La esperanza es lo último que se pierde. Frank-Walter Steinmeier, el ministro alemán de RREE, espera que las conversaciones continuadas en Berlín en miércoles (27.09.06) en relación con el controvertido programa atómico iraní sean coronadas por el éxito.

“Pienso que hoy no podemos contar con un noticia que aclare definitivamente las cosas, pero espero que en el correr del jueves”, dijo el ministro en Berlín.

Con ello, Steinmeier alimentó las expectativas creadas en la capital alemana en relación con nueva reunión del español Javier Solanas, jefe de la diplomacia de la UE, con Ali Lariyani, el negociador iraní para tratar el tema del enriquecimiento de uranio en Irán.

¿Retorno a las negociaciones?

Según Steinmeier, el encuentro fue acordado al margen de la reciente Asamblea General de la ONU, en Nueva York. El ministro dijo que está en permanente contacto con Solana.

Las conversaciones entre Solana y Lariyani comenzaron por la tarde y, según el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, está previsto que tengan una duración muy larga, sin que para después esté planeado un comunicado.

Steinmeier expresó no obstante sus esperanzas de que las conversaciones sean exitosas y no descartó que éstas continúen mañana.

El ministro explicó que durante la Asamblea General de Naciones Unidas la semana pasada en Nueva York se acordó que no habrá encuentros bilaterales de países aislados con Lariyani para tratar la cuestión nuclear, sino que se dejará el tema en manos de Solana, como representante diplomático de la UE.

Energía y bombas

El español informará al Grupo de los Seis (EE UU, Rusia, China, Francia y Reino Unido, las cinco potencias con derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, más Alemania), para luego decidir conjuntamente si están dadas las condiciones para un retorno a la mesa de negociaciones.

En las reuniones de Solana con Lariyani se pone nuevamente sobre el tapete una atractiva oferta que presentó el G-6 para mover a Teherán a renunciar al enriquecimiento de uranio, ya que éste, además de servir para producir energía en centrales nucleares, también puede ser usado para construir bomba atómicas.

De hacerse Irán de la bomba atómica, ello crearía una situación político-militar completamente nueva en el Oriente Próximo, aumentando sobre todo la amenaza para el Estado de Israel, con Irán como potencia regional.

El Consejo de Seguridad de la ONU había puesto a Irán un plazo hasta el 31 de agosto para aceptar la oferta. De lo contrario, el Consejo amenazó con imponer sanciones. Pero Irán no reaccionó.

En dos primeras conversaciones a comienzos de septiembre, Solana y Lariyani había logrado ciertos progresos. ¿Será la tercera la vencida?