El coronavirus ha llegado a la Franja de Gaza, una de las zonas más densamente pobladas del mundo. Una docena de casos de COVID-19 han sido oficialmente confirmados. La franja costera del Mar Mediterráneo alberga alrededor de dos millones de personas distribuidas en 365 kilómetros cuadrados, es decir, unas 6.000 personas por kilómetro cuadrado.

Más de 1.860 personas fueron distribuidas entre 26 centros de cuarentena después de su regreso del extranjero. Uno de estos centros está situado en el paso fronterizo de Rafah. Algunas personas también fueron alojadas en hoteles provisionales durante 14 días. Los cruces fronterizos a Egipto e Israel han sido cerrados en gran parte desde mediados de marzo.

Algunos centros de cuarentena también tienen equipo médico, pero la asistencia sanitaria en la Franja de Gaza está paralizada. Solo hay 63 ventiladores y 78 camas de cuidados intensivos para dos millones de personas. Israel ha enviado hasta ahora 200 pruebas para detectar el nuevo coronavirus a Gaza. Las llamadas para que Israel afloje el bloqueo son cada vez más fuertes.

El Ministerio de Salud ha declarado el estado de emergencia. Para motivar a los habitantes a usar mascarillas, la artista palestina Samah Saed las ha pintado de colores. Si las medidas de la milicia islamista Hamás que gobiernan en la Franja de Gaza no contienen el virus, las consecuencias podrían ser desastrosas.

Un toque de queda completo sería fatal para los palestinos. El 75 por ciento de la población son refugiados y dependen del apoyo de la OOPS (Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Palestinos). Por lo tanto, la ayuda alimentaria se sigue distribuyendo durante el día. A partir de las 5 de la tarde hasta la madrugada hay un toque de queda.

La vida pública ya ha sido restringida en gran medida. Sin embargo, la cuestión es cómo lograr la distancia física y la higiene adecuada, especialmente en las calles estrechas y las casas de los campos de refugiados. Gaza tiene una población joven. Para instruir a los niños, activistas disfrazados de virus van a los campos de refugiados.

El Estado de Catar ha prometido seguir prestando apoyo financiero al pueblo de Gaza. La milicia radical Hamás y el pequeño emirato mantienen relaciones estrechas. Diez millones de dólares fueron transferidos la semana pasada. Supuestamente, cada familia necesitada recibirá unos 100 dólares.

Según las estimaciones de la oficina de la OMS en la Franja de Gaza, los primeros 100 casos del virus todavía podrían recibir tratamiento médico. Pero después la zona dependería del apoyo externo. Por eso los activistas y artistas intentan concienciar a la población sobre la importancia de quedarse en casa.

Una panadería en Khan Younis también contribuye a la campaña: prepara pasteles con mascarillas para llamar la atención sobre el coronavirus.