Lejos de aplacar la crisis que desató esta semana con su decisión de recuperar y suscribir la frase del ayatolá Rujolah Jomeini sobre la necesidad de 'borrar a Israel del mapa', el mandatario abrió con ello el otro frente de conflicto que Irán mantiene con la comunidad internacional

"Irán proseguirá las actividades (nucleares) en las instalaciones de Isfahan. No se admiten dudas. Los occidentales no podrán arrebatar al pueblo iraní lo que ha conseguido con su esfuerzos", dijo Ahmadineyad ante un grupo de Basij, milicia paramilitar integrada por estudiantes radicales.

Viejas y nuevas amenazas desde Teherán

El mandatario subrayó que la Unión Europea 'miente' cuando dice que su pretensión es construir 'una confianza', ya que su objetivo final es "quitar a Irán su derecho a disfrutar del combustible nuclear".

"Los enemigos de la Revolución Islámica se han esforzado durante los últimos 27 años a propagar la idea de que un sistema religioso no puede llevar el desarrollo a Irán", prosiguió. "Si Irán pasa de esta fase, otras naciones del mundo podrán hacer lo mismo. Irán es honesto cuando dice que su programa nuclear tiene fines pacíficos", agregó. "En todo el orbe islámico, nadie tiene derecho de reconocer a este falso régimen", dijo Ahmadineyad, en una nueva alusión a Israel.