"Los presuntos terroristas no encontrarán en el Islam la justificación para tales acciones", dice la declaración que 16 asociaciones musulmana publicaron mancomunadamente, con respecto a la detención de los presuntos responsables de las bombas que afortunadamente no explotaron en dos trenes alemanes el 31 de agosto.

La declaración conjunta fue emitida un día después de que un segundo supuesto terrorista se entregara en Líbano y se diera la noticia que se sigue la pista de otros siete sospechosos.

Una ecuación peligrosa

Mayores controles, y por todas partes, así como revisión especialmente cuidadosa de los extranjeros que entran y de las comunidades musulmanes en el país es el tono subyacente a la mayoría de las propuestas políticas que se escuchan en estos días. En estos candentes momentos, nada resulta más fácil que nutrir y profundizar el cliché nacido con los atentados terroristas del 11-S.

Contra ello se pronuncian claramente las asociaciones musulmanes: los musulmanes de Alemania se ven doblemente perjudicados por tales actos bárbaros, dice el comunicado. Pues, por un lado, hay que vivir con el peligro del terrorismo y, por otro, arrostrar la ecuación que equipara musulmán a peligro islamista o, por lo menos, a cómplice y partidario del terrorismo internacional. De un recorte de los derechos civiles advierten, además, los líderes musulmanes.

El especialista en asuntos internos de la Unión Cristiano Demócrata (CDU), Martin Bosbach, negó que se haya puesto oficialmente a todos los musulmanes bajo sospecha e hizo hincapié en que "a nadie se le ocurriría algo así". Sin embargo, a renglón seguido, subrayó que de los 32.000 islamistas registrados en Alemania, 3.000 islamistas favorecen la violencia. "Esto representa un alto potencial de peligro para nuestro país", declaró.

Diálogo sí, ¿pero cómo?

Hay que reconocer que la exhortación a una intensificación del diálogo se encuentra tanto en el discurso de las asociaciones musulmanas como en el de muchos políticos. Sin embargo, tanto los de tendencias más conservadores como los vigilantes de los derechos civiles y sociales de la población extranjera subrayan la importancia de que las mismas comunidades musulmanas velen por conservar e inculcar la paz entre sus feligreses.

Según publica Bild, el diario de mayor tirada de Alemania, la encargada de Integración, la conservadora Maria Böhmer, propuso que las organizaciones musulmanas instauraran "medidas de control para evitar todo tipo de islamismo al interior de sus filas y con ello lo asfixien en la semilla". Por su parte, Kenan Kolat, presidente de la Asociación Turca de Alemania, recalcó que la sociedad turca "desprecia los ataques terroristas" y que espera que no haya subrayar esto cada vez que un musulmán cometa un crimen.