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Los países árabes, cruciales para la posguerra en Gaza

Jennifer Holleis
22 de mayo de 2024

¿Pueden las visiones tan divergentes de Israel y Hamás sobre la futura gobernanza de Gaza equilibrarse con una coalición árabe bajo la supervisión de la ONU?

Un hombre desplazado por la guerra acarrea una bolsa sobre sus espaldas en Gaza.
La futura administración de Gaza está cada vez más en el punto de mira después de más de siete meses de guerra de Israel contra Hamás.Imagen: AFP

A más de siete meses desde el inicio de la guerra de Israel contra Hamás en la Franja de Gaza, la necesidad de un plan viable para un futuro gobierno del enclave ha pasado ahora a ser el centro de atención.

Desde que comenzó la guerra, -provocada por el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, en el que 1.163 personas murieron y alrededor de 250 fueron secuestradas por militantes de Hamás- Israel ha descartado categóricamente cualquier papel de gobierno de Hamás una vez que termine el conflicto.

El miércoles (22.05.2024), el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, reiteró en un discurso televisado que Hamás estaba en Gaza "para quedarse”. Hamás, una milicia islamista radical, es calificada de organización terrorista por Israel, Estados Unidos, la Unión Europea y otros países.

¿Qué piensan los países árabes vecinos?

La situación se ha vuelto ahora aún más complicada, ya que los vecinos árabes de la región insisten en condicionar su participación, ya sea en un futuro gobierno o en la financiación de la reconstrucción de la Franja de Gaza, devastada por la guerra, a la presencia de una hoja de ruta factible hacia una solución de dos Estados.

Sin embargo, la solución de dos Estados, que contemplaría un Estado palestino con Jerusalén Este como su capital, ha sido descartada por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien ha prometido que el ataque de Hamás del 7 de octubre no será recompensado con la concesión de la creación de un Estado palestino independiente.

"No hay puntos en común", dice a DW Yohanan Tzoreff, investigador principal del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Tel Aviv y experto en las relaciones entre israelíes y palestinos.

"Todos los intentos de encontrar compromisos han fracasado hasta ahora", destaca Tzoreff, añadiendo que "el actual Gobierno israelí no aceptará la idea de una solución de dos Estados, y sólo unas elecciones pueden cambiar esto".

La coalición de emergencia de Israel bajo amenaza

Ahora, una brecha surgió entre los líderes políticos de Israel sobre el futuro de Gaza e incluso está planteando dudas sobre la estabilidad política de aquel país.

A principios de esta semana, el exjefe del Estado Mayor, Benny Gantz, (quien, junto con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, forma parte del gabinete de guerra de tres personas de Israel) fijó el 8 de junio como fecha límite para que el gabinete adoptara su plan de acción de posguerra para Gaza.

El plan de seis puntos incluye, entre otras cosas, el regreso de los rehenes que aún están en manos de Hamás, el fin del Gobierno de Hamás en Gaza, la desmilitarización de la Franja de Gaza y la implementación del control de seguridad israelí sobre Gaza.

Gantz también pide la creación de un mecanismo de gobernanza civil internacional para Gaza. Esto incluiría a facciones estadounidenses, europeas, árabes y palestinas junto con las fuerzas de seguridad israelíes, excluyendo específicamente a Hamás y a la Autoridad Palestina.

Si ese plan es rechazado, Gantz ha dicho que renunciará a su puesto en el Gabinete de Guerra.

En el caso de que Gantz dimitiera, Netanyahu pasaría a depender de otros aliados políticos para permanecer en el poder. Sin embargo, esos socios de extrema derecha favorecen visiones aún más extremas para el futuro de Gaza, como el reasentamiento de israelíes en la franja, que Israel dejó a los palestinos en 2005.

Hasta la fecha, Netanyahu ha rechazado cualquier discusión adicional sobre "el día después" en Gaza por considerarla "sin sentido hasta que Hamás sea derrotado y los rehenes regresen".

