La alemana Isabell Werth dominó este viernes la prueba individual de doma clásica en los Juegos Ecuestres Mundiales, que se celebran en Tryon (Carolina del Norte, Estados Unidos), convirtiéndose en la campeona del mundo de esta disciplina con un resultado final de 86,246%.
La amazona, que es la deportista más laureada en hípica, superó ampliamente en la final del Gran Premio Especial a la estadounidense Laura Graves (81,717%) y a la británica Charlotte Dujardin (81,489%), por lo que suma su segundo oro del torneo tras la victoria de Alemania por equipos.
Werth consiguió la medalla junto a su yegua de 14 años Bella Rose, un equino del que se declara "enamorada" y que volvía a la competición tras sufrir una lesión en 2014. "La mayoría de la gente sabe que mi corazón está unido a este equino. Es un regalo, la conocí cuando tenía tres años, es un gran placer trabajar con ella por su ligereza y su elegancia, está llena de energía", declaró a la prensa en zona mixta. (EFE)
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La Escuela Española de Equitación de Viena cumple 450 años
La Escuela Española de Equitación de Viena es, junto con la Catedral de San Esteban y el Prater, con el parque de atracciones más antiguo del mundo, uno de los lugares emblemáticos de Viena.
Imagen: Michael Rzepa
El arte de la equitación
La Escuela Española de Equitación de Viena fue mencionada por primera vez en 1565. El archiduque Carlos II fundó en Lipica -pronúnciese Lipitza-, Eslovenia, en 1580 caballerizas con la cría de caballos españoles, que más tarde fueron cruzados con caballos árabes y napolitanos. Así nacieron los caballos de Lipica o Lipizzanos, una de las razas más antiguas del mundo.
Imagen: ASAblanca/Rene van Bakel
Caballos lipizzanos
Los caballos de Lipica son conocidos por su brillante color blanco. cuando nacen son grises, y adquieren el color blanco en el sexto año de vida. Pero también hay lipizzanos de color marrón y rojizo. Son de carácter bondadoso y alegre, fuertes y elegantes, de reacciones rápidas y muy bravíos.
Imagen: Archiv Boiselle
Para divertir al emperador
En el campo de competición en el Burggarten, en Viena, se edificaron los edificios de la Escuela Española de Equitación en el siglo VXIII con el fin de entretener a la corte del emperador y de la nobleza con espectáculos de hipismo.
Imagen: picture alliance/IMAGNO/Sammlung Hubmann
El picadero más lujoso del mundo
El edificio barroco de la Escuela Española de Equitación es el más lujoso del mundo. Lo construyó el maestro constructor Johann Bernhard Fischer von Erlach por orden del emperador Carlos VI y el hijo de von Erlach lo concluyó. Se realizó tomando como modelo la capilla del Palacio de Versalles.
Imagen: Michael Rzepa
El palco de la corte
El corazón del picadero es el palco de la corte, desde donde se pueden ver los espectáculos de equitación. En el fondo se ve un enorme retrato de Carlos VI. Aunque hoy ya nadie usa el palco, los jinetes se quitan el sombrero al pasar por delante del retrato del emperador.
Imagen: Stefan Seelig
Tareas matutinas
Los caballos se adiestran de acuerdo a una tradición que se transmite oralmente. Los llamados "preparadores" trabajan dos horas por la mañana con los lipizzanos y los capacitan para participar en la "Alta escuela", una tarea que puede ser vista por los visitantes.
Imagen: Julie Brass
La "Alta escuela"
El adiestramiento de estos nobles caballos no ha cambiado desde el Renacimiento. Cuando terminan su preparación, los lipizzanos dominan el arte de realizar bellas figuras hípicas. Aquí, un lipizzano muestra uno de sus saltos clásicos, la capriola, que es, en realidad, una técnica de lucha muy efectiva en las antiguas batallas.
Imagen: ASAblanca/Rene van Bakel
El ballet de los caballos blancos
La culminación del espectáculo es la cuadrilla, donde los caballos “bailan” al son de un vals durante 20 minutos. La cuadrilla de la “Alta escuela de hipismo clásico” es la más grande del mundo, y exige una alta concentración por parte de los animales. En 2010, esa escuela fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Imagen: Stefan Seelig
Tres estaciones hasta la perfección
Desde 1920, las caballerizas de Piber, en la localidad austríaca de Steiermark, es el hogar de los caballos lipizzanos. Allí se los cría, y más tarde se los traslada al centro de adiestramiento hasta que el talento de estos animales es llevado hasta la perfección en la Escuela Española de Equitación de Viena. En su 450 aniversario, la escuela presentará varias galas de memorable belleza.