavrov, desmintió esta oferta en su visita a Washington.

La línea roja

El último informe técnico sobre el programa nuclear iraní será el tema clave de mañana, mientras que hasta ahora sólo se discutió sobre asuntos internos del organismo. Con el debate sobre el informe, la OIEA decidirá si el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tiene que actuar como autoridad competente con capacidad de imponer sanciones, acciones que este organismo pospuso hasta el término de esta reunión de la Junta.

Pese a ser legal según el Tratado de No Proliferación de armas nucleares (TNP), el enriquecimiento de uranio es el punto de fricción en el llamado ciclo de combustible nuclear porque tiene aplicaciones tanto civiles como militares.

Tanto EEUU como la UE, niegan a Irán este derecho basándose en sus sospechas de las posibles aplicaciones militares del programa nuclear iraní, y alegando que el enriquecimiento de uranio es la línea roja que Irán no puede traspasar.

Pese al optimismo del presidente de la Junta, Mohamed El Baradei, al iniciar la ronda de conversaciones, las posturas continúan lejos de un acuerdo. Mientras unos opinan que Irán quiere evitar las sanciones de la ONU con su contraoferta, el régimen de Teherán acusa a las potencias occidentales de haber politizado una cuestión técnica haciendo uso de informaciones exageradas.

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