Israel-Palestina: ¿callejón sin salida?
3 de julio de 2006El Gobierno de Ehud Olmert lanzó este lunes una nueva operación militar en el norte de Gaza, después de que el domingo ordenara “hacer lo que sea” para liberar al militar secuestrado. Israel envió soldados y tanques a la zona sur de Gaza el miércoles pasado. Fue la respuesta al secuestro del cabo Gilad Shalit por milicianos palestinos, algunos del brazo armado del partido del gobierno Hamás.
Ahora, los secuestradores amenazan con “cerrar el caso” si antes de las cinco de la mañana del martes Israel no acepta liberar a todas las mujeres y los menores de edad encarcelados en sus prisiones.
La "agenda ampliada" de la incursión
Entretanto, muchos analistas creen que Israel ha ampliado los objetivos de su intervención. El ataque a la oficina del primer ministro palestino Ismail Haniyeh, criticado por el presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abbas como "criminal", se suma al secuestro, la semana pasada, de tres miembros del gabinete y 24 diputados de Hamás por fuerzas israelíes.
"Si los secuestrados tienen poder de mando directo sobre cuerpos de seguridad armados, entonces las detenciones son legales", explica en DW-WORLD el profesor de derecho internacional Christian Hillgruber. Al mismo tiempo, advierte que "se les debería dar la oportunidad de protestar contra su detención ante un juzgado".
La duda acerca de la inmunidad de los detenidos depende de cómo se considere la situación legal de Gaza. "Al no ser un Estado reconocido, sólo gozan de inmunidad diplomática los máximos representantes de la Autoridad Palestina", es decir, "quienes representan al pueblo palestino a nivel internacional", agrega este experto de la Universidad de Bonn.
"Gaza se encuentra ocupada, en tanto que Israel ejerce el control directo en la zona mediante sus soldados", señala Hillgruber en DW-WORLD. Por lo tanto, el mensaje de Israel para el millón y medio de palestinos aislados en la franja de Gaza parece claro: un gobierno de Hamás sólo trae problemas. No son pocas las organizaciones asistenciales que ya han advertido de la catástrofe humanitaria que podría perfilarse en la zona.
¿Callejón sin salida?
El Gobierno de Ehud Olmert tendría problemas si cede. Los palestinos lo interpretarían como victoria, los israelíes como debilidad de su mandatario. Al mismo tiempo los expertos señalan que el soldado Gilad Shalit no puede ser liberado aplicando sólo medios militares. Por ello, a medida que se extiende la operación bélica, no parece que Israel tenga un concepto claro para abordar la situación.
Sin embargo, si la presencia militar perdura, Olmert arriesga que la incursión se convierta en una nueva ocupación, a menos de un año de haber abandonado la zona. Si el secuestro de los políticos de Hamás no se produjo para canjearlos por el soldado israelí, como afirmaron autoridades del país judío, entonces sólo resta por concluir que se pretende expulsar a Hamás del gobierno por la fuerza, en la esperanza de que se imponga una línea palestina más conciliadora.
Ante esta situación en punto muerto sólo sobra la imagen sugerida por un comentarista: es como intentar caminar en un campo minado.