Cuando aspiraba a la presidencia de EE. UU., Donald Trump hizo grandes promesas de cara a Israel y Palestina. Ahora, en su primera visita oficial al Cercano Oriente, debe confirmar que puede y quiere cumplir su palabra.
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En lo que respecta a la política internacional, el Cercano y Medio Oriente ofrece los desafíos diplomáticos más grandes. Por eso no sorprende que Donald Trump cediera a la tentación de internarse en ese campo minado cuando aspiraba a la presidencia de Estados Unidos. Autor de un volumen titulado El arte de negociar, publicado en 1987, el empresario neoyorquino hizo grandes promesas de cara a Israel y Palestina durante la campaña electoral de 2016. En su primera visita oficial al Cercano Oriente, iniciada el 19 de mayo de 2017, Trump deberá lidiar con ellas y confirmar que puede y quiere cumplir su palabra.
Eso sí, cuando se encuentre con el "hombre fuerte” de Tel Aviv, Benjamin Netanyahu, antes de entrar en otras materias, el mandatario estadounidense deberá dejar claro si divulgó o no información confidencial proveída por Israel cuando se reunió en la Casa Blanca con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el embajador ruso en Washington, Serguéi Kisljak. Gilead Sher, otrora jefe de Gabinete del ex primer ministro israelí Ehud Barak, da por sentado que el tema será abordado a puerta cerrada aunque no aparezca en la agenda de Trump, subrayando que ambas partes se esmerarán en resolver el impasse generado por la rumorada indiscreción.
La embajada de Estados Unidos en Israel
Superado ese punto, el primer ministro Netanyahu y el presidente Trump podrán discutir más detalladamente un anuncio que hizo el magnate como candidato a la jefatura del Gobierno estadounidense. Trump repitió una y otra vez que, de ganar las elecciones, trasladaría la embajada de EE.UU. en Tel Aviv a la ciudad de Jerusalén, considerada por Israel como su capital. Esa declaración de intención fue duramente criticada, no solamente por Palestina, que también aspira a que Jerusalén sea su capital en el futuro, sino también por Jordania y otros países árabes. Este asunto se tornó particularmente espinoso a mediados de la década de los noventa.
Trump con Abás en Washington.Imagen: Reuters/C. Barria
Desde 1995, cuando el Poder Legislativo estadounidense aprobó una moción para que el Ejecutivo mudara la embajada estadounidense a Jerusalén y la reconociera como capital de Israel, cada nuevo ocupante de la Casa Blanca se cuidó de postergar esa medida cada seis meses, alegando razones de seguridad nacional. Y todo apunta a que, a pesar de la palabra empeñada, Trump seguirá los pasos de sus predecesores. Michelle Dunne, directora del programa para el Medio Oriente del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, no cree que Trump cumpla su promesa. "Él tendrá que reconocer a Jerusalén como capital de Israel de otras maneras”, señaló Dunne.
El proceso de paz palestino-israelí
Aunque Trump dé marcha atrás en lo concerniente a la reubicación de la embajada estadounidense, es poco probable que engavete también su promesa más audaz: sellar un acuerdo de paz entre Israel y Palestina. Al contrario, a principios de mayo, durante un encuentro con el líder palestino Mahmud Abás, Trump enfatizó: "Llegaremos a un pacto”. "Desde una perspectiva israelí, yo hablaría de un éxito para todas las partes involucradas si el Gobierno de Estados Unidos se involucrara activamente en el proceso al final de esta visita”, dice Gilead Sher, quien fue el jefe negociador en la cumbre de Camp David y en las conversaciones de Taba con los palestinos.
Sher subraya que el esfuerzo de Estados Unidos por propiciar la paz entre israelíes y palestinos sólo será descrito como un empeño serio si trasciende esta gira por el Cercano Oriente. Pero, ¿está Trump realmente consciente del reto que implica sentar a ambas partes en una mesa y persuadirlas de sellar la paz? "Yo creo que el presidente Trump está bien posicionado para allanar el camino hacia esa meta cuando la solución de dos Estados para dos pueblos esté articulada de una manera vinculante”, afirma Sher. Dunne, del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, es más escéptica: "No hay indicio alguno en este momento de una estrategia bien formada o de una aproximación coherente para el proceso de paz en el Medio Oriente. Apenas se están haciendo exploraciones”.
Autor: Michael Knigge (ERC/MS)
Donald Trump, el presidente impredecible
Son los primeros tres meses de una larga presidencia. No hay nada semejante a Trump. El presidente 45 de Estados Unidos hace que el mundo aguante la respiración.
