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Italia no le teme a la Nueva Ruta de la Seda china

Giulia Saudelli | Mu Cui
24 de abril de 2019

El país mediterráneo es el primero del G7 en unirse a la Nueva Ruta de la Seda china. Giulia Saudelli y Mu Cui informan desde Vado Ligure, una pequeña ciudad portuaria italiana, donde la inversión china no es nueva.

Puerto de Vado Ligure.
Puerto de Vado Ligure.Imagen: DW/G. Saudelli

El ajetreo de trabajadores y camiones polvorientos no cesa en esta pequeña ciudad costera italiana, de 8.000 habitantes. Tras ver desacelerarse su economía local, Vado Ligure –una ciudad industrial tradicional, en el noroeste del país- se ha colocado en el mapa internacional como heraldo de los intereses comerciales chinos en Italia.

Esta semana, el Gobierno italiano participará en la cumbre de la "Iniciativa de la Franja y la Ruta" (Belt and Road Iniciative, BRI), en Pekín, a solo un mes de convertirse en el primer país del G7 en unirse al BRI y firmar varios acuerdos comerciales y de infraestructura con China.

Pero, como cuenta a DW la alcaldesa de Vado Ligure, Monica Giuliano, hace ya algunos años que su ciudad entró en contacto con "la famosa Nueva Ruta de la Seda, de la que ahora hablan todos", y que se ha traducido del chino como "Franja Económica de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI".

En 2008, APM Terminals –que forma parte del conglomerado danés Maersk y tiene su sede en los Países Bajos- se adjudicó un proyecto para construir y administrar el primer puerto semiautomático de Italia.

En 2016, APM Terminals transfirió el 40% de las acciones en el puerto a Cosco Shipping Port y el 9,9% a Qingdao Port International, dos empresas chinas, "dos socios con los que ya tenemos relaciones comerciales exitosas", dice Paolo Cornetto, gerente general de APM Terminals en Vado Ligure.

En la terminal Vado Gateway, que aún está en construcción, se prueban nuevas grúas.Imagen: DW/G. Saudelli

La nueva terminal Vado Gateway debe estar completamente operativa para fines de este año, y la empresa mixta sino-holandesa la administrará, junto a la vecina terminal Reefer, durante 50 años.

La terminal de Reefer, explica Cornetto, es el nodo portuario más importante para la importación de frutas en el Mediterráneo. Enormes cantidades de bananas, piñas y kiwis llegan por aquí a Italia desde Centroamérica, Suramérica y África occidental. Y APM Terminals planea mantener y desarrollar aún más el comercio de frutas en el futuro.

En términos de empleo, "entre las dos terminales, el puerto de Vado Ligure será capaz de manejar más de 1 millón de contenedores por año", asegura Cornetto a DW. "Asimismo, esperamos emplear a 300 personas cuando la terminal se complete en 2020, y hasta 400 cuando alcancemos la capacidad máxima".

¿Quién le teme a los chinos?

Los trabajos de construcción continúan sin descanso: las grúas, en movimiento, emiten fuertes pitidos, mientras los trabajadores con grandes cascos protectores naranja brillante se mueven entre ellas.

Duras críticas y cierta dosis de temor por la entrada de Italia en la "Iniciativa de la Franja y la Ruta" han estado llegando, al mismo tiempo, durante las últimas semanas.

Especialmente otros países de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos se muestran preocupados por que Italia pueda caer en el patrón de dependencia y acumulación de deuda, sufrido por otros países que se han unido a la BRI desde su inicio en 2013.

El Comisario de Presupuesto de la UE, Günther Oettinger, advirtió que la "autonomía y soberanía de Europa" no debe ponerse en peligro, mientras el Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, apuntó que las ofertas lucrativas a corto plazo podrían "dejar un regusto amargo más pronto de lo esperado".

En EE. UU., por otra parte, la cuenta oficial del Consejo de Seguridad Nacional tuiteó que "respaldar la BRI le da legitimidad al enfoque depredador de la inversión de China y no traerá beneficios al pueblo italiano".

Cosco niega que tenga tales intenciones. En una declaración escrita, la compañía afirma que sus inversiones en el extranjero son localmente muy populares, y confían en que la cooperación sino-italiana en la nueva Ruta de la Seda será cada vez más exitosa.

"Siempre nos adherimos al principio de ganar-ganar", escribe Cosco. "Es decir, no solo tomamos, ni somos un mero inversionista financiero especulativo. Nuestras inversiones tienen la intención de garantizar mejores oportunidades de desarrollo para las regiones locales".

Un contenedor de la china Cosco, en el puerto de Génova. Detrás, la sede de la Autoridad Portuaria de Génova.Imagen: DW/M. Cui

No todos son detractores

En Italia, Paolo Emilio Signorini, presidente de la Autoridad Portuaria de Génova, también responsable de Vado Ligure, dice que no cree que un país europeo como Italia tenga que temer cualquier trampa de deuda.

"Tenemos algunos problemas de sostenibilidad con la deuda pública, pero no creo que en Europa occidental exista la preocupación de que una autoridad pública no pueda reembolsar un proyecto importante como este", dijo a DW.

El mundo de los negocios tampoco está asustado. Gian Enzo Duci, presidente de Federagenti, una federación de agencias navieras italianas, comenta que las compañías ven con entusiasmo la inversión china, y la interpretan como señal de un posible crecimiento futuro.

"Que los chinos estén muy interesados ​​en los puertos italianos, principalmente, Génova y Trieste, es un indicador de que, en el futuro, si hacemos buenas inversiones en infraestructura ferroviaria, podemos ser la puerta de China no solo hacia el norte de Italia, sino también hacia Suiza, [y los estados federados alemanes de] Baviera y Baden-Württemberg", dice.

Puerto de Génova.Imagen: DW/M. Cui

Italia está lista para China

No solo el gobierno italiano y las empresas apoyan la nueva Ruta de la Seda, la gente de Vado Ligure, donde la iniciativa ha sido una realidad durante casi tres años, también mira la inversión china con esperanza.

Monica Giuliano, la alcaldesa, ha sido una fuerte promotora del proyecto de la nueva terminal desde su inicio. Vado continúa luchando contra una fuerte recesión económica,  necesita desesperadamente nuevas inversiones y nuevos empleos, y a nadie le molesta que estas provengan también de compañías chinas.

La alcaldesa de Vado Ligure, Mónica Giuliano, emocionada por la nueva terminal.Imagen: DW

Por un lado, la presencia de un socio de inversión sólido brinda nuevas oportunidades, más dinero y un mayor ámbito de acción; por otro, le asegura a DW, no hay necesidad de temerle a la deuda, o a menos derechos para los trabajadores de la terminal. "No hay miedo, sino un deseo de continuar con el plan que establecimos", dice.

El sindicato CISL está de acuerdo. "Creo que somos buenos en nuestro trabajo", dice Claudio Bosio, secretario general de la organización en el área de Savona-Imperia, cuando nos reunimos en Vado. "Aquí en Italia hay leyes, hay contratos, y supervisaremos la situación. Los trabajadores están más preocupados por encontrar un trabajo rápidamente".

Danilo Causa, a cargo de la federación de transporte local de CISL, coincide con que "no hay absolutamente ningún temor a China": "Los chinos ya están operando en Italia. Somos expertos con respecto a los chinos, ellos vienen, invierten, ganan dinero. Para nosotros, es importante que traigan empleo y que respeten los derechos que los trabajadores siempre han tenido".

Los ciudadanos de Vado Ligure también parecen apoyar esta postura. En 2008, en un referéndum local, los pobladores votaron en contra del proyecto de la terminal, pero el número de votos no fue suficiente para que la moción pasara. Hoy, han elegido a una alcaldesa que apoya firmemente esta nueva terminal, y preguntados por DW, nadie dijo oponerse al proyecto.

"Definitivamente, no es la mejor vista que podría tener ante mi ventana. Pero trae puestos de trabajo, esa es la ventaja", dice Marco Maietta. "No hay problema con los chinos", opina igualmente Vilma Calvini. "Son muy bienvenidos con su dinero".

Plaza principal de Vado Ligure. Los locales, a favor de la nueva terminal; felices de dar la bienvenida a la inversión china, si trae puestos de trabajo.Imagen: DW

Así que, mientras los países vecinos y los principales socios económicos de Italia siguen desconfiando de la conexión más estrecha del país con China, el Gobierno italiano y la gente en Vado Ligure no parecen demasiado preocupados.

Los próximos años serán cruciales para demostrar si tienen razón, y si están realmente listos para lidiar con el dinero y los intereses económicos de China.

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