El proceso de paz corre peligro de naufragar por completo en el Medio Oriente, tras la constitución del nuevo parlamento palestino, donde el movimiento radical Hamás cuenta con la mayoría absoluta. La primera reacción concreta del gabinete de gobierno israelí fue suspender la transferencia de dinero por concepto de impuestos y aranceles aduaneros. Se trata de un monto cercano a los 40 millones de euros mensuales, que Israel recauda a nombre de la administración palestina. Sin tales fondos, el colapso amenaza seriamente a las arcas de la Autoridad Nacional Palstina (ANP).

"Entidad terrorista"

"En vista de la mayoría de Hamás en el parlamento, la autoridad nacional palestina se ha convertido de hecho en una entidad terrorista", señaló el primer ministro israelí en funciones, Ehud Olmert, en la reunión de gabinete. Y dejó en claro que "Israel no puede aceptarlo". En consecuencia, en cuanto se constituya el nuevo gobierno, cesarán de inmediato los giros de dinero.

El gobierno israelí se propone también exhortar a la comunidad internacional a cancelar el suministro de ayuda financiera a un gobierno con participación de Hamás. La única salvedad serían los fondos destinados explícitamente a fines humanitarios ya que, según dijo Olmert, Israel no tiene interés alguno en perjudicar en ese plano al pueblo palestino.

La ayuda europea

Para Europa se va acercando pues la hora de tomar decisiones que resultan extremadamente difíciles. La Unión Europea respaldó el año a los palestinos con una suma cercana a los 500 millones de euros. Algo más de la mitad de esa cantidad provino de las arcas comunitarias y el resto fue aportado directamente por los 25 países miembros. La mayor parte del dinero se destinó a proyectos concretos, como instalaciones para asegurar el abastecimiento de agua potable y electricidad en la franja de Gaza, tras la retirada israelí de ese territorio y a erigir instituciones para la autoadministración palestina. También se destinaron fondos la educación y la salud y se respaldó con 64 millones de euros el trabajo de una organización de la ONU que atiende a los refugiados palestinos. Una suma similar fue entregada para programas humanitarios y la distribución de alimentos.

Debido a las denuncias de corrupción, la Unión Europea ya no entrega ayuda económica directa al gobierno palestino. En lugar de ello, depositó el año pasado 70 millones de euros en un fondo fiduciario del Banco Mundial, al que también envían aportes varios otros países. La entrega de dichos depósitos a está supeditada a una serie de criterios, que el gobierno palestino no ha cumplido por completo. Por ese motivo, sólo llegaron a sus manos efectivamente 35 millones de euros de la UE.