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Discurso inaugural
El primer discurso presidencial tras la toma de posesión el 20 de enero en las escaleras del Capitolio fue una extensión de la campaña. Casi de manera agresiva anunció los lineamientos de su nueva política: “Primero Estados Unidos”. El país estaría experimentando una masacre, dijo, y eso debe acabar. Frente al asombro de todo el mundo, la pregunta era: ¿qué planea este hombre?
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Ilusión óptica
¿Se ven más personas a la izquierda que a la derecha? ¡Se equivoca! Lo que pasa es que usted aún no puede aceptar las “verdades alternativas”. Exactos ocho años separan a las fotografías. Las manchas blancas de la derecha muestran la ausencia de visitantes el día de la posesión de Donald Trump el 20 de enero. El interés por la asunción de Barack Obama el 2009 fue indiscutiblemente mayor.
Imagen: dpa/picture-alliance
La mujer a su lado
No se sabe mucho de ella. Melania Trump, la tercera esposa del presidente, es de Eslovenia. Exmodelo y madre de Barron William (2006), el hijo presidencial más joven desde John F. Kennedy Jr. Por eso se la compara a veces con Jackie Kennedy, por lo menos en lo que respecta a la moda.
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Muchos detractores animados
Protestas en masa contra el nuevo jefe de la Casa Blanca. Y esto ya desde el segundo día. Sólo en Washington había alrededor de 500.000 manifestantes en las calles en la “Marcha de las Mujeres”. En protestas paralelas, desde Nueva York hasta Los Angeles, se movilizaron más de cuatro millones de personas. Ya desde el principio, Trump polarizaba y agravaba las divisiones en el país.
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Un decreto tras otro
Trump gobierna por decreto. ¿Cómo? Los decretos los firma en serie utilizando el instrumento de poder de sus facultades ejecutivas, que utiliza frente al Congreso, siempre de manera legal. Sin embargo, con su prohibición de entrada para los musulmanes de varios países se excedió. Los tribunales federales detuvieron su aplicación. Mucho se preguntan: ¿sabe él lo que está haciendo?
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Los murmuradores
Su punto de apoyo, su inspiración. Stephen Bannon se convirtió en jefe de estrategias en la Casa Blanca. El controvertido periodista y exdirector en jefe del derechista “Breibart News” se autoproclamó como un economista nacionalista y le recomendó a Trump desmantelar por completo el aparato estatal. Al día 76 de su mandato lo separó del círculo del Consejo Nacional de Seguridad.
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La manipuladora
Ella es la madre de los “hechos alternativos”. Kellyanne Conway, abogada e investigadora de mercado, es la consejera oficial del presidente. Ya es conocida en el ámbito político como un “camaleón” muy notorio. Ya sea inventando una masacre, para legitimar la prohibición del ingreso de musulmanes, o a través de su apariencia “adolescente” en la Oficina Oval.
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Una entre millones
Guadalupe García de Rayos es el rostro del decreto presidencial del 25 de enero. La madre mexicana de dos niños nacidos en los Estados Unidos es una de las más de once millones de “indocumentados” que viven en el país. La mujer, de 36 años, fue detenida y deportada a México sin su familia. Exactamente lo que anunció Trump en la campaña electoral.
Su política recuerda a un permanente “Estado de Emergencia”. Comentadores y caricaturistas han ejercitado su creatividad con un presidente que abiertamente gobierna sin tabúes. En los carnavales de Alemania los diseñadores de carros fueron poco delicados a la hora de representar a Trump, haciendo referencia a la elocuente y famosa “Libertad” norteamericana.
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Frontera cerrada
Lo que aún está por decidirse será noticia en los próximos años. La frontera sur de Estados Unidos deberá convertirse en un obstáculo insuperable para los mexicanos. Eso también prometió Trump en la campaña electoral. Las familias separadas ya se reúnen en la valla, pero apenas les queda espacio para tocarse los dedos.
Imagen: Reuters/J. Duenes
Así lucen los perdedores
Siete años han luchado los republicanos contra “Obamacare”, la reforma de salud del gobierno saliente. Cuando tuvieron la oportunidad de realizar el cambio de sistema, el ala ultraconservadora empujó su reemplazo total. Paul Ryan, vocero de los republicanos en el Congreso, tuvo que reconocer la derrota. La imagen de Trump como “negociador” se vio debilitada.