Enfrentamientos entre los radicales yihadistas del Ejército Islámico de Irak y Siria (EIIS) y tropas peshmerga, como se conoce a las fuerzas de seguridad kurdas, dejaron al menos 77 muertos este sábado (02.08.2014), 62 de ellos insurgentes y 25 soldados. Los combates provocaron un éxodo de civiles en la región, ya fuertemente afectada por la migración interna provocada por los avances del EIIS en otras zonas de Irak.

Los choques comenzaron cuando los islamistas intentaron capturar la localidad de Zamar lanzando un ataque desde Mosul, la segunda ciudad de Irak y la mayor que está bajo control del EIIS desde junio. Sin embargo, las fuerzas peshmerga se interpusieron y evitaron la acción de los radicales, operaciones en las que hirieron además a 26 extremistas, que fueron tomados prisioneros.

Desde que comenzaron las operaciones militares del EIIS en Irak, las fuerzas del Kurdistán han hecho el trabajo que el Ejército de Bagdad ha sido incapaz, e incluso ha conseguido poner bajo su control varias zonas del centro del país, lo que ha provocado tensión en las relaciones entre los kurdos y el gobierno central. La baja moral y escasa capacidad de combate del Ejército ha facilitado los rápidos progresos militares del EIIS.

Intensos bombardeos

Además, los extremistas se hicieron con el control de la localidad de Al Kask, donde hay un yacimiento de crudo. Según fuentes kurdas, los combatientes peshmerga se retiraron de la zona por motivos tácticos, para que la Fuerza Aérea iraquí pudiera atacar. La operación más mortífera tuvo lugar en Al Saadi, donde los bombardeos causaron la muerte de medio centenar de extremistas.

Los servicios de Inteligencia iraquíes aseguraron en un comunicado que la aviación bombardeó un tribunal religioso del Estado Islámico de Irak y Siria. Asimismo, decenas de combatientes huyeron por el intenso ataque aéreo contra Al Saadi, localidad ubicada al norte de la capital de Irak y que se encuentra controlada desde hace semanas por los insurgentes sunitas.

DZC (dpa, EFE)