Este 23 de enero, decenas de miles de personas tomaron las calles en más de 80 ciudades de Italia para exigir que a las parejas homosexuales se les concedan los mismos derechos y deberes que tienen las heterosexuales.
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Decenas de miles de personas tomaron las calles de Italia para exigir que a las parejas homosexuales se les concedan los mismos derechos y deberes que tienen las heterosexuales. El reconocimiento legal de las uniones civiles formadas por personas del mismo género, que ha suscitado un intrincado debate en el país sureuropeo, comenzará a estudiarse en el Senado el próximo jueves (28.1.2016).
Aparte de la bandera arcoíris –emblema de la diversidad sexual y de género–, el símbolo que muchos llevaban en sus manos era el reloj despertador. Y es que el lema de las marchas y concentraciones era “Es hora de ser civiles: ¡despiértate, Italia!”. Las manifestaciones tuvieron lugar este sábado (23.1.2016) en 82 ciudades, desde la septentrional Bolzano hasta la sureña Reggio Calabria, pasando por importantes urbes como Milán, Turín, Bolonia, Nápoles, Florencia, Palermo, Lecce y Roma. En ellas participaron organizaciones que defienden los derechos de la población LGBTI, sindicatos y representantes políticos.
Las siglas LGBTI aluden a las lesbianas, los gays, las personas bisexuales, transgénero e intersexuales. Los organizadores aseguran que más de un millón de personas participaron en las manifestaciones. “Una vasta porción de la sociedad civil ha salido hoy a las calles sin miedo, conscientes de que un derecho más es una riqueza para todos y para todas”, celebró el secretario de la asociación ArciGay, Gabriele Piazzoni.
Por primera vez, la Cámara Alta comenzará a estudiar un proyecto de ley dirigido a introducir en el ordenamiento jurídico italiano las uniones entre homosexuales y las parejas de hecho, también abiertas a heterosexuales. En el preámbulo del texto se destaca “la necesidad” de poner fin a este vacío legislativo que ha hecho de Italia uno de los pocos países europeos que carecen de una normativa al respecto.
El texto ha sido impulsado por el gobernante Partido Demócrata (PD). El primer ministro Matteo Renzi declaró recientemente que el reconocimiento legal de las uniones civiles homosexuales era una de las prioridades de su Ejecutivo para 2016. La llegada de esta moción al Senado supone el inicio de su tramitación parlamentaria y se produce después de haber permanecido durante meses bloqueada en la comisión Justicia de la Cámara Alta.
El debate de este proyecto de ley promete ser tempestuoso, habida cuenta de que su redacción ha provocado grandes divisiones entre las diferentes fuerzas políticas, incluso en el seno del Gobierno de Renzi. El primer ministro ha hallado adversarios en todos los frentes: en la oposición, en el sector conservador del PD e incluso en las filas de su principal aliado, el Nuevo Centroderecha, que apuntala el Gobierno de coalición de Renzi.
ERC ( EFE / dpa )
Christopher Street: fiesta y conciencia política
El CSD de Berlín es ya toda una institución. Luego de que en años anteriores hubiera división entre grupos con distintos intereses, en 2015 volvió a verse una celebración unitaria.
Imagen: Reuters/F. Bensch
La misión
Varios cientos de miles de personas celebran el Christopher Street Day, en Berlín. La manifestación es una propuesta por la no discriminación de las personas no heterosexuales. El lema del evento en su año 37: “Todos somos distintos. Todos somos iguales”.
Imagen: Reuters/F. Bensch
Superando rencillas
En los últimos años, los organizadores tuvieron dificultades para ponerse de acuerdo a fin de fraguar un solo concepto unitario para el evento. “En el Christopher Street Day (CSD) de 2014 nadie salió ganando”, afirmó el departamento de prensa de uno de los comités, en Berlín. “Pero aprendimos de los errores. En 2015 intentaremos andar nuevos caminos, pero juntos”.
Imagen: picture-alliance/dpa
Kreuzberg se mantiene alternativo
Entre otras cosas, la disputa se despertó debido a una creciente comercialización del Christopher Street Day Berlín. Por eso fue que en 2014 se realizaron varios festivales paralelos. En 2015 todo volvió a fundirse en un solo evento: el CSD Kreuzberg.
Imagen: Getty/AFP/D. Gannon
Solución unitaria
El gran desfile se tornó manifestación. Comenzó en el Ku’damm en Charlottenburg y finalizó en Tiergarten, cerca de la Puerta de Brandemburgo. A fin de que todos los contingentes estuvieran justamente representados, los grupos se dividieron en “silenciosos” y “ruidosos”.
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Nueva unidad
A la vanguardia marcharon los grupos más pequeños y silenciosos, que transmitieron sobre todo consignas de tipo político. Después de ellos avanzaron los grandes carros alegóricos con su ambiente de fiesta.
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Matrimonio igualitario, ¡ya!
La principal demanda este año fue la homologación jurídica de las sociedades de convivencia entre personas homosexuales con el matrimonio entre hombres y mujeres. A diferencia de éste, las sociedades de convivencia reconocidas en Alemania desde 2001 no tienen rango constitucional. Otras diferencias surgen en temas como el derecho de adopción o de herencia.
Imagen: Reuters/F. Bensch
Festejan a la Suprema Corte
La embajada de Estados Unidos hizo referencia al buen ejemplo que da ese país: el matrimonio igualitario es legal en 36 de los 50 estados de la Unión Americana. Un día antes del CSD en Berlín, la Suprema Corte estadounidense dispuso que el reconocimiento debe abarcar a todos los estados de EE. UU.
Imagen: Reuters/F. Bensch
Pequeño glosario
Lésbico, gay, bisexual, transexual e intersexual son los términos que conforman la abreviatura internacional LGTBI. El nombre Christopher Street Day recuerda a la resistencia contra la ocupación policiaca del club “Stonewall Inn”, sitio de encuentro de la comunidad homosexual neoyorquina, en 1969. El recinto se ubicaba precisamente en la calle Christopher Street de la urbe neoyorquina.
Imagen: Reuters/F. Bensch
Premio para Wowi
En la ceremonia de clausura se entrega el premio “Soul of Stonewall” al antiguo alcalde de Berlín, Klaus Wowereit (segundo de derecha a izquierda). En 2001, el exfuncionario se declaró públicamente homosexual al decir “soy gay, y así está bien”, con lo cual ganó muchas simpatías, sobre todo entre la comunidad LGTBI.