"El mayor obstáculo para encontrar una solución para la futura administración de Gaza proviene, por un lado, de Israel", dice a DW Neil Quilliam, miembro asociado del Programa para Oriente Medio y el Norte de África del grupo de expertos Chatham House, con sede en Londres.

"Israel no permitirá que Gaza sea administrada sin mantener una presencia en el territorio y una postura de seguridad muy progresista, es decir, retener activos militares dentro de Gaza", destaca Quilliam.

"Y eso es, obviamente, algo que sería un anatema para cualquier grupo palestino que gobierne y, por otra parte, para cualquier palestino que viva en Gaza", añadió Quilliam.

Esta semana, Netanyahu también dijo que "no estaba preparado para cambiar de Hamastán a Fatahstán", en referencia a Hamás, en Gaza, y a Fatah, el principal partido político de la Autoridad Palestina bajo el gobierno del presidente palestino, Mahmud Abbas, en Cisjordania.

Jake Sullivan (izda.), consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, y el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman.Imagen: Nathan Posner/AA/Leon Neal/AP/picture alliance

Las esperanzas puestas en el Quinteto Árabe

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha reiterado enérgicamente la convicción estadounidense de que Israel necesita presentar un plan claro y concreto, "para que el futuro de Gaza evite un vacío de poder que pueda llenarse con el caos".

A su vez, el consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, ha intensificado las conversaciones con el llamado Quinteto Árabe (formado por Egipto, Jordania, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Qatar) sobre la posible participación del grupo en una misión árabe multinacional de mantenimiento de la paz que opere bajo una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU.

Aunque la propuesta se originó con el Quinteto, como señala Hugh Lovatt, experto en política de Oriente Medio del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), sus miembros han tenido cuidado de enfatizar que su participación estaría supeditada al establecimiento de un cese efectivo del fuego y un progreso real hacia una solución de dos Estados.

El sábado (18.05.2024), el ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos, Abdullah bin Zayed Al Nahayan, dijo que su país no participaría en una nueva administración civil en Gaza.

Sin embargo, Baréin, que normalizó los lazos con Israel en 2020 como parte de los Acuerdos de Abraham, con la mediación de Estados Unidos, ha manifestado su voluntad de unirse a esa fuerza multinacional.

Mientras tanto, el influyente vecino de Baréin, Arabia Saudita, -que había estado en el proceso de normalización de sus relaciones con Israel hasta el ataque de Hamás del 7 de octubre- aceptó una versión semifinal de un borrador sobre acuerdos de seguridad de amplio alcance entre el reino y los Estados Unidos. El borrador también incluye una "mejora" de las relaciones entre Israel y Arabia Saudita.

Además, una declaración publicada el domingo (19.5.2024), después de la reunión entre Sullivan y el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, destacó una vez más la necesidad de un "camino creíble en la cuestión palestina".

"Es difícil imaginar que Arabia Saudita normalice sus relaciones con Israel en este momento, a menos que haya alguna forma de resolución" para la cuestión palestina, sentencia Neil Quilliam.

Lovatt, experto del ECFR en Medio Oriente, se hace eco de esta opinión: "El Gobierno israelí se ha negado a ofrecer siquiera el mínimo que requeriría Arabia Saudita para llegar a un acuerdo", señala.

A su vez, Lovatt considera que la propuesta del Quinteto Árabe de una fuerza multinacional bajo la supervisión de la ONU es, por mucho, la visión más realista para estabilizar Gaza después de un alto el fuego, "siempre que vaya acompañada de una nueva vía diplomática en apoyo de la autodeterminación palestina".

"En cierto modo, esto también conduce a la plena integración regional de Israel", especifica Lovatt a DW, añadiendo que, "incluso aunque queden obstáculos considerables en el camino, supone un punto de partida importante para futuras discusiones".

(cp/ms)  

 

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