El rotativo Standard, de Austria, dice al respecto: "Habría mucho que decir acerca del modo en que se ha llegado a esta situación, pero eso es ya tiempo pasado […] Por el momento hay escenarios más o menos graves. En caso de que los partidos iraquíes no lograran hasta el jueves ponerse de acuerdo sobre el texto de la Constitución, será ya suficiente motivo de alegría el que éste no profundice los problemas. La presencia de la palabra "federal" en la Constitución, por ejemplo, no solucionará en realidad nada. Si se pretende postergar su definición, por lo menos deben crearse previamente mecanismos claros de cómo proceder luego. Pero de tal elaboración, los participantes se encuentran aún muy lejos."

El Neue Osnabrücker Zeitung, de Alemania, anota: "Dos años después de la caída del tirano Sadam, Irak sigue sin ser un baluarte de la libertad. Terror, anarquía y violencia: con cada mes que pasa el país mesopotámico se hunde más en el caos. Si los suníes, chiíes y kurdos no entran en razón y logran, en último momento, un acuerdo acerca de una Constitución común, el destino del país habrá sido sellado. La resistencia del bando suní del ex dictador y los mercenarios de la yihad internacional habrán acabado con toda reconstrucción del país. El suministro de agua, corriente y víveres ha empeorado dramáticamente. Y si a ello se suma ahora la paralización del proceso de conformación estatal, morirá la última esperanza de una solución política a este complejo conflicto. Kurdos, chiíes y suníes tienen que entender que aquí ganan o -en su defecto- pierden todos. De otra manera se verán abocados a una guerra civil."

Por su parte, el periódico Süddeutsche Zeitung, también de Alemania, puntualiza: "La Constitución propuesta muy probablemente no logrará la aprobación de los suníes en el referéndum de octubre. No tienen ningún estímulo para querer aceptarla, pues los excluye del poder. La desintegración del Estado es, entonces, la amenaza, por secesión o por guerra civil. Los beneficiados serían los kurdos, que desde hace años sueñan con un Estado propio. El otro ganador sería, empero, Irán. Una región chií en el sur de Irak -sea autónoma o totalmente independiente- buscará la cercanía del Irán chií. Más aún teniendo en cuenta que los políticos iraníes conducen también los partidos chiíes en Irak. De esta manera, el gobierno de los mulahs, tan enconadamente combatido durante 25 años por Washington, podría llegar a usufructuar de la política de George W. Bush."

Jylland-Posten, periódico de Dinamarca, opina: "Irak se ha concedido una prórroga de tres días para la aprobación de la nueva Constitución. Fue sensato. Todo esfuerzo que se haga será poco para que este trascendente documento sea un éxito desde el primer intento. De ocurrir un colapso en el proceso constitucional estarían abocados al peligro de que no haya otros intentos […] La Constitución debe ser puesta a consideración del pueblo iraquí. Si ella no refleja los deseos de una aplastante mayoría no tendrá ni un ápice de esperanza de sobrevivir a las urnas. Su fracaso representaría una catástrofe que hundiría a Irak en una crisis sin parangón. Podría incluso llevar a una disolución del Estado nacional, algo que ninguno de los grupos políticos actuales desea. Por lo menos, no oficialmente."