Tras una ceremonia de clausura previa al partido en la que no faltó la música ni el baile, el gran duelo de Berlín comenzó con dos selecciones que no iban a ceder ni un centímetro ante el rival. Tanto Francia como Italia salieron con mucha fuerza creando desde el primer momento ocasiones de peligro que ponían en aprietos a la defensa del contrario.

La suerte se decantó muy pronto del lado francés cuando en el minuto 6, Malouda cayó en el área derribado por Materazzi. Elizondo señaló un penalti que el maestro Zidane se encargó de transformar y el primer tanto subió al marcador.

Continuó la primera parte con gran tensión entre ambas selecciones hasta que los italianos consiguieron batir a Barthez. Materazzi remató un saque de esquina que dejó en el sitio al meta francés igualando el resultado y dando más esperanza a la selección de Lippi.

Ambos siguieron a un ritmo trepidante con ocasiones que se sucedían en ambas porterías. Por el lado de Francia, tanto Zidane como Henry mostraron su maestría pero no consiguieron convertir en la puerta de Buffon impedidos por la defensa azurra.

Tampoco Italia , y sobre todo Toni, quería perder y varias veces puso contra las cuerdas a los galos. Al final de la primera mitad, los dos contrincantes se tranquilizaron en el campo para salir por la victoria final tras el descanso.

A partir del minuto 45, los ataques y contraataques de ambas selecciones se alternaron en los dos campos. Toni seguía presionando en el área francesa mientras Zidane jugaba con Henry a sus anchas.

El delantero francés fue en todo momento la pesadilla italiana con jugadas espectaculares en la punta. Cannavaro por su parte lo mantenía a raya evitando que lograse marcar el tanto de la victoria. Entonces fue cuando Lippi optó por la ofensiva sacando a Iaquinta y a De Rossi para reforzar el ataque.

Pero tras muchas ocasiones y ante la realidad de que el gol no llegaba, tanto franceses como italianos se relajaron al final de las segunda parte. El entrenador italiano ya había echado mano de su último cartucho sacando a Del Piero pero la prórroga era inevitable.

La primera parte de la prorroga fueron sin duda los galos los que dominaron con grandes oportunidades. De nuevo el duo Zidane y Henry estaba en plena forma pero ni por esas conseguían el tanto.

Henry se fue al banquillo al comienzo de la segunda parte de la prórroga dejando sitio en el campo para el delantero Wiltord. Entonces fue cuando ocurrió lo inesperado. Zidane propinó un tremendo cabezazo a Materazzi en el pecho. El italiano cayó al suelo y tras unos minutos de indecisión, Elizondo expulsó al francés del campo. Fue una gran mancha en toda una carrera profesional ejemplar.

Francia entonces ya no tenía oportunidad para ganar el partido por fuerza. Tuvo que aguantar hasta los penaltis donde todavía quedaba una oportunidad para llevarse el título. Pero tampoco Italia supo aprovechar su superioridad numérica.

En la ronda de penalis, los italianos presentaron una efectividad del 100% con goles de Pirlo, Materazzi, De Rossi, Del Piero y Grosso. Para Francia, marcó Wiltord pero Tezeguet fallo el segundo que rebotó en el larguero. Abidal y Sagnol también marcaron pero ya era imposible ante la efectividad italiana.

Italia se llevó así su cuarto título mundial que celebró al término del encuentro acompañados por la alegría de la grada y de toda la aficón Enhorabuena a los italianos por una merecida y peleada victoria que desembocó en el éxito.