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Catástrofes

Irma no cree en dioses

Amir Valle
10 de septiembre de 2017

Aunque la palabra huracán durante cinco meses cada año es parte de la vida cotidiana de los cubanos, las graves afectaciones provocadas por Irma suman mayor caos a los destrozos de ciclones anteriores.

Kuba Havana Hurricane Irma
Imagen: Reuters

Una leyenda Taína habla de la amistad de Huracán y Mabuya, dos dioses importantes en la mitología de los aborígenes cubanos. El behíque o brujo sacrificaba animales para detener la furia de Huracán y alejar de la tribu la mano de Mabuya, el dios de la muerte. Después, cuando los españoles acabaron con el último aborigen, la religión afrocubana y los catóclicos pedían protección a Ochún, sincretizada en la Virgen de la Caridad del Cobre, santa Patrona de Cuba. Y en las últimas décadas, un creciente protestantismo ora a Jesucristo para que haga de nuevo el milagro de apaciguar las aguas y la tormenta.

"Acá pedimos a todos los dioses, pues ya tenemos hasta quienes buscan la protección de Alá, pero Irma no cree en dioses", escribió en internet el periodista y escritor cubano Angel Santiesteban.

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Lo innegable es que, apenas se habló de la categoría de este huracán, saltaron las alarmas en la isla. Desde el terrible Michelle en el 2001, estas tormentas que los cubanos llaman simplemente "ciclones", han asolado año tras año la isla, siendo los más recordados por la desolación que dejaron a su paso los huracanes Dennis, Gustav, Ike y Andrew, responsables de la destrucción de casi dos millones de viviendas y de pérdidas económicas superiores a los 8 mil millones de dólares. Por suerte, el programa gubernamental de protección y movilización de la población ha evitado las pérdidas considerables de vidas humanas que estos fenómenos atmosféricos suelen provocar anualmente en otros países de la región.

Irma apenas tocó una pequeña franja de la costa norte central en Cuba, pero su lenta marcha paralela a la isla desde la punta oriental de Maisí, provocó afectaciones en casi todo el territorio insular y por ello, aunque aún no pueden valorarse el daño real, las autoridades cubanas lo consideran ya uno de los huracanes más dañinos en los últimos 30 años

La preocupación de los cubanos luego del paso de Irma es doble. Primero, ¿qué respuesta real recibirán del gobierno, si aún permanecen por resolver los problemas de la mayoría de los afectados por el huracán Andrew en 2016? Segundo, buena parte de la población cubana tiene familia al otro lado del estrecho de la Florida, justo donde Irma puede seguir haciendo estragos, y por eso no es de extrañar que las redes sociales estén saturadas de mensajes de preocupación y que las líneas telefónicas entre Cuba y Estados Unidos estén aún colapsadas.

El paso de Irma por el Caribe cubano.Imagen: Reuters/A. Meneghini

El caos es horrendo. Las imágenes llegadas desde la isla, especialmente desde las provincias centrales más afectadas (Villa Clara, Sancti Spiritus y Camaguey) ofrecen un panorama dantesco que habrá que cuantificar en los días venideros: centenares de inmuebles destrozados y miles de casas sin techo (solo el huracán Ike y Gustav ya habían destrozado medio millón de viviendas), poblaciones enteras inundadas, plantaciones agrícolas absolutamente perdidas y, la red eléctrica nacional gravemente afectada.

"Aunque se agradece la preocupación por proteger la vida humana, es hora ya de que se establezca una prioridad para el desamparo en que tienen que vivir aún las familias afectadas por huracanes anteriores, a quienes el gobierno ha dado apenas soluciones paliativas. Ahora, por lo que vemos, se sumarán otros cientos de familias sin techo, de campesinos que ven destruidas sus cosechas, gente desesperada que ha perdido todas sus pertenencias. ¿Habrá solución real para ellos? Espero que no sea la misma respuesta que dieron para los centenares de miles de afectados en Baracoa, en 2016, e incluso para los casi 10 mil que quedaron sin techo con el huracán Dennis, del 2005", escribe desde el oriente del país el reconocido novelista y poeta Rafael Vilches Proenza.

El paso de este fortísimo ciclón, que coloca al gobierno de la isla en una situación económicamente compleja, afecta también ya el cronograma político de las elecciones cubanas previstas para octubre, en preparación de las elecciones generales de 2018. La Comisión Electoral Nacional acaba de suspender temporalmente la realización en el país de las Asambleas de Nominación de Candidatos a delegados municipales del Poder Popular, "ante la situación que ha creado el azote del huracán Irma en la mayoría de las provincias del país", anuncia la Agencia de Información Nacional desde La Habana en un comunicado que, como para ofrecer esperanza, recuerda a la población que el gobierno revolucionario, pese a la crisis que atraviesa la economía, no los dejará desamparados.

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