Irán quiere tener “relaciones normales” con Reino Unido
23 de julio de 2019
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Irán quiere establecer "relaciones normales basadas en el respeto mutuo” con Gran Bretaña, dijo este lunes (22.07.2019) en Managua el canciller iraní Javad Zarif (foto principal) en un mensaje dirigido a Boris Johnson en vísperas de su probable investidura como primer ministro británico.
"Es muy importante que Boris Johnson, en momentos en que se dispone a entrar a 10 Downing Street, comprenda que Irán no busca la confrontación”, dijo Zarif en rueda de prensa en Managua, donde el canciller se encontraba de visita en plena escalada de tensión con Gran Bretaña.
Zarif advirtió los peligros de comenzar una guerra en medio de la crisis por la confiscación de barcos petroleros en el estrecho de Ormuz. "Creo que todos entienden que comenzar un conflicto puede ser fácil. Terminar sería imposible (...) quien inicia una guerra, puede no ser quien la termina”, dijo Zarif a periodistas que le preguntaron sobre el conflicto.
El diplomático llegó el domingo a Nicaragua para una visita oficial procedente de Venezuela, donde participó en una reunión sobre el Movimiento de Países No Alineados.
Zarif justificó la confiscación del petrolero con bandera británica en el estrecho de Ormuz, el pasado viernes, como la aplicación de "disposiciones del derecho internacional sobre el paso seguro” en esa área. Explicó que la nave "había apagado la señalización durante más tiempo del que se le había permitido. Pasaba por los canales equivocados, poniendo en peligro la seguridad de navegación en el estrecho de Ormuz”.
"Irán tiene un total de 1.500 millas de costa en el Golfo Pérsico; somos responsables de la seguridad y la libertad de navegación” en esa área, sostuvo Zarif.
En Londres el ministro británico de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt, declaró que "vamos a buscar crear una misión de protección marítima por Europa para apoyar el paso seguro de los cargueros y la tripulación en esa región vital”. Y también enfatizó que no quería confrontar con Irán.
Zarif calificó como "desafortunadas” e "infundadas” las excusas de las autoridades de Reino Unido y de Gibraltar tras confiscar un barco que transportaba petróleo iraní. "No era un barco iraní”, afirmó, y calificó a esa acción de "piratería” y contraria al derecho internacional. (AFP)
Historia de la Revolución Islámica (02.2018)
A comienzos de 1979 fue derrocado el último shá de Persia, Mohammad Reza Pahlevi. Los invitamos a recordar ese suceso en esta galería de imágenes.
Imagen: akairan.com
Regreso a Teherán
El 1º de febrero de 1979, el Ayatolá Jomeini volvió de su exilio parisino hacia Teherán y fue recibido con júbilo por la gente. Durante años, criticó al sha de Persia y a su élite política debido, según el Ayatolá, a la represión de personas que pensaban diferente, por la fuerte “occidentalización” de Irán y por su estilo de vida lujoso y decadente.
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Esperando al líder religioso
Cerca de cuatro millones de iraníes celebraron la llegada de Jomeini en las calles de Teherán. Las manifestaciones masivas en contra del sha de Persia ya llevaban cerca de un año. Desde agosto de 1978, las huelgas generales de la oposición paralizaban la economía del país.
Imagen: Getty Images/Afp/Gabriel Duval
El sha abandona Persia
Ya el 16 de enero de 1979, el sha Reza Pahlevi había abandonado Irán. Poco antes, en la conferencia de Guadalupe, había perdido el apoyo de los gobiernos occidentales, que estaban a favor de un diálogo con Jomeini. El presidente estadounidense Jimmy Carter le ofreció al sha permanecer en EE. UU., lo que este aceptó.
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El fracaso del primer ministro
El sha había nombrado a Schapur Bachtiar, uno de los líderes del opositor Frente Nacional (FN), como primer ministro interino para tranquilizar a sus rivales, pero sin éxito. Bachtiar fue excluido de su partido porque aceptó el cargo. Los otros miembros del FN ya habían acordado trabajar solo con Jomeini.
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Discurso en el cementerio
Jomeini dijo a su llegada a Teherán que no reconocía el gobierno de Bachtiar. Desde el aeropuerto viajó al cementerio central de la capital iraní, donde pronunció un discurso ante cientos de miles de personas. Le quitó legitimidad a la monarquía y al Parlamento, y anunció que tomaría el Gobierno de Irán en sus manos.
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Disturbios en todo el país
En Teherán y otras ciudades de Irán se produjeron violentos enfrentamientos entre los revolucionarios y los adeptos al sha de Persia. Los disturbios eran graves y el Ejército declaró un toque de queda, pero casi ningún iraní hizo caso.
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Primer ministro de la transición
El 5 de febrero de 1979, Jomeini nombró a Mehdi Bazargan, del Frente Nacional, como primer ministro de la transición. Parecía que el clero iba a cooperar con la oposición, de corte liberal. Sin embargo, pronto se produjeron conflictos entre ambas partes y Bazargan renunció el 5 de noviembre de 1979 como respuesta a la toma de rehenes en la embajada de EE. UU. en Teherán, tolerada por Jomeini.
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El pueblo iraní festeja
Luego del nombramiento de Barzagan, miles de personas salieron a la calle para apoyar al gobierno de transición. El Ejército anunció que no se inmiscuiría en la lucha por el poder, con lo cual Schapur Bachtiar perdió todo el respaldo. Tuvo que huír de su casa, perseguido por adeptos de Jomeini que estaban armados. En abril de 1979 se exilió en Francia.
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Saludo militar
Una unidad de élite de la Fuerza Aérea iraní saluda al ayatolá Jomeini. La Fuerza Aérea iraní tuvo un rol central en la victoria de la revolución porque dio acceso a los ciudadanos a sus depósitos de armas. El 9 de febrero se produjo un último levantamiento de la Guardia Imperial, que atacó una base del Ejército.
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Derrocamiento de la monarquía
Las luchas armadas entre la Guardia Imperial y la población iraní aumentaron y el 11 de febrero de 1979 el caos reinaba en todo Irán. Los revolucionarios ocuparon el Parlamento, el Senado, el canal estatal de televisión y otros organismos estatales. Poco después se dio a conocer que la monarquía había sido derrocada. En Irán se festeja el 11 de febrero como el “Día de la Revolución Islámica